Felipe.
Un extraño torbellino de pensamientos que apareció de nada se arremolinaba en mi cabeza, confundiéndome. La razón de esto fue Paola y su increíble transformación, que me sorprendió. Por supuesto, inmediatamente aprecié sus encantos y su cara bonita, pero con este vestido, zapatos de tacón y maquillaje, me pareció una verdadera dama. Si antes pensaba, que ella era diez años menor que yo, entonces atribuí sus estúpidas payasadas a la juventud, entonces cuando la vi ahora no supe qué pensar. Mi amigo decía correctamente: “Quien entienda a las mujeres recibirá inmediatamente todos los premios Nobel.”
Quizás la razón fue que Thomas también resultó ser un miembro de la cooperativa, o más bien su familia. Evidentemente no me gustó la forma en que miró a mi "novia", aunque no solo él, sino todos los presentes, incluso a las mujeres, la miraban. Así que me acerqué a Paola y la abracé por la cintura, no solo para apoyarla, sino para mostrárselo a todos, que esta belleza me pertenece.
La tela de su vestido era muy delicada y delgada, así que sentí su estado nervioso, y también un pensamiento extraño se deslizó por la cabeza, que no había nada más debajo de este vestido. "¿Lo hizo a propósito? ¿Qué estaba insinuándome? ¿Tal vez debería haberla besado ayer?" Mis pensamientos fueron completamente en la dirección equivocada.
El alboroto que armaron los aldeanos, cuando les dije que pronto nos casaríamos me llevó a un estupor, del cual me despertó la voz exigente de Paola. Trató de traer a todos los presentes, incluyéndome a mí, a la tierra y volver a discutir los temas para los que todos estábamos reunidos. Necesitaba convencerlos de que tenía razón y lograr que cambiaran la anarquía en la cooperativa por algo más productivo, porque era imposible negociar con tanta gente que no tenía idea de cómo llevar un negocio. Más de una vez maldije a mi padre por tal "legado", que cada minuto despertaba en mí indignación.
- La forma en que hacíais negocios antes, espero que, por ignorancia y no por malicia, no pueda continuar. Por ello, hemos elaborado un nuevo estatuto de la cooperativa, que tiene en cuenta tanto nuestros intereses como los vuestros. - dije con firmeza, fijándome especialmente en Thomas.
Hubo un completo silencio en el salón durante un rato. Me acerqué a la pizarra, que probablemente fue traída de la escuela local, y escribí los diez principios fundamentales. Pensé que mi propuesta era bastante correcta, pero los aldeanos no lo pensaron así, entonces comenzó otro escándalo. Todos gritaban y discutían conmigo, con el alcalde, que parecía estar de mi lado, y con ellos mismos, pero en algún momento escuché la voz de Thomas.
- De acuerdo, compañeros. Esta es una buena opción, de lo contrario podéis perder todo lo que habíais creado con su trabajo en tres años.
- Creedme, no me interesa en absoluto arruinar la idea de mi padre de revivir el pueblo, al revés pretendo ayudaros a tener un futuro mejor para vuestros hijos, para se quedan en el pueblo y trabajan aquí. Entonces os pido que me deis la oportunidad de formar un liderazgo. Por eso propongo nombrar a mi prometida, la señorita Monti como gerente de la cooperativa. Es una muy buena especialista con mucha experiencia y ganas de ayudaros, sobre todo porque la señora Müller está en el hospital. - les aseguré.
El escándalo comenzó de nuevo, porque un hombre gordo pronunció una frase idiota de que nosotros queremos tomar su pueblo. Noté que Paola se puso pálida y me agarró del brazo.
- ¿¡Como no entendéis una cosa!? – grité. – Nosotros con una deuda de diez millones de francos lo único que queremos que esta cooperativa funcione, que saca el beneficio, con que pagaríamos ese crédito, que mi padre cogió para vosotros. ¿Alguno de vosotros entiende de contabilidad? ¿Alguien puede armar un presupuesto para el próximo mes? ¿Alguien tiene alguna idea sobre las leyes fiscales?
La gente guardó silencio, pero no por mucho tiempo, porque hubo un hombre inteligente que dijo que su hija se graduaría de la universidad en un año y podría reemplazar a la señora Müller.
- Bien, pero será dentro de un año. ¿Cómo vais a trabajar este año? La contabilidad es el alma de cualquier negocio. Si se hace incorrectamente, conduce a la ruina, por lo que probablemente no recibisteis suficientes ganancias esos años. - dije. - Y ahora, si hemos terminado con este tema, pasemos a la segunda.
En ese momento, Paola sacó su teléfono de su bolso y me susurró al oído:
- Lo siento, tengo que responder.
Ella se fue y yo continué la lucha en solitario. Qué difícil fue encontrar un lenguaje común con esa gente, su incredulidad natural me enfureció y me asustó hasta cierto punto. Me dijeron que no creían que yo cumpliría con las promesas de mi padre y sus temores estaban plenamente justificados. Invirtieron todo lo que tenían en esta cooperativa, y la muerte de mi padre los puso en un callejón sin salida. Ellos, como yo, no estaban preparados para recibir tal "sorpresa" como dos herederos en lugar de uno, por eso se me ocurrió la idea de presentarles a Paola como mi novia, para que todos pensaran que mi padre sabía de nuestros sentimientos antes y así pretendía unirnos para siempre.
Paola volvió, se me acercó y sonrió radiante. No sabía quién la llamó, pero obviamente le hizo bien. De repente sonrió con confianza, lo que me desconcertó un poco, especialmente cuando me pidió mi auto para ir a Zermatt, encontrarse con alguien. No podía salir de la reunión, así que solo le entregué las llaves y pedí tener cuidado.
Estaba muy intrigado por este visitante inesperado en el momento más inoportuno, pero no tenía tiempo para pensar en ello, tenía que conseguir que los miembros de la cooperativa firmaran mi nuevo acta constitutiva y plan de desarrollo.
Solo después de horas de constantes escaramuzas y gritos logramos llegar a un acuerdo mutuo. Probablemente fue el consejo más difícil y más largo que he tenido en mi vida, pero me salí con la mía. Ahora lideraré esta unión anárquica, aunque no solo. Tres representantes de la cooperativa, además de Paola, tomarán las principales decisiones en el negocio. Fue una victoria, porque no es lo mismo convencer a tres personas, que intentar gritar a treinta cabezas locas.