La hija de la Madre Luna

Capítulo 38

Mansión Höller en el vecindario privado de Renania, Santiago de Surco, Lima, Perú, después del ataque que sufrió Amelia.

Todos esperaban expectantes en la Mansión Höller. Los aullidos del Alfa habían alertado a toda la familia sobre la condición de Amelia y la presencia de Catalin. Fueron solo segundos los que necesitaron para llegar a la mansión. Stefan dejó suavemente a Amelia sobre un sofá de la sala de estar y Ravi empezó a escanear sus heridas con un hechizo.

  • Tímpano roto, tabique nasal roto, pérdida de cuatro molares… -Ravi hizo una pausa, le costaba decirle ese diagnóstico a Stefan.
  • ¡HABLA, RAVI! -gritó el Alfa en su desesperación por ver gravemente herida a su Luna.
  • Aborto espontáneo de una cría por ruptura de útero.

Amelia no podía oír.  Se quejaba de mucho dolor y se esforzaba por respirar. Stefan sentía el dolor físico de su Luna y por la noticia de Ravi, empezaba a sentir una tristeza muy onda que empeoró la situación de Amelia, quien aún no tenía idea de que estuvo embarazada.

  • Hay un problema -dijo Ravi palideciendo su semblante-. No puedo sanar a Amelia. Hay como un campo energético que no permite que la magia la afecte.
  • ¿Entonces? –preguntó Stefan esperando que su cuñado brujo le presentara opciones.
  • Debe ser tratada por médicos humanos. Necesita urgente una cirugía y transfusión de sangre, sino morirá

Debían trasladarla a un hospital, pero ¿qué pensaría el personal médico al ver llegar a una paciente aún menor de edad con un fuerte golpe en la cara y un aborto espontáneo? Por la situación, a Stefan no se le ocurría nada, y en su desesperación empezó a gritar para que Ravi encuentre una solución. Los gritos y desesperación de Stefan aturdían al brujo, por lo que este lanzó un hechizo que detuvo el tiempo. Ese hechizo le permitió parar la continuidad de todo lo que estaba sucediendo, incluso que empeorara la delicada condición médica de Amelia.

Ravi comenzó a pensar la historia que excusaría ante los humanos las lesiones de la Luna Höller. Como no lograba concretar algo creíble, pensó en pedir ayuda. Su primera opción fue Marianne, pero necesitaba a alguien que pudiera ofrecer más que fuerza y rapidez, así fue que decidió ir por la ayuda de Sara.

En un abrir y cerrar de ojos llegó a la hacienda, y se sorprendió al ver que su hechizo había llegado hasta esas coordenadas, ya que estaba muy lejos de la mansión. Al encontrar a Sara, la liberó de su hechizo para comentarle lo que había sucedido y lo que necesitaban crear para no evidenciar a la manada ante los humanos. Sara le recordó que ahora tenían la ayuda del Comandante Torres, pero como sería la primera vez en poner a prueba el real poder de las conexiones del humano, Ravi sugirió dejar un panorama fácil de cubrir por este.

A Sara se le ocurrió simular un accidente de tránsito. Ravi estuvo de acuerdo con ella, así que tomaron el deportivo de Stefan y crearon la escena donde este chocó contra la pared de un edificio. Acomodaron los cuerpos de Stefan y Amelia en los asientos de piloto y copiloto entre las bolsas de aire activadas. Convinieron que Amelia no tenga el cinturón de seguridad sujeto, ya que así se justificaba mejor sus heridas, pero aún faltaba que Stefan luciera algunos cortes o contusiones.

Ravi sacó la navaja de plata que decidió llevar consigo cuando Stefan le pidió trasladarse junto a Karl Höller para socorrer a Amelia. Miró a su cuñado, a quien conocía desde que era un infante de apenas un año. Lo que iba a hacer, le costaría al brujo padecer con muchas emociones encontradas.

Sara vio la navaja de plata cuando Ravi empezó a caminar hacia el auto en donde estaba Stefan. Ella lo detuvo, pero él le explicó lo que tenía que hacer porque no sería nada creíble que Stefan saliera ileso ante tan terrible accidente. El brujo conocía la anatomía de todas las especies, así que podía hacer los cortes y golpes donde su cuñado sangrara y crear hematomas sin agravar intensivamente la condición física de Stefan.

El brujo imaginó que como Amelia estaba sin cinturón, Stefan estiró su brazo derecho tratando de protegerla, y el golpe de la bolsa de aire más los vidrios le causaron cortes en el antebrazo. Al activarse la bolsa de aire de su asiento se rompió un par de costillas, y en su frente tendría un par de cortes por los vidrios que volaron tras el fuerte impacto.

Hechas ya las heridas en Stefan, analizaron mejor la escena. Acordaron la trama de la historia, una en que los jóvenes al salir del cruce entre Av. Arequipa con Av. Javier Prado, que es una vía rápida, se toparon con un perro callejero que cruzaba de improviso la pista. Para no atropellarlo, el auto dio un giro hacia la derecha, pero comenzó a dar vueltas sin control porque el extremo derecho del parachoques golpeó la terminación del concreto que separaba la vía rápida con el carril de ingreso paralelo a la Av. Arequipa, por lo que terminaron estrellándose en la pared de un edificio. Sara implantó esta visión en las mentes de todos los humanos que estaban cerca del lugar, mientras que Ravi cantaba un hechizo que haría que las imágenes del infortunado accidente aparezcan en los vídeos de seguridad del distrito. Listo todo, Ravi y Sara abandonaron la escena, y el tiempo retomó su curso.

Stefan despertó y no entendía lo que sucedía, ya que no recordaba haber estado con Amelia en su auto. Sara se comunicó con él telepáticamente, le explicó lo que hicieron ella y Ravi para recrear el accidente que cubriría la verdadera historia de las lesiones de Amelia. Stefan comenzó a sentir mucho dolor, ya que era la primera vez que sus heridas y contusiones demoraban en sanar, y se le hacía difícil respirar por las dos costillas rotas. Miró hacia Amelia, quien empezó a quejarse por el dolor. A lo lejos se escucharon las sirenas de la ambulancia y policía que llegaban a socorrer a los heridos de tan terrible accidente.




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