La Hermana Equivocada

IV

Estoy perdida

No sé que voy a hacer y mucho menos cómo voy a salir de esta situación. Ahora estamos caminando fuera del hospital, cuando el médico dijo que si era virgen aún, la expresión fue bastante complacida por uno o dos segundos, para después volverse seria y me dijo que me vistiera de nuevo, cuando lo hice me tomó de la muñeca para sacarme de ahí, al salir los guardias se colocaron detrás nuestros siguiéndonos hasta la salida.

Cuando estamos afuera el primer guardia entra y él me suelta para que yo entre, cuando estoy libre de su agarre tengo el gran impulso de echarme a correr, pedir ayuda y gritar que me están secuestrando o algo parecido, entonces recuerdo a Melissa, tengo que volver por ella, subo y él lo hace después de mí y por último el segundo guardaespaldas.

─Esta fue la última mentira que te tolero Alissa ─ dice él y me alejo lo más que pueda de él abrazándome a mí misma.

─Yo no soy Alissa, entiéndalo, si fuera Alissa no sería virgen ─ le digo, él está por decir algo, pero su celular empieza a sonar y él contesta.

Habla en ese extraño idioma, así que no entiendo nada, pero de repente grita furioso al teléfono y mira a los guardias molesto, por un momento me mira a mí también, pero cuando lo hace no lo hace molesto, le grita a alguien en el teléfono y parece que cuelga la llamada y empieza a revisar su celular, además de, lo que supongo es insultar a sus guardias, los cuales parecen muy asustados de él también.

Mira su celular con mucho detenimiento, además de frustración, no tengo ni la menor idea de lo que está pasando, además quiero preguntar por mi amiga, pero no creo que sea el momento apropiado para hacerlo. De repente él me sujeta del mentón y me mira muy fijamente la cara para después bajar y concentra sé mucho en mi boca, me tenso y me suelta, mientras creo dice improperios en su idioma a los guardias.

¿Ahora qué le pasa?

Varios minutos después llegamos a la propiedad de antes y tomo el valor de pregunta por mi amiga.

─¿Dónde está Melissa?─ preguntó.

─¿Quién?─ preguntó él confundido.

─Mi amiga, déjela ir, ella no tiene nada que ver en esto ─ le digo mientras estacionan en frente de la gran mansión, el segundo guardia baja primero, él me mira por un momento y luego baja para que después lo haya yo y por último el primer guardia.

─Camina ─ ordena y camina frente mío hasta la entrada de la mansión.

Qué extraño

Lo sigo dentro de la casa de mientras habla de nuevo en ese idioma con no sé quién exactamente, pero el Guardia dos, se va y el guardia uno se queda detrás de mí, siento muchísimo alivio cuando lo veo ir hasta unas puertas dobles corredizas, cuando entró también me dio cuenta que es un gran estudio con biblioteca incluida, el lugar es hermoso, incluso tiene chimenea y acogedores cojines para sentarse frente a ella, él caminó hasta un pequeño bar que tiene en aquí y yo me quedo de pie mirando todo, él Guardia uno me hace una seña para que me siente en uno de los muebles, yo no estoy muy segura de hacerlo, pero camino hasta uno de ellos para hacerlo y antes de que lo haga, la puerta se abre de nuevo y por él veo entrar a Melissa.

─¡Melissa!─ corto hasta ella y ella al verme correr hasta a mí y me abraza llena de alivio y yo también.

─¿Qué está pasando?, ¿Quiénes son estos tipos?─ me pregunta en un susurro aún abrazada a mí.

─Mi hermana hizo un trato con ellos y no cumplió y nos engañó a todos para que ellos crean que yo soy ella ─ le contestó igual, sin soltarla.

─Pero diles que no eres ella, que son gemelas ─ me dice mi amiga.

─Se los he dicho, pero no me cree ─ digo.

─Siéntense ─ ordena él y ambas nos separamos y nos tomamos de la mano.

─Déjela ir, ella no tiene que ver en esto ─ le pido de nuevo.

─Tú tampoco tienes nada que ver en esto Elissa ─ me dice mi amiga y claro que lo sé, pero es más fácil que la dejen ir a ella, este hombre aún no cree que no soy mi hermana.

─Siéntense ─ brama y ambas brincamos asustadas dando un paso atrás por temor, él suspira cansado ─ siéntense por favor ─ dice en un tono mal dócil.

¿Por favor?
¿Sabe lo que significa esa palabra?

Melissa y yo no tenemos de otra que sentarnos en unos bellos asientos de cuero que están frente a un lustrado escritorio de madera negra.

─Lo siento ─ dice y lo miro muy sorprendida y confundida ─ de verdad pensé que eras Alissa, lamento mucho cómo te trate ─ continúa y creo que me están haciendo una broma, la peor broma del mundo.

─N...no, entiendo ─ dijo aún confundida ─ no es que me queje de que al fin entienda que de que no soy mi hermana, pero llevo un buen rato diciéndole que no lo soy y simplemente no me creyó y ahora…., Ahora simplemente me cree, ¿Por qué?─ le preguntó y mi amiga me mira cómo si me hubiera vuelto loca y tal vez lo hice, pero es que, ¿qué lo hizo cambiar tan repentinamente de opinión?.

─Mis hombres revisaron sus pertenencias y en ellas tienen todos sus documentos, licencia de conducir y tarjeta de la universidad, todos esos documentos dicen que te llamas Elissa, así que se pusieron a investigar y en efecto, son gemelas ─ empezó a contar para después darle un trago a su copa y caminar hasta donde estábamos para después recostarse en su escritorio ─ ambas son, muy, pero muy parecidas debo decir, solo hay una pequeña cosa que las diferencias y es que Elissa, tiene un pequeño lunar en medio del labio superior, ósea tu ─ contó.

Gracias Dios

─Entonces nos podemos ir ─ comenta mi amiga feliz y yo también.

─No, no se pueden ir ─ dice él y yo me levanto encarándolo.

─¿Por qué no?, Ya tiene claro que no soy mi hermana, nosotras no tenemos nada que hacer aquí ─ le digo.

─Si tienen que hacer aquí, no hemos terminado de hablar ─ dice y se termina de tomar su copa ─¿Dónde está Alissa? ─

─No lo sé ─ contestó.




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