—Sarita, mi amor, ¿cómo te fue en la universidad?
—Hola, papá. Me fue muy bien. Las clases fueron emocionantes. —Le responde ella.
—Me alegro mucho por ti, porque a partir de la próxima semana te voy a poner en el área comercial para que puedas estar ocupada por las tardes. —Le comenta.
—Es una excelente idea, ya que prefiero estar más en la empresa que en la universidad. —Le contesta Sara.
— ¿Y por qué, hija, prefieres estar aquí y no en la universidad? —El semblante de su padre se pone serio.
—Me gusta la universidad, pero he decidido cambiarme de horario, concretamente los sábados. —Le aclara Sara.
—Está bien, si esa es tu decisión, hija mía, la respeto. Te adoro, mi amor. Él la besa tiernamente en la frente.
—También te quiero mucho, eres el mejor papá del mundo. Sara le abraza calurosamente.
El doctor Néstor no es consciente de la difícil situación que está atravesando su hija. Además, ella no quiere preocuparlo hablando de su vida sentimental, y mucho menos de Miguel Ángel.
A partir de la próxima semana, Sara trabajará a tiempo completo en la compañía petrolera. Pese a que su amiga le recomendó que no se dejara vencer por Miguel Ángel, quiere evitar nuevas humillaciones.
Cuando este mujeriego se entere de que Sara no va a clase, va a cambiar completamente de actitud. Quizá esto se deba a que ninguna mujer se le ha escapado de las manos; todas acaban rindiéndose a sus pies.
Sara regresa a casa después de hablar con su padre; sin embargo, su mejor amiga de la universidad le invita a ir juntas al gimnasio.
Ella acepta y esa misma tarde se inscriben en el lujoso gimnasio «Sports World».
Este gimnasio cuenta con una de las mejores instalaciones de la ciudad: hay todo tipo de máquinas para hacer ejercicio, una pista de danza, jacuzzi, un área de masajes y otras zonas importantes.
Aquí frecuentan varias personalidades del país, como artistas, actores, actrices, directores ejecutivos y grandes deportistas.
—Sara, esta es la mejor idea que se me ha ocurrido para que te distraigas y dejes de pensar en el idiota de Miguel Ángel. —Le dice su amiga.
— ¡Gracias! Espero que este lugar sea el indicado para pasar las tardes después del trabajo. Sara observa las instalaciones del gimnasio.
— ¡Ánimo, amiga! Hacer ejercicio es un buen desestresante, además te incrementa la autoestima. —Le dice ella.
Sara y su amiga empiezan a ejercitar con el entrenador. Mientras tanto, un hombre con cuerpo atlético las mira desde lejos.
Él se acerca poco a poco hasta saludarlas.
— ¡Vaya sorpresa! —Eres tú, Sarita. —Le dice Diego mientras se seca la frente con una toalla.
— ¿Diego Brindissi? —Le pregunta ella algo sorprendida.
—El mismo en carne y hueso. —Él le sonríe.
—No sabía que estabas en este gimnasio. —Le responde ella.
—Todos los días, después de terminar mi trabajo con tu padre, vengo a ejercitarme y a despejar la mente. Diego la observa con sus seductores ojos.
— ¡Vale, chaval! —Le responde.
La amiga de Sara se queda prendada al ver el rostro atractivo y el cuerpo atlético del director ejecutivo. No cabe duda de que Diego es un hombre completo.
Al terminar la sesión de hoy, Sara y su amiga comentan sobre Diego.
—Me encanta Diego, su rostro, su mirada seductora y, sobre todo, su escultural cuerpo. —Le comenta a Sara con deseos lujuriosos.
—Diego es guapo, pero no me llama la atención. —Le contesta tajantemente Sara a su amiga.
—Pero, Sara, no te das cuenta de cómo te miraba. Le tienes hechizado a ese galante hombre. —Le replica ella.
—No quiero pensar en hombres hoy, basta con haber soportado las humillaciones y burlas de Miguel Ángel. El semblante de Sara se torna triste.
—Amiga, no te pongas así, ya verás que con el tiempo Diego y tú os vais a hacer novios. Harán una bonita pareja, de eso te lo aseguro. —Contesta ella con entusiasmo.
—Lo mismo me ha dicho mi padre: le encantaría que estuviera con Diego en un futuro no muy lejano.
— ¡Qué esperas, Sara! Ese hombre debe de tener cientos de mujeres que lo adoran. Aprovecha ahora que tienes la oportunidad, antes de que sea demasiado tarde.
Son dos personas que quieren que Sara y Diego formalicen su relación.
Por otro lado, Victoria se cita esta noche con Miguel Ángel; seguramente hablarán de negocios.
Él la va a recoger en su lujoso Jaguar del año en su trabajo; está feliz porque sabe con certeza que va a tener un puesto muy alto en la petrolera. Pero no es porque lo necesite, ya que sus padres tienen varias empresas en todas las principales ciudades de México, sino porque sabe con certeza que en cualquier momento se va a ver las caras con Sara, lo cual le agrada, aunque aquí no puede burlarse de ella como lo ha hecho en la universidad. Sin embargo, se dará modos para molestarla.
Miguel Ángel llega a la compañía, sube por el ascensor y se dirige a la oficina de Victoria. Al llegar al penúltimo piso, la secretaria le recibe con educación y él le agradece con una expresión presumida.