Cuando terminan el desayuno, Diego la lleva a casa y aprovecha para hablar un momento con el doctor Néstor. Todos están felices, pero Sara no, algo en su interior le dice que no confíe en este hombre.
Finalmente, Diego se va. Sara y su padre se dirigen a la sala para charlar un rato.
«Tarde o temprano vas a ser mía, Sara. Desde el primer momento en que te vi, estoy loco por hacerte el amor y disfrutar de tu virginidad». Diego pronuncia estas palabras llenas de soberbia y seguridad.
Miguel Ángel, que es un verdadero casanova, y Diego, que es un conquistador de vírgenes, pretenden a la ingenua e inocente Sara. Estos lobos rapaces quieren devorar viva a la pobre oveja.
—Sarita, mi amor, no sabes cuánto me hace feliz verte junto a Diego. Es mi sueño que formalicéis vuestra relación y luego os caséis. —Su padre expresa un gesto lleno de dicha.
—Papá, solo salí a desayunar con Diego porque me invitó. Tú sabes que mis prioridades ahora mismo son mis estudios y el trabajo en la petrolera. —Le dice con la voz agradable, suave y cariñosa.
—Comprendo, mi amor; de todas maneras me complace que salgas con Diego. Su cara es alegre y abierta, sugiriendo un grato momento de felicidad.
El día transcurre hasta que son las seis de la tarde, cuando por fin Victoria llega a la mansión. Néstor, su tío, la recibe con un abrazo y un beso en la frente.
Ella le comenta que se quedó a dormir en una suite de un lujoso hotel porque le apetecía, pero no le dice nada de que había amanecido junto a Miguel Ángel.
Victoria a su tiempo le va a decir al doctor Néstor que está saliendo formalmente con Miguel.
En su dormitorio, ella se acuesta en su lujosa y suave cama y coge el móvil para llamar a Miguel Ángel.
—Hola, mi Adonis, acabo de llegar a la mansión. ¿Cómo te sientes después de aquella inolvidable noche?
—Me siento excelente, mi hermosa Venus, acabo de cerrar un suculento negocio con una empresa petrolera. —le comenta Miguel.
—Me alegro mucho por nosotros y por nuestra compañía petrolera. —Su voz seductora provoca fascinación.
—Me excitas cuando hablas tan sensualmente. Tengo ganas de hacerte el amor. —Su voz es masculina y viril.
—El lunes, después del trabajo, iremos al mismo lugar. También te deseo como no tienes idea, mi adonis guapo. —Ella le responde con una suave sonrisa.
—Está bien, voy a contar los minutos hasta que llegue el lunes por la noche y volvamos a devorarnos vivos.
Al terminar de hablar con Miguel Ángel, Victoria se regocija al saber con certeza que por fin ha encontrado el amor, ya que había tenido tres intentos fallidos para formalizar una relación sentimental en el pasado.
Ahora está segura de que eso no va a volver a pasar. Al parecer todo le está saliendo bien, excepto el peligro que tiene de perder parte de la herencia de su tío; sin embargo, Victoria tiene varios planes para deshacerse de su prima Sara.
A la mañana siguiente, el doctor Néstor planea salir de paseo con Sara y Victoria para unir a su hija y a su sobrina. Espera que, al reunirse en familia, las cosas mejorarán.
El destino de su viaje es a una de las hermosas y exóticas playas de Cancún. El doctor Néstor va primero a la habitación de Sara para decirle del viaje y que van a tener una semana de vacaciones en la empresa petrolera.
Luego va al dormitorio de Victoria, que acaba de levantarse. Le habla del viaje, pero ella al principio se resiste porque el lunes, después del trabajo, tiene que salir con Miguel Ángel al mismo hotel del viernes anterior.