La hija de la Madre Luna

Capítulo 43

En dos días tuvimos instalada una antena de telefonía celular e internet en el recinto de custodia de las piedras de luna. El equipo de Bastian Heinz se había encargado de realizar los ajustes necesarios para que el intercambio de información se realice siempre por líneas seguras con datos encriptados, ya que no solo íbamos a utilizar esa conexión para que Catalin y Thomas estén en contacto, sino para asuntos de seguridad de la manada.

Cuando tuvimos los equipos conectados en la residencia de las piedras de luna, pudimos hacer la primera videollamada. Sumamos al equipo de Thomas a un especialista en Telecomunicaciones para que se encargue de dar mantenimiento y resolver inconvenientes técnicos de las conexiones y equipos. Cuando la imagen de Thomas apareció en el LED de la biblioteca, Catalin llevó sus manos hacia su cara, tapando su boca para no gritar de emoción.

Thomas era un hombre que no parecía mayor que Stefan. Al tener una compañera que se quedó para la eternidad en la edad de veinte años, el desarrollo corporal de Thomas no superó los veinticinco. Era rubio castaño de ojos verde olivo. Usaba barba y el cabello lo tenía un poco largo, desprolijo. Su sonrisa se tornó muy cálida al ver a Catalin. Las ojeras que tenía comenzaron a desaparecer tras saber de su predestinada. Se notaba que la había pasado mal durante los últimos días.

Comenzaron a hablar. Lo hacían en alemán, ya que Thomas no tenía el hechizo de lenguas que Ravi puso en Catalin. Aunque no entendía la conversación, era obvio que verse y oírse el uno al otro aminoraba el suplicio de estar en diferentes continentes. Stefan entendía todo lo que decían, así que reía a la par que escuchaba hablar a la pareja, pero de un momento a otro su rostro se enrojeció y me pidió salir, dejando sola a Catalin. Los amantes separados habían comenzado a expresar sus deseos sexuales, y, aunque a los licántropos la vergüenza no les afecta, creo que tener una compañera humana muy penosa estaba haciendo que Stefan adopte una postura más respetuosa de la intimidad ajena.

Media hora después volvimos a ingresar y ellos seguían conversando. Stefan interrumpió porque quería saludar a Thomas, a quien había visto por última vez el verano europeo pasado. Thomas le felicitó por ser el Alfa y agradeció por cuidar de Catalin, ella ya le había comentado lo que hicimos para conseguir su alimento. Stefan pidió que me acerque, Thomas quería conocerme y ofrecerme sus saludos y veneración. Hablaba en alemán, y Stefan tradujo cuando terminó.

  • Gracias, Luna Amelia, por darle a mi amada Catalin el trato de princesa que siempre quise que tuviera. Reconozco su divinidad tras evidenciar misericordia para nosotros y por tratarnos como iguales. Tanto Catalin y yo estamos a su entera disposición. Y, aunque no espero que suceda, en el momento que debamos ir a la guerra, no dude que ambos estaremos ahí, dando lo mejor de nosotros para cuidar de usted y de la manada. Gracias por querer ser nuestra amiga, añoraba volver a sentir el calor de una amistad en mi corazón -Stefan hizo una pausa, le afectaba que su bisabuelo se haya alejado de Thomas solo por amar a una vampira.

Stefan dijo algo en alemán que hizo a ambos alegrarse mucho, sonrió y me dio un guiño. Iba a preguntar cuando él se adelantó a informarme que Thomas vendría para nuestra boda.

  • ¿Estás seguro? La misión de Thomas es muy importante. No puede dejarla así porque sí.
  • Lo sé, por ello trasladaré todas las piedras de luna con él. Estarán resguardadas en la caja fuerte en el sótano de esta mansión.

(…)

La idea de trasladar a Thomas y las piedras de luna no fue del agrado del bisabuelo Karl. Todo lo gracioso, divertido y bonachón huyó de él cuando Stefan le dijo que ya había tomado una decisión y no la iba a cambiar.

  • ¡DEBISTE PEDIR NUESTRA OPINIÓN! ¡SOMOS TAN ALFAS COMO TÚ! -gritaba el bisabuelo Karl.
  • Ahora yo soy el Alfa Höller y seré quien decida lo mejor para mi familia y manada -respondió Stefan muy tranquilo, sin alterarse.
  • ¡MAXIMILIAM! ¡CÓMO ES POSIBLE QUE TU HIJO SEA TAN IRRESPETUOSO! -el bisabuelo exigía que el padre reprenda al hijo, pero lo hecho era bajo el mando alfa.
  • Abuelo, Stefan ya no es un niño y tú ya no eres el Alfa Höller. Él ha tomado una decisión, y hay que respetarla.

Los padres de Stefan nunca entendieron por qué Karl Höller se alejó de Thomas Häus. Maximiliam no despreciaba a Catalin, más aún cuando ella fue quien rescató a Stefan, de apenas tres años, de unos vampiros renegados que escapaban de la masacre que el Clan Kusanović cometió contra el suyo. Sin embargo, nunca hizo nada por mejorar la vida de ella o la de su predestinado, simplemente continuó con la tradición impuesta por su abuelo.

  • ¡¿Fue por Amelia que tomaste esta decisión?! – seguía protestando el bisabuelo.
  • No. Fue por la vergüenza que sentí cuando Thomas agradeció a Amelia por su amistad. El añora volver a tener amigos, unos más leales.

El enojo desapareció del rostro del bisabuelo Karl para que llegara la sorpresa junto a la tristeza. Thomas había sido su Beta, su estratega, su mano derecha, su amigo hasta que llegó Catalin. Al principio era complicado para toda la manada convivir con ella. Los licántropos emiten un olor que para los vampiros es muy desagradable, por lo que a Catalin se le hacía difícil compartir espacio con ellos, excepto con Thomas, cuyo olor la excitaba. Además, muchos le temían por los actos bélicos que cometió contra las manadas, así que muchos miembros se quejaron y no querían tenerla como parte de ellos. Para Karl Höller fue más práctico sacrificar a uno que a varios, así que separó a Thomas del puesto de Beta y le dio una tarea lejos de la manada. Pasaron unos años, y cuando Catalin ya controlaba su sed y tenía mejor carácter, la hicieron entrenadora de los guerreros, empezando con la labor de preparar al abuelo Hugo y su séquito, pero ese encargo no cambió para nada el trato lejano que Karl Höller le daba a su ex amigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.