La Heredera Perdida: Renacer Para Reinar

Capítulo 5: Enredos del destino

En la Mansión Smith

Liliana estaba desconcertada. Durante toda la fiesta en la que fue presentada como la legítima hija de los Smith, la actitud de Arabella la había dejado perpleja. Desde el momento en que la vio marcharse con la cabeza en alto, con una mezcla de orgullo y desprecio en su semblante, Liliana no pudo evitar sentirse inquieta. Por eso, decidió recurrir a la única herramienta que le daba seguridad: el sistema.

Este sistema, una tecnología de origen misterioso, había logrado vincularse a Liliana antes de que fuera reconocida por su familia biológica. En realidad, había sido un proyecto fallido creado por Violet Dray, quien lo consideró peligroso y decidió eliminarlo en su mundo original. Ofrecía inteligencia y habilidades excepcionales a sus portadores, pero a un costo elevado: si fallabas en una misión, perdías todo, incluida la vida.

Liliana no sabía estos detalles. Solo lo veía como un aliado infalible.

—¿Qué fue eso? ¿Por qué actuó así? —preguntó en voz baja mientras se alejaba de los invitados, asegurándose de que nadie la escuchara.

En su mente, una voz mecánica respondió con frialdad:
—El análisis sugiere que su actitud fue una respuesta a la humillación percibida. Es probable que su decisión de marcharse esté relacionada con algún plan personal. No hay de qué preocuparse, ella no es relevante para nuestros objetivos futuros.

Liliana frunció el ceño. Aunque intentaba convencerse de que Arabella no era una amenaza, algo en su interior le decía que no debía subestimarla.
—¿Qué debería hacer? —preguntó con una mezcla de frustración y desesperación.

El sistema no tardó en responder, aunque su capacidad estaba limitada por su nivel actual:
—Recomendación: rompe el compromiso con la familia Knight. Este matrimonio no será beneficioso para tus objetivos actuales.

Liliana apretó los labios. Aunque despreciaba la idea de este compromiso, no podía ignorar el potencial que un matrimonio influyente le ofrecía. Sin embargo, la familia Knight le parecía irrelevante. Según lo que sabía, solo eran personas que habían aceptado un acuerdo en "agradecimiento" por la ayuda de su abuela Margaret. ¿Qué poder podían tener si habían caído tan bajo?

Lo que Liliana desconocía —y el sistema tampoco podía revelar debido a su bajo nivel— era que su prometido no era otro que Bastian Knight, el magnate más poderoso de la región.

Mientras tanto, en otro extremo de la mansión Smith, Bastian Knight había llegado únicamente por respeto a su abuela Margaret, quien insistía en este compromiso.

Bastian, sin embargo, no compartía ese entusiasmo. En una conversación privada con Eric Quinell, su amigo y asistente de confianza, dejó clara su postura:
—No tengo interés en conocerla. Estoy aquí únicamente por mi abuela.

Eric sonrió con ironía mientras le decía —Siempre tan elocuente hermano Bastián. ¿Qué harás ahora?

—Lo obvio: me iré. Esto no es más que una formalidad absurda —respondió Bastian, su voz tan fría como su mirada esmeralda.

Pocos minutos después, mientras los invitados seguían celebrando, Bastian dejó la fiesta sin siquiera mirar a su prometida. Para él, este compromiso no era más que un obstáculo innecesario, algo que no planeaba aceptar, sin importar las intenciones de su abuela.

Al final de la velada, Liliana seguía inmersa en sus pensamientos, aún convencida de que romper este compromiso era la mejor opción.




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