La favorita del jefe

Capítulo 23: ¿Qué quieres?

Zoe

Los nervios no me dejan tranquila, vuelvo a tomar agua por tercera vez desde que Adrien se fue con su primo, pero ya no aguanto más y me pongo de pie diciéndole a Valeria que voy al baño, con bastante prisa camino hacia el despacho de Adrien y sin pensarlo abro este de golpe, las miradas de ellos caen sobre mí y me congelo en mi sitio mirando que ambos están sentados y Víctor sostiene en su mano un vaso con Whisky.

—Zoe, qué modales —ríe el idiota levantándose de su silla —mira, precisamente hablábamos de ti —yo estoy muda sin saber qué decir

—Adrien yo puedo explicártelo

—Hablábamos de lo buena que eres —miro rápido a Víctor —mi primo tiene mucha suerte de tenerte —él se detiene frente a mí —le decía que yo estoy muy feliz con la relación que tienen y que para mí, ya eres de la familia —sus ojos brillan mientras habla, tiene que ser una broma, está jugando conmigo como quiere.

—Gracias Víctor —logro decir y aprieto la mandíbula cuando este pasa por mi lado luego de tocar mi hombro, mi mirada cae en Adrien que ahora está sentado en su escritorio.

—¿Qué querías explicarme? —cuestiona Adrien mirándome fijo desde su lugar

—Por qué no te dije que iba a traer a Valeria —miento mirándolo a los ojos y sintiéndome ahora la peor persona del universo —debí pedirte permiso, es tu hija

—Zoe —él sonríe y camina hacia mí —no debes explicarme nada de eso, ahora vives en mi casa, mi familia es tu familia y estoy feliz de que Valeria esté aquí —sus manos van a mi rostro —¿quieres decirme algo más? —los nervios me vuelven a atacar, sí, si quiero y debería decirte muchas cosas más, pero mi cabeza se mueve de un lado al otro negando y Adrien solo asiente, ¿puede una relación crecer a base de secretos y mentiras? Juntos salimos de su despacho, él en sus pensamientos y yo en los míos, Adrien se dirige a la cocina, yo de lejos veo a Víctor que me saluda con una mano, no le dijo nada, ¿qué querrá a cambio? En la vida aprendí que nadie hace nada gratis, nadie ayuda a alguien más en vano y estoy segura de que sea lo que sea que él quiere no va a ser nada bueno.

—Zoe —Liam se coloca frente a mí impidiéndome llegar a la mesa —hablemos —mis ojos se pierden en los suyos y comienzo a ver borroso por las lágrimas, el amor que sentía y siento por ese pequeño que dejé atrás cuando fui vendida vence todas las batallas y lo abrazo con fuerza, Liam besa mis mejillas, acaricia mi espalda y me dice lo mucho que me ha echado de menos mientras para mí es imposible hablar.

—Jamás pensé encontrarte aquí —comenta Liam, estamos fuera, pero yo no dejo de mirar a Valeria, la cual me sonríe cuando nuestras miradas se cruzan.

—Ni yo a ti, no sabes lo mucho que me alegra verte bien Liam —miro sus ojos

—Yo no les dije nada a mis padres —dice y ya lo ha dicho como cinco veces en toda la conversación —Zoe entenderé si Adrien me despide o me envía a otro lugar, lo aceptaré, pero no quiero alejarme de ti ahora que estás aquí —él toma mis manos —por favor hermanita, quiero saber de ti

—no hay mucho que saber —me apresuro a decir —y Liam, tampoco te quiero lejos, le diré a Adrien que te deje aquí, pensé que tú habías traído a nuestros padres —él niega

—Solo vinieron a visitarme —yo asiento sintiendo algo de envidia, a mí me vendieron como si no fuera nada, mientras a mi hermano lo trataron bien, le pagaron estudios e incluso lo vienen a visitar, estoy feliz por él, pero el dolor que siento no se compara a nada

—Pues diles que mientras estén aquí no vengan al restaurante —miro hacia Valeria

—Quieren verte Zoe —vuelvo mi mirada rápido a Liam y niego enseguida —no se irán hasta que no hablen contigo. 

—¿De qué quieren hablar?

—No lo sé, pero quizás deberías escucharlos, están muy arrepentidos por lo que hicieron —respiro hondo mirando sus ojos, si esa es la única forma de no volverlos a ver entonces me arriesgaré

—Hablaré con ellos —la sonrisa de Liam se agranda —te enviaré luego un mensaje con el día y la hora —este asiente —Liam, debo volver con Valeria.

—Bueno, supongo que ya tendremos tiempo para conocernos más, luego —él me vuelve a abrazar y sonrío —te quiero hermanita —las lágrimas vuelven a salir de mis ojos y las limpio como puedo.

Estar con Valeria y Adrien juntos fue estupendo aunque nunca me pasó desapercibido como la mirada de esta cambiaba cuando alguien se acercaba, se avergonzaba y bajaba la mirada a pesar de que Adrien decía a todos con orgullo que ella era su hija, tampoco pasó desapercibido como esta miraba nuestras manos unidas y a veces dejaba de sonreír, admito que hubo momentos incómodos, pero a pesar de todo eso creo que ella estaba feliz.

Camino hacia la casa con ella a mi lado, pero me detengo antes de entrar, Valeria me mira confundida y me coloco a su altura.

—Gracias por hoy acompañarme

—Gracias a ti —ella sonríe —si no hubieras dicho de salir creo que jamás lo hubiese hecho.

—Valeria no debes de sentir vergüenza de nada, eres una niña estupenda —ella ríe —y créeme haremos esto más seguido.

—No negaré eso —ambas reímos

—Bueno no hemos podido hablar de mi relación con Adrien —el momento vuelve a ser tenso cuando ella deja de sonreír —sé lo que tu hermano piensa al respecto pero y tú? ¿Qué piensas? ¿Te molesta? ¿Te agrada?

—Me es raro ver a papá con alguien que no es mi madre —asiento comprendiéndola —pero nunca me opuse a esto Zoe, siempre supe que él encontraría a alguien más y me hace feliz que seas tú aunque aún no me acostumbro del todo y no me molesta, pero cuando los veo juntos me entristece pensar que mamá ya no está —ella sonríe un poco.

—¿Te molestan un poco las muestras de cariño como vernos tomados de las manos? —ella baja la mirada —te entiendo Valeria —yo hago que me mire tomando con cuidado su mentón

—Es algo incómodo —sonrío

—Gracias por ser sincera —ella sonríe más




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