La hija de la Madre Luna

Capítulo 47

Mansión Barone en Teramo, Abruzos, Italia, hace tres semanas.

Cargando a Laura, quien dormía por el hechizo lanzado por Sasha, Gianluca Barone regresaba a la mansión de su familia. Aunque se había evitado que su hermana menor acabe con la vida de la Luna Höller, aún estaba pendiente saber si el ataque contra la humana tuvo como consecuencia la pérdida de un hijo en su vientre. Gianluca sabía que, si Laura provocó la muerte de un futuro Höller, lo único que le esperaba sería morir, por lo que rogaba a la Madre Luna de que nunca haya habido una cría en desarrollo, así solo bastaba con encerrarla de por vida para castigar su gravísimo error.

El Alfa Barone caminaba con su hermana en brazos hacia su habitación. Sasha no paraba de susurrarle todas las consecuencias que padecería Paula, su compañera predestinada y hermana gemela de Laura, al tener que castigar el terrible error cometido por la licántropa cuando esta decidió ir a Perú para acabar con la vida de la Luna Höller. Sasha no podía ni pensar en ver sufrir a su amada solo por tener un vínculo poderoso y eterno con aquella mujer que la locura embargó por todo lo sufrido al no encontrar a su alma gemela. Dejando a Laura sobre su cama, Gianluca le pidió a Sasha que sellara la habitación con un hechizo.

  • Por favor, Gianluca, responde a mis preguntas. Lo que pase con Laura afecta a Paula y por ende a mi familia. Por el bien de mis hijos, debo saber que todo estará bien con mi amada, quien también es tu hermana -suplicaba Sasha sentado enfrente de un derrotado Gianluca.

El poderoso Alfa Barone sentía que todos los siglos de esfuerzo de su familia por sacar adelante a la manada y ser un referente vivo del poderío licántropo no valían nada al lado de lo que Laura había hecho en los últimos cinco años. Aún callado y envuelto en sus pensamientos, maldijo una y otra vez el momento en que su hermana se topó con Stefan Höller y decidieron iniciar una relación que en cualquier otra circunstancia no hubiera causado gran alboroto, pero su hermana siempre fue un ser desequilibrado, y el no encontrar a su predestinado la alteró más de lo debido.

Laura siempre había sido comparada. Tener a Paula como gemela hizo que siempre hubiera un referente sobre cómo debía ser y hacer. Desde niña odiaba escuchar a todo el mundo preguntarle por qué no podía ser más buena, estudiosa, amorosa, educada, atenta, gentil como Paula. La respuesta era sencilla: porque ella no era Paula, era Laura, alguien completamente diferente, pero nunca se atrevió a protestar por la injusta comparación, y eso hizo que el odio creciera en su corazón. Cuando Paula encontró a su pareja predestinada en Sasha, con apenas dieciséis años, la situación para Laura empeoró. Muchos comenzaron a afirmar que Laura había nacido sin esa gracia entregada por la Madre Luna, de ahí que desde niña siempre fue diferente a su hermana.

Lo que no se daban cuenta era que, al llenar a Laura de palabras tan negativas sobre ella misma, los pensamientos que circulaban por su mente generaban poco a poco que la oscuridad se apodere de sus emociones y sentimientos, llegando a afectar su corazón y su alma. A Gianluca, hermano mayor de las gemelas, le producía una honda pena ver que todos sometían a una gran presión a su hermana. Muchas veces lo discutió con sus padres, pero ellos eran los más ciegos sobre lo que sucedía con su hija. Ellos solo cumplían los caprichos de la menor a la que calificaban de rebelde, pero lo de ella no eran las ganas de ir contra la corriente, era el odio porque desde siempre la culparon, criticaron y juzgaron sin considerar sus habilidades, limitaciones y las diferencias con Paula.

  • ¡GIANLUCA, EXIJO QUE ME RESPONDAS! -el grito de Sasha sacó de sus pensamientos al Alfa.
  • Entiendo por lo que pasas. Yo no podría vivir en paz sabiendo que por terceros mi amada Luna podría verse afectada, pero entiéndeme, Sasha. Si no castigo a Laura, Los Höller pedirán ante el Consejo de Alfas no solo su cabeza, sino la de toda la manada. Ahora estoy en el dilema de elegir entre el bien común de la manada y el de mis hermanas. Sin embargo, roguemos porque el sangrado que presentó la Luna Höller no esté relacionado a un aborto. Esa es la única esperanza que tenemos para no acabar con la vida de Laura, y solo mantenerla prisionera hasta el fin de los tiempos.

Sasha sabía cuál era la respuesta. El brujo había invocado a unos débiles demonios que percibió durante el intercambio de palabras entre los Alfas y les obligó a averiguar lo que sucedía con la Luna Höller. Al llegar a la Mansión Barone, recibió la confirmación del aborto espontáneo por ruptura de útero. Sasha ya sabía que la sentencia de Laura estaba hecha, y que la pena sería la muerte, lo que afectaría a Paula, ya que la conexión por ser gemelas haría que, al faltar Laura, Paula se debilite, enferme y también pueda morir.

A los dos días del incidente entre Laura y la Luna Höller, el Delta Höller se comunicó con Los Barone para informar lo sucedido tras el ataque de Laura. Gianluca sintió que el corazón se le oprimía cuando entendió que debía matar a una hermana y sentenciar a la otra a una vida de enfermedad y debilidad hasta que le llegue la muerte. Se abrazó a su Luna para llorar amargamente por el destino de sus hermanas, una completamente culpable, y la otra, una víctima inocente de la relación consanguínea.

El comunicado oficial de Los Höller solo alentó la decisión que tomó al enterarse del aborto por los demonios. Sasha no iba a permitir que Paula sufriera, y, por ende, debía salvar a Laura de una muerte segura. Sin dar mayores detalles a su compañera predestinada, pidió a Paula preparar un cambio de ropa para cada uno de sus tres hijos y para ellos.

  • Añade una más para Laura -dijo el brujo a su compañera.
  • ¿Qué vas a hacer, Sasha? -preguntó temerosa Paula.
  • Nos la llevaremos –la determinación en Sasha era obvia. Paula lo miraba confundida. Su amado iba a ir en contra de lo resuelto por su hermano, el Alfa-. No voy a permitir que algo te pase tras la muerte de Laura. Te amo, y nuestros hijos te necesitan. No podríamos vivir sin ti -evitando derramar lágrimas, Sasha se abrazó a Paula antes de ir por Laura.




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