La favorita del jefe

Capítulo 22: La quiero

Adrien

Al llegar al restaurante voy directo a mi despacho para luego pedirle a Liam que venga a verme, ahora sin Zoe aquí tendré algo más de trabajo, pero es mejor que no trabaje hasta que las cosas no se calmen, sonrío como bobo al recordar la noche de ayer, jamás pensé que me iba a enamorar otra vez, pero aquí estoy suspirando por ella y deseando que las horas pasen de prisa para volver a verla. Dejo de sonreír y levanto la mirada cuando Liam entra, el chico se sienta frente a mí mirando sus manos yo respiro hondo para hablar.

—Liam...

—Antes de que me despidas —me interrumpe mirando mis ojos —quiero hablar señor Bennett, no he visto a Zoe y supongo que no vendrá, también supongo que le ha contado todo, quiero que sepa que no sabía que mis padres iban a venir, jamás les dije nada ni iba a hacerlo tampoco —él pone sus manos en la mesa —cuando conocí a Zoe y supe que era mi hermana me sentí feliz, quería decirle, quería hablar, saber todo sobre ella, estaba feliz de saber que estaba bien, pero no hice nada, fingí no conocerla porque tenía miedo de que se fuera, de que huyera o de que me odiara por no haber cuidado de ella.

—Eras un niño

—Ella también y yo debía cuidarla, es mi hermana, mis padres la vendieron a ese hombre que decía ser bueno —yo aprieto mis puños con rabia —no teníamos dinero y mis padres bebían mucho, creyeron que era la solución, con lo que Santiago les dio abrieron un negocio, la economía mejoró y en cuanto pude salí de esa casa y me mudé aquí, los amo, pero a la vez los odiaba.

—¿Por qué tus padres están aquí Liam?

—Están de visita, pero vieron a Zoe y no se irán, ellos quieren hablar con ella, están arrepentidos de todo señor Bennett.

—Liam —me acerco un poco más a él —no sé por lo que tu hermana pasó cuando fue vendida a ese hombre, pero estoy seguro de que no le ocurrió nada bueno —menciono y ni siquiera quiero imaginar algo —da igual ahora que tus padres estén arrepentidos, Zoe no quiere verlos

—A veces hacemos cosas malas obligados por las situaciones señor Bennett

—Prefiero morir de hambre y frío Liam, prefiero morir antes de vender a uno de mis hijos, tus padres solo vieron el camino más fácil —me levanto de mi asiento —¿por qué bebían en vez de trabajar? ¿Por qué no pensaron en sus hijos antes que cualquier cosa? Con todo respeto, pero no merecen perdón, ni siquiera merecen ser escuchados, diles que vuelvan a la ciudad y que olviden a Zoe —él se pone de pie

—¿A mí tampoco quiere verme? —los ojos del chico se llenan de lágrimas

—Zoe piensa que tú les dijiste a ellos —él niega rápido

—Juro que no lo hice señor Bennett, jamás haría eso, necesito hablar con ella

—¿Hasta cuando me vas a ignorar? —mi madre entra interrumpiéndonos —perdón, pensé que estabas solo

—Liam vuelve al trabajo, luego seguimos hablando —el chico asiente rápido y sale cerrando la puerta, yo vuelvo a mi silla.

—Adrien que es eso de que eres novio de esa chica? ¿Y cómo que vivirá con nosotros? 

—Es mi decisión y espero sea respetada de tu parte —la miro —si no es así

—¿Vas a echarme de casa? —ella alza una ceja

—No mamá, me iría yo a otra —mi madre respira hondo y se sienta

—¿La quieres? —pregunta mirando mis ojos

—Sí, la quiero, me enamoré de ella

—¿La conoces bien Adrien? Por lo que se es nueva, estás llevando a tu casa a una mujer que apenas conoces, tienes dos hijos y quien nos asegura que esa chica no sea una ladrona o alguien peligroso? —yo río con sus palabras

—Es pobre mamá, sí, pero eso no la hace peligrosa ni mala ni ladrona, Zoe es alguien decente, trabajadora y humilde

—No es de esta ciudad, estuve hablando con tu primo y no se sabe nada sobre su pasado Adrien, ¿no te parece raro? —yo suspiro

—Por qué hablas con Víctor? 

—Porque tú no me haces caso, Adrien, esa chica no es para ti, hijo, tienes un imperio, tienes dinero, ¿quién dice que no está contigo por esa razón? Tus debes de estar con alguien de tu clase, que esté a tu altura, alguien como tu difunta esposa o como Alisa, ella está enamorada de ti.

—Y yo de Zoe mamá, si no te gusta me iré de la casa no te preocupes, a diferencia de ti no mido a las personas por el dinero que tienen en el bolsillo —mamá abre la boca para hablar, pero la puerta se abre, miro a Víctor que es quien entra sonriendo

—Primo tienes visita allá fuera

—¿Quién es? —él ríe

—Alguien importante y te está esperando —miro a mamá y me levanto de la silla, salgo del despacho sabiendo que ella me sigue y me detengo al verlas a ellas sentadas en una de las mesas, Valeria sonríe, mi hija está sonriendo y está en mi restaurante junto con Zoe.

—Es Valeria —dice mamá tan sorprendida como yo —¿cómo es que está aquí si odia salir?

—La respuesta es Zoe —digo sonriendo —y no me importa como lo logró —camino hacia ellas, la mirada de Zoe choca con la mía y a pesar de que sonríe, siento que algo le sucede, yo me siento y miro a Valeria.

—Hija... 

—Muy mal papá —mi hija bufa —el chef no debe sentarse a la mesa con los clientes —sonrío

—Tienes razón, pero, ya que son clientes importantes yo mismo vine a atenderlas, ¿qué quieren comer? —Valeria se encoge de hombros

—Sorpréndeme o a la otra iremos a otro restaurante —asiento levantándome y miro a Zoe.

—Gracias —murmuro mirando sus ojos y ella sonríe un poco.

—Primo —Víctor coloca una mano en mi hombro —¿podemos hablar a solas antes? Hay algo muy importante que debo decirte —expresa mirando a Zoe y esta se tensa un poco, el ambiente cambia por completo y no entiendo la razón, yo miro a Víctor que está sonriendo y asiento, este me sigue hasta mi despacho y al entrar lo miro.

—¿Y bien? ¿De qué quieres hablar? 

—De Zoe —responde con una sonrisa y ahora tengo mucha curiosidad sobre lo que dirá.




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