La hija de la Madre Luna

Capítulo 46

Antes de iniciar el servicio de cena, la mayoría de invitados humanos ya se habían retirado. Después de esta comida, la mayoría de los invitados sobrenaturales se dirigieron a sus apartamentos asignados u hogares en el vecindario privado. Solís llevó a Sandro y Elías a dormir junto con Lena a su habitación. Los niños ya no daban más después de haber disfrutado de una divertida tarde.

Bailaba en el jardín con Stefan y algunos de los guerreros. Austin y Sara estaban con nosotros, así como nuestro séquito y Klaus con Katha. Sentados, pero cerca de nosotros estaban Marion con Haldir, Marianne con Ravi, Catalin con Thomas, Solís con Torres, Kurt con Heidi y Ranjit con Darsha, hermano y cuñada de Ravi. En otras mesas estaban los Alfas Baranov y Evans con sus séquitos. En la terraza, nuestros sobrinos estaban bailando y divirtiéndose aparte. Kiram llevó a diez amigos cuya relación de amistad nació en el colegio o en la universidad, así que junto a Elrond con Caroline, Cassie con Erik y Ania con Pietro eran un buen grupo que la pasaba bien lejos de los adultos.

En un momento en que los varones de la manada tenían ocupado a Stefan compitiendo contra los Alfa Iván y William juegos que implicaban que los perdedores beban alcohol, me escabullí a la pequeña fiesta adolescente en la terraza. Mi amor por Stefan era inmenso y la pasaba bien con gente de su edad o mayores, pero yo recién cumplía dieciocho años, y quería compartir diversión con mis pares, así que me fui a celebrar un ratito con mis sobrinos y sus amigos.

En la terraza tenían comida, cervezas y gaseosas que pidieron al servicio de catering. Ellos estaban cerca de la zona del dj y eran quienes decidían la música que sonaba en todo el lugar, así que la fiesta adolescente de la terraza marcaba el ritmo de la del jardín. Al verme subir, Caroline corrió a abrazarme junto a Cassie y Ania. Los chicos comenzaron a aplaudir y silbar vitoreando a la novia. Carlos, un amigo de Ravi, me ofreció un vaso con gaseosa e hicimos un brindis por mí: «Por la novia más joven y bonita de toda la Familia Höller», brindó Ania y todos gritaron: «¡Salud!».

Todos hicieron un círculo a mi alrededor y comenzamos a bailar. Cada cierto tiempo, alguien del círculo se acercaba y bailaba conmigo. Los chicos me tomaban de una mano y me hacían girar para que la falda de mi vestido se vea más voluminosa y pareciera una verdadera princesa. Con las chicas bailaba algunos pasos coreografiados de los vídeos de Tik Tok que más nos gustaban. La estábamos pasando muy bien cuando una alarma empezó a sonar por toda Renania. En el cielo se vio cómo una especie de energía comenzaba a formar una gran cúpula sobre el vecindario privado.

  • Es papá -dijo Ania-. ¿Por qué ha lanzado un hechizo de protección?
  • ¡¿HECHIZO DE PROTECCIÓN?! -gritaron los amigos de Ravi al sentir miedo por la conmoción que se había despertado. Todos ellos eran humanos.
  • ¿Está pasando algo malo? –pregunté sin entender el porqué del hechizo de protección.
  • Están atacando Renania -dijo Erik.

Todos volteamos a verlo. Él y Pietro estaban tranquilos, pero en alerta. Todos estábamos confundidos, ¿Cómo podía decir que estábamos siendo atacados? Según Cassie, él era humano, entonces, ¿por qué afirmaba algo que sonaba más creíble para las especies sobrenaturales que para los humanos? En eso aparecieron en la terraza dos hombres, altos, fornidos, vestidos por completo con prendas de color negro. Sus miradas rojizas nos decían que eran vampiros. Se acercaban a nosotros dándonos una sonrisa malvada que comenzaba a darme escalofríos. Elrond gritó a Kiram para que se lleve a sus amigos al búnker, que era una habitación con paredes revestidas en acero y con una cerradura que solo era posible abrir desde adentro al colocar una clave. Esos sujetos no hicieron nada para evitar que Kiram se aleje con sus amigos, tenían otro objetivo como víctima.

  • Amelia Höller. Justo a quien buscábamos -dijo el más corpulento.
  • Qué oportuno que estés rodeada solo por niños -dijo el otro, un poco más alto.
  • ¡Aléjense! -dijo Cassie y se transformó en lobo. Ella aún no había comenzado la instrucción en defensa personal, por lo que nunca había peleado en combate. El más alto se estaba acercando a Cassie para golpearla, ella lo esquivó, pero en un segundo intento él iba a acertar un fuerte golpe, uno que Erik detuvo con una sola mano al aferrarse del brazo del vampiro.
  • No te voy a permitir que la toques -con un solo apretón de mano, el jovencito destrozó los huesos del antebrazo del vampiro.

Un fuerte grito de dolor avivó a que su compañero arremetiera contra nosotros. Entonces Pietro dio un salto mortal, adelantándose a su ataque, y lanzó en contra de este una especie de… ¿collar? El cuello del vampiro quedó sujeto por lo que parecía un collar de cuentas, era como un rosario católico, uno muy largo.

  • ¿Pretendes ahorcarme? Los vampiros no respiramos, niño estúpido –soltó el vampiro corpulento.
  • Esa no es mi intención -Pietro le sonrió de lado, y dando otro mortal hacia atrás cayó fuera de la terraza, arrastrando al vampiro, cortando su cuello por la fuerza ejercida, y haciendo que su cabeza ruede por el suelo.

El otro vampiro quiso atacar con un solo brazo a Erik, pero este se trepó ágilmente sobre él y apretando con sus piernas la cabeza se dejó caer con violencia, arrancándola del cuello. Pietro regresó y el collar que tenía comenzó a retraerse, se acercó a Erik y le dijo algo en una lengua que no entendí. Ambos cuerpos y los rastros de sangre desaparecieron haciéndose polvo.

  • ¿Quiénes o qué son ustedes? –Elrond exigía que Erik y Pietro digan la verdad de sus orígenes.
  • Somos híbridos de felinos y humanos, los predestinados de Cassie y Ania -respondió Erik mirando tiernamente a Cassie, Pietro hacía lo mismo con Ania.
  • ¿Felinos? Pero esa especie es muy reservada y no nos hemos topado con alguno en siglos -dijo Elrond sorprendido de que no uno, sino dos híbridos de felinos estén delante de nosotros.
  • ¿Cómo sabes que soy tu predestinada? Yo no he sentido atracción por ti -preguntó Cassie a Erik.
  • Pero yo sí. Tu olor me tiene arrastrándome por ti -le respondió Erik emitiendo un suspiro al final.
  • Los felinos podemos ocultar nuestro olor, así el predestinado puede no darse cuenta de la conexión -completó Pietro.
  • ¿Y por qué hacer eso? -preguntó Ania-. ¿Acaso no sufren por no poder estar al lado de su alma gemela?
  • Nosotros somos diferentes a las otras especies. Yo me di cuenta que eras mi predestinada en el jardín de niños. ¿Querías unirte a mí a los tres años? -respondía Pietro acercándose a Ania para acomodar sus cabellos que la conmoción desordenó-. Ocultamos nuestro olor para proteger a nuestra alma gemela. A veces debemos esperar hasta que tengamos la edad adecuada para sellar la unión.
  • ¿Y qué es eso con lo que atacaste al vampiro? -pregunté más curiosa que sorprendida.
  • Es un japa mala modificado para el combate –Pietro levantó la mano izquierda con la que lo sujetaba-. Los humanos lo usan para recitar mantras en el hinduismo, budismo y sijismo. Sin embargo, los felinos lo usamos para pelear contra aquellos que alzan la bandera del mal, como los vampiros.




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