La heredera del ceo

2

✧☾ 𝙰𝙴𝚁𝚈𝚂 ☽✧

—Veo que aún sigues aquí —dice con su tono habitual de superioridad. Me mira como si yo fuera la traidora—. ¿Es usted el gerente del hotel?

Se dirige a Fair. Él me lanza una mirada rápida, y sé que está por corregirla.

—Pensé que eras más inteligente —intervengo antes de que él hable—. Sí, él es el gerente. Y también el dueño.

Me vuelvo hacia Fair con una sonrisa profesional.

—Gracias por la oportunidad de trabajar contigo. Haré mi mejor esfuerzo como tu asistente.

Fair parece confundido por unos segundos, pero me sigue el juego. El rostro de Yery pasa de burla a rabia en segundos.

—Ha cometido un gran error al contratarla, pero comprendo que no me compete —dice, manteniendo el tono falso de cordialidad—. ¿Podríamos hablar a solas?

—Aerys es parte del equipo. Siéntese, por favor —responde Fair, manteniendo la calma.

Ella me lanza una mirada de desprecio antes de tomar asiento y decir.

—Ve a traerme un café.

—No es mi trabajo, y no es un servicio disponible fuera del menú de habitación —respondo sin inmutarme.

—Aerys tiene razón —dice Fair—. Pero si desea, me encargo de pedirlo personalmente. ¿Solo café?

Ella asiente sin mirarlo. Apenas él se aleja para hacer la llamada, se acerca a mí.

—¿Buscando padre para tu hija? —susurra, sin disimular el veneno.

—No necesito uno. Lo que tú hiciste para atrapar a Peter no es algo que quiera repetir —le digo sin sonar alterada—. Pero ahora que lo pienso… ¿Qué hace la esposa de un hombre con tanto dinero en este hotel? ¿No deberías estar en una mansión?

—Estamos aquí mientras terminan unos arreglos. Berlín no cambia, y nosotros tampoco —responde con aire triunfal—. Aunque debo admitir que me sorprende verte trabajando aquí… con el gerente.

—No es asunto tuyo. Pero te lo adelanto: no pierdas tu tiempo intentando que me despidan.

Se queda en silencio, incómoda. Luego fuerza una sonrisa y cambia de tema.

—Lo que escuchaste sobre la familia de Peter… Esos rumores no son ciertos. Nolan y Peter son los herederos de todo. Y yo, como madre y esposa, soy la cabeza.

—Si eso te tranquiliza, me alegra. Lograste tu objetivo, eso es lo que importa.

Su expresión se tensa.

—Y ahora que estaremos aquí un mes, espero que te mantengas lejos de Peter. Si no, compraré acciones en este hotel y me encargaré de que no trabajes más en ningún sitio.

—¿Por qué tanta necesidad de sacarme del camino?

—Porque no te soporto. Nunca debí fingir ser tu amiga. Siempre con esa actitud de niña buena. Tú no eras nadie, y Peter se fijó en ti. Eso fue imperdonable.

—Tú tenías una familia, amigos, estabilidad. Yo solo los tenía a ustedes. Te confié lo que nadie más sabía, y tú lo usaste para traicionarme.

—Solo te soportaba por tus favores. Para mí no eras más que alguien útil —dice sin remordimiento.

Justo entonces, Fair regresa con el café. También me entrega un vaso de agua.

Yery alza una ceja al ver cómo me trata. La incomoda. Su inseguridad es evidente.

—Gracias por el café. Vine por algo personal, pero en vista de que esta mujer tiene relevancia aquí y no quiero perder más tiempo… Queremos mudarnos a otra suite. La más amplia y bien equipada. Estaremos aquí un mes. Necesitamos personal disponible para transporte, servicio continuo y, si es posible, alguien que se haga cargo del niño.

Fair me mira, esperando mi opinión. Yery suspira con fastidio.

—¿Le consulta a su asistente sus decisiones? ¿O hay algo entre ustedes?

—No seas ridícula —respondo antes de que Fair diga algo—. Supongo que, como asistente, tengo idea de qué podemos ofrecer. Tenemos todo, excepto la niñera.

Fair capta mi intención y asiente.

—Le prepararé una propuesta para esta noche. Le daré todos los detalles.

Ella toma un sorbo mínimo del café, lo deja sobre la mesa, y se levanta.

—No se preocupen por el dinero. Nuestra familia está mejor que nunca, pese a los rumores. Espero su propuesta.

Se retira sin más. Camino tras ella para asegurarme de que se marcha. La veo sacar su teléfono y hacer una llamada. No logro escuchar lo que dice, pero supongo que avisa a Peter.

—¿Por qué haces esto? ¿Por qué le permites que te trate así? —pregunta Fair.

—Es personal, pero gracias por apoyarme. ¿Me ayudarías a trabajar en la propuesta?

—Eres mi jefa, además no tengo nada mejor que hacer.

Sonrío. Me siento con Defne sobre mí, pero enseguida estira sus manitas para alcanzar el café que dejó Yery. Lo aparto. Fair gira su portátil hacia mí y me muestra las opciones de habitaciones.

Defne no me deja concentrarme, así que la bajo con cuidado y saco sus juguetes. No pierdo de vista sus pasos mientras vuelvo a sentarme.

No pasa mucho hasta que llaman a la puerta de nuevo. Me adelanto a abrir.

Lo reconozco de inmediato. El hombre con quien choqué más temprano. Ahora lo observo distinto. Hay algo en su forma de mirarme.

—¿Puedo ayudarle? —pregunto cuando dejo de analizarlo.

—Hola de nuevo. Quiero disculparme por lo de hace rato. Mi exesposa no es precisamente amable. Quisiera hablar con el gerente del hotel.

—Soy su asistente. ¿Hay algún inconveniente con su habitación o la estadía?

—Nada de eso. Solo quiero hablar con él.

Asiento e indico que pase. Avanza unos pasos y se detiene al ver a Defne tambaleándose hacia él. Se agacha sin dudar.

—Hola, criatura —dice con suavidad.

—Defne —le aclaro mientras me acerco—. Su nombre es Defne.

—Bonito nombre para una princesa —la observa con detenimiento. Cuando intenta devolverla a mis brazos, ella se resiste.

—Buenas tardes, señor Abramovich —lo saluda Fair.

—¿Abramovich? —repito, sin poder disimular mi sorpresa.

—Romano Abramovich. Mucho gusto, señorita.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.