La favorita del jefe

Capítulo 20: Casa

Adrien

Doy varios toques a la puerta del apartamento de Zoe, pero esta no abre, tampoco responde y me estoy desesperando, debí alcanzarla antes de que entrara, no sé qué demonios pasó, pero estoy preocupado, me alejo de la puerta al ver a una señora mayor y me acerco a esta.

—Buenas noches, ¿me indica en donde vive el dueño de este edificio? —cuestiono, la mujer sonríe un poco

—Soy yo, qué desea joven? 

—Las llaves de ese apartamento —ella niega incluso antes de que termine la frase —Zoe es mi novia y necesito saber si está bien

—¿Su novia? —alza una ceja mirándome de arriba a abajo —lo siento, pero no puedo darle las —se calla en cuanto me ve sacando unos billetes

—Solo quiero saber si está bien —les extiendo estos —es mi novia —la mujer coge el dinero rápido.

—Dame un segundo —asiento viendo como sube por unas escaleras, miro mi reloj varias veces mientras la espero y cuando la veo bajar sonrío, la mujer camina hacia la puerta de Zoe y abre esta.

—Gracias —digo sin mirarla y entro al apartamento, no veo a Zoe por ningún lado y camino hacia la habitación, a ella la encuentro acostada sobre la cama, no parece estar llorando, pero me duele verla así aunque no sé que le pasa, me acerco a ella con cuidado y al sentarme sobre la cama rápido se incorpora

—Adrien —dice con sorpresa mirando mis ojos, no digo nada y la abrazo, sabiendo que es lo que necesita, ella suspira entre mis brazos.

—No sé qué sucede y tampoco debes contarme nada —le digo aun manteniéndola contra mí —pero estoy aquí Zoe y no me iré, no me gusta verte así.

—Liam es mi hermano —con cuidado la alejo un poco de mí para mirar sus ojos, los cuales ahora están llenos de lágrimas —hace años mis padres me vendieron a un hombre

—¿Cómo que te vendieron? —Zoe deja de mirarme

—Él les pago por mí y ellos me dejaron ir con él, les dijo que me quería y que quería que yo fuera su esposa, era muy joven, no pude hacer nada —tomo su mentón y hago que me mire

—Estás casada Zoe? —ella niega y respiro tranquilo aunque la historia me está dando ya dolor de cabeza, qué clase de padres hacen algo así con su hija.

—Nunca llegamos a firmar nada, esas personas que vi hoy son mis padres y Liam es mi hermano, siempre pensé que se parecía a ese pequeño que dejé atrás —ella sonríe —y es él, está bien y está aquí, ahora ellos también están aquí.

—Zoe

—Debería irme —susurra poniéndose de pie —ya saben que estoy aquí, ellos pueden contactarlo, decirle donde estoy —Zoe habla sin parar sacando ropa de su clóset, yo voy hacia ella y la abrazo por la espalda deteniendo sus movimientos.

—Huir no es la solución

—No los conoces, a ellos solo les importa el dinero Adrien—voltea a mirar mis ojos —y a él también —supongo que con eso se refiere a ese hombre que la compró.

—Y a mí me importas tú —acaricio su rostro —no huyas, tu vida ahora está aquí Zoe, puedo cuidar de ti —pego mi frente a la suya —cuidaré de ti, no voy a dejar que ellos se acerquen

—Liam sabe dónde vivo, los va a traer acá

—Por eso vas a venir conmigo —ella me mira alejándose un poco —estarás bien en mi casa, recoge solo lo necesario ahora

—Adrien

—Solo dime algo —pido sin dejar de mirarla —ese hombre que dices que te compró, ¿huiste de él? ¿Te hacía daño? —ella está callada, pero apuesto a que un sí responde ambas preguntas

—No te preocupes, de eso hace años, seguro ya se olvidó de mí, aun así tengo miedo, mis padres podrían hacer algo y

—No tengas miedo ¿vale? Ahora apresúrate —yo miro mi reloj —¿ya olvidaste la cena? Todos nos deben de estar esperando —sus ojos se abren como platos y río —Zoe —tomo sus manos con delicadeza —no quiero que sigas teniendo miedo, te ayudaré, te prometo que tus padres no se van a acercar más a ti

—Tampoco quiero que Liam lo haga —la miro confundido —él sabía ya quién era yo, él me reconoció, lo más seguro es que les haya dicho a ellos Adrien —yo asiento comprendiendo sus razones y la atraigo hacia mí para abrazarla.

Al llegar a la casa lo primero que escuchamos es la risa de Alan, camino con Zoe de la mano hasta el comedor y me detengo en la entrada, todos miran hacia nosotros, mi hermana frunce el ceño y su esposo está confundido, Alan sonríe feliz mientras mi primo no parece nada sorprendido, mi madre solo alza una ceja, pero mi mirada cae sobre Valeria, a la cual me sorprende ver aquí y más me sorprende su sonrisa al ver la mano de Zoe y la mía unidas.

—Lamento llegar algo tarde —digo caminando hacia una silla, la cual acomodo para que Zoe se siente, esta no ha mirado a nadie en particular y parece algo avergonzada

—Creo que voy entendiendo por donde va esta cena —dice mi madre mirándome fijamente —Hola Zoe

—Hola señora Bennett

—Dime Gia—mi madre sonríe —creo que estamos ya en familia

—Así que Zoe —habla mi hermana mirando a esta —tú no eres esa empleaducha que casi muere congelada junto a Adrien? 

—Así es mi amor —dice su esposo sonriendo —es la que lava los platos en el comedor —ambos ríen, yo pongo una de mis manos sobre la pierna de Zoe al ver que está tensa.

—Si, Zoe lava los platos —comento mirándola a ella —pero también es una de las mejores cocineras que tengo —ella me mira —será una buena chef dentro de poco aunque no estamos aquí para hablar de trabajo; hermana, cuñado, primo, mamá, Vale y Alan —miro a Alan y luego a Valeria —Zoe es mi novia y además de eso, desde hoy vivirá en esta casa —eso sí que sorprende a todos, incluso a Zoe que me mira rápido

—¿Aquí? —la miro

—Qué pensabas? Que te invitaba a quedarte solo hoy —ella asiente —pues no Zoe, te estaba invitando a vivir conmigo y bueno —sonrío —has aceptado.

—Yo no acepto esto —mi hermana se pone de pie con brusquedad —mamá di algo, Adrien será la vergüenza de esta familia si está con esta muerta de hambre —señala a Zoe, la cual intenta ponerse de pie pero se lo impido




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