La Hermana Equivocada

Prólogo

Alissa

Coloco mi cabello al frente, el cual está lacio, me gusto cómo quedo, miro el vestido que él me hizo poner, es lindo, no lo puedo negar, es de un hermoso blanco, puro de seda y algunos encaje, no es para nada mi estilo, si hubiera sido decisión mía, hubiera optado por algo rojo y más sexy, pero se supone que soy inocente así que debo seguir el juego por un rato más.

Es interesante que por juego tonto una noche de fiesta termine en esta situación. Siempre he sido alguien que no le teme a un reto a hacer algo, siempre me gusto estar en todas las actividades de la escuela, hacerme notar, ser la que todos querían, la que todos desearan y así lo hice y aún lo sigo haciendo.

Crecí en una estable familia de cinco personas, mis padres, mi hermano mayor y mi hermana gemela, lo único que ella y yo tenemos en común es la apariencia y ya creo que ni eso, porque ella y yo tenemos estilos completamente diferentes, de pequeñas fuimos unidas, pero en la adolescencia yo quería estar con amigos, salir divertirme y ella no, así que cada una tomo caminos diferentes.

Ahora ella está en Nueva York estudiando arquitectura, a mí no me interesó hacer una carrera, soy preciosa y con la influencia que tienen las redes sin ningún problema me he vuelto influencer y me va muy bien en ello, así que no necesito estar quemando mis pestañas, para conseguir todo lo que sé que me merezco y eso nos lleva al momento en el que estoy ahora o más bien más o menos.

En una fiesta con algunos amigos, estábamos jugando a verdad o reto, cuando fue mi turno, elegí reto por supuesto y una chica me reto a hacer una publicación en una página donde decía que estaba vendiendo mi virginidad y cómo no me acobardo frente a un reto y estaba ebria, acepte y puse la publicación con una foto mía diciendo que vendía mi virginidad.

Al día siguiente ni siquiera me acordaba de lo que había hecho, lo recordé porque tenía mensajes de muchísimos tipos que estaban ofreciendo incluso 100 mil dólares por tener mi preciada flor.

Idiotas

Yo ya no soy virgen, no lo soy desde los 16, perdí mi virginidad con mi maestro de cálculo para aprobar la materia, pero eso no era algo que les iba a decir a esos hombres que estaban ofreciendo mucho dinero por mí. No acepte enseguida, espere un poco para ver que más ofrecían, entonces apareció él, Osman, un hombre alto, guapo, fuerte, al menos lo que miraba en sus fotos lo era, en todo caso no me confíe de ello, cualquiera podía poner fotos falsas en las redes, pero él insistió mucho y era quién más ofrece de todo ellos.

Ofreció 500 mil dólares.

¿Y cómo decir que no a una cantidad así?, pero tampoco se lo hice tan fácil y primero hice que nos viéramos en persona, con la excusa de que necesitaba sentirme segura respecto a la decisión que estaba tomando y bla, bla, bla. Para mi sorpresa él aceptó sin ningún problema y me pidió que nos viéramos en un lujoso restaurante, fue cuando supe su nombre.

Osman Kajabicsel

Es uno de los hombres más poderosos de medio oriente, él tiene muchísimo dinero, llevo conociéndolo desde hace cómo tres semanas y yo le encanto, cómo no hacerlo, sé que soy maravillosa, me ha llenado de regalos y joyas muy costosas, casi me siento mal por decirle que soy virgen cuando no lo soy en realidad, casi, pero la verdad a los hombres no le gustan las mujeres inexpertas, a ellos les gustan las mujeres que si los pueda complacer y eso es lo que voy a hacer esta noche, lo dejaré tan encantado que olvidara el insignificante detalle de que no era virgen en realidad.

Por así que ahora estoy esperando a que Osman llegué, él envió un auto a recogerme a mi departamento y me trajeron a un lujoso muelle, donde me estaba esperando en su espectacular yate, don me hizo subir y me trajo a la habitación principal donde me esperaba el vestido que ahora llevo puesto, junto con la delicada ropa interior también.

De repente escucho un alboroto fuera, ¿qué estará pasando?, salgo de la habitación curiosa, escucho muchas voces desde el frente del barco, no sé cuál es el nombre que tiene, tampoco entiendo lo que dicen, Osman casi siempre está hablando en turco, así que no entiendo lo que está diciendo. Subo la escalera siguiendo las voces y cuando estoy a mitad de ellas veo a un grupo de cuatro hombres rodeando a….¿Osman?..

Me quedo de piedra al verlo, él está en el suelo golpeando a otro tipo sin compasión alguna, mientras la sangre lo salpica a él y a los demás que no hacen nada para detenerlo.

¿Que clase de hombre es esté?

Intenté irme, pero estoy tan nerviosa y afectada, por lo que acabo de ver que resbaló en las escaleras cayendo por ellas, lastimándome un tobillo, trato de ponerme en pie, pero no puedo, mi tobillo me duele demasiado para poder levantarme, entonces veo cómo uno de los hombres que estaban arriba me ven y dice algo en turco que no entiendo para nada, pero no soy tan tonta para no saber qué le está diciendo que soy yo y que seguramente vi lo que pasó.

Oh, no, no, no…

Él y otro más bajan y me levantan del suelo mientras veo cómo, Osman me mira desde arriba, incluso por la escasa luz y la distancia puedo ver cómo incluso en su esculpido y varonil rostro está manchado de sangre. Los hombres me llevan a la habitación y con cuidado me dejan en la cama para después dejarme sola.

Intento levantarme, pero no puedo apoyar el pie, tengo que hacer algo, no puedo quedarme aquí, lo más seguro es que me va a matar por lo que vi, nunca debí meterme en esto, Dios, ¿qué voy a hacer?. No sé cuanto pasa, pero yo siento que me ahogo con cada segundo que pasa, de repente la puerta de la alcoba se abre y me espanto cuando veo a Osman, ya está cambiado y sin ningún rastro de sangre en él, pero yo no puedo dejar de pensar en lo que vi.

─No debiste salir ─ dice negando mientras se acerca a donde estoy y yo me alejo de él, estoy aterrada de él ─ no me tengas miedo, yo no te haré, voy a lastimar Alissa ─ me dice sentándose en el borde de la cama y yo esto en el extremo de la otra punta de esta.




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