La favorita del jefe

Capítulo 28: Yo te quiero

Zoe

Samy me desea suerte y me deja sola, el restaurante en el que estoy es enorme, pero siguiendo sus instrucciones llego hasta el despacho del jefe, según Samy es un hombre mayor que no cocina, pero si su hijo con el que mi amiga mantiene una relación, respiro hondo antes de dar dos toques en la puerta y cuando escucho su voz entro, el señor que está sentado en la silla detrás de su escritorio me sonríe. 

—Buenos días —lo saludo tomando asiento

—Zoe ¿verdad? —yo asiento —así que quieres trabajar aquí

—Así es, debo decirle que trabajé ya como camarera varios años y también

—No me interesa —me interrumpe sin dejar su sonrisa —su amiga me dijo que era buena cocinando —mi boca se abre sin poder decir nada —mi hijo te hará una prueba, si pasas esta entonces vas a cocinar en este restaurante —sonrío

—¿Habla en serio?

—Bueno, Samy no me mentiría, no lo hizo al decirme que se iba a casar con mi hijo —él ríe —en fin, me dijo que es muy buena, ya veremos cuanto

—Muchas gracias —no sé cómo sonreír de los nervios que tengo —no se va a arrepentir.

Entro a la casa y una vez dentro chillo de felicidad, se acabó ya lo de servir mesas y lo de fregar platos, ahora soy cocinera, al jefe le encantó mi comida, mis ojos se llenan de lágrimas por la felicidad que siento, al escuchar los golpes en la puerta respiro varias veces ¿y ahora quien será? Samy no me dijo que alguien vendría, voy hacia la puerta, cuando la abro me sorprendo de ver al chico ahí frente a mí, el cual sonríe y me abraza fuerte, yo también lo abrazo porque le echaba ya de menos.

—Alan —me pongo a su altura —¿qué haces aquí? —él sonríe un poco

—vengo a vivir contigo Zoe —expresa pasando por mi lado, me percato entonces de la mochila que lleva, ¿cómo me encontró?

—Estoy segura de que tu padre no sabe sobre esto Alan y tampoco le gustará hacerlo —él toma asiento

—Papá es tonto, yo no —me mira, suspiro y me siento a su lado

—Alan

—Le dije que te quería —comenta mirando sus manos —y aun así te echó Zoe, ¿sabes? No conozco a mi madre biológica, pero tuve una madre, la quería y ella a mí, pero nos dejó muy rápido, pensé que nunca más iba a querer a alguien de esa forma, pero entonces apareciste tu demostrándome que estaba equivocado, te quiero como a una madre —él me mira, yo no sé bien qué decir, pero mi corazón se ha acelerado

—También te quiero Alan —tomo una de sus manos —pero no deberías estar aquí

—¿Por qué? —sonríe —¿una sola cama? No te preocupes, duermo contigo feliz —yo río

—Alan

—Mi papá te dejó por tu pasado Zoe —me tenso un poco

—Te contó

—No —respiro tranquila —claro que no, solo sé eso, pero a mí no me importa el pasado, aunque hayas sido una asesina en serie te quiero —definitivamente este niño sabe cómo hacerme reír

—Nunca he matado a nadie

—Bueno —él suspira —eso me hace sentir mejor

—Pero Alan tu papá se va a enfadar, tendré problemas

—¿No me quieres aquí? —hace un puchero con su boca —yo te quiero

—¡Dios! Me es imposible decirte que no —lo atraigo hacia mí —pero tu padre.

—Es un tonto —sonrío —todos tenemos un pasado, todos hemos hecho cosas malas, hasta yo un día me reí de un compañero, no sabía leer y también robé un día un helado, pero ya olvidé esas cosas —lo separo de mí para mirarlo

—¿Por qué robaste un helado? Tu padre podría comprar la heladería

—Quería saber lo que se sentía —yo bufo, pero debo reír —Zoe, sé que eres buena y no me iré de aquí.

—Gracias Alan —lo abrazo sintiéndome bien —gracias, pero debes respetar y obedecer a tu papá, él hace siempre lo mejor para ti y tu hermana.

—Lo sé, es el mejor papá, pero ahora se está equivocando

—¿Quieres comer algo? —el pequeño asiente rápido y juntos vamos hacia la cocina, claro que amaría vivir con él, pero debo decirle a Adrien que su hijo está aquí antes de que se vuelva loco buscándolo.

Cuando cae la noche y Alan se queda dormido voy hacia la sala, me siento esperando a Adrien y cuando el timbre suena me pongo de pie, camino hacia la puerta con el corazón a mil y abro esta para toparme con su mirada, vuelvo a sentir dolor, estando con Alan no lo sentía, pero ahora viéndolo frente a mí me duele.

—¿Dónde está? —me hago a un lado para que entre

—Dormido, puedes dejarlo aquí si quieres y no despertarlo —me siento, él hace lo mismo frente a mí.

—Gracias por decirme —asiento —está enfadado conmigo y lo entiendo —sonríe mirándome —Zoe

—No solo quería verte por Alan —él me mira confundido —hay algo que no te dije y debes saber —tomo los papeles que su primo quería que le hiciera firmar —Víctor quería que te hiciera firmar estos documentos Adrien, me amenazó con contarte toda mi vida, por eso iba a contarte, no iba a traicionarte así, pero al parecer en la cena que tuvimos él nos vio desde lejos y se dio cuenta de que no haría lo que él quería, por eso se adelantó.

—¿Qué es? —Adrien toma los papeles en su mano

—Debes verlo por ti mismo —él saca los documentos y comienza a mirarlos en silencio, su mandíbula se tensa a medida que se da cuenta de que su primo quería robarle.

—Maldita sea —murmura

—Y no es solo él —me mira —mira el nombre del abogado que hizo esos documentos —suspiro —o abogada, mejor dicho —Adrien vuelve la vista a los documentos —no sabía que tu hermana era abogada —añado algo que es verdad, Adrien forma sus manos puños, está enojado y es normal, su propia familia quería robarle en su cara.

—Gracias por darme esto Zoe —me pongo de pie —gracias.

—¿Dejarás a Alan hoy aquí? —él mira mis ojos y asiente, yo sonrío.

—¿Podemos hablar ahora de nosotros Zoe? —lo miro confundida —me equivoqué y

—Ya dijimos todo Adrien, no te preocupes

—Zoe

—Puedes irte ya —camino hacia la puerta y abro esta —vete por favor —Adrien respira hondo, camina hacia mí y se detiene bastante cerca




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