1. Hola, ¿cómo me llamo?

La lectora de lágrimas, un conjunto de pequeños relatos donde te contaré mi reír y mi llorar. Consideré esto una manera de soltar mis preocupaciones y pasar página, superar mis malestares, y no sentí la suficiente confianza para contarlo a mis amigos más cercanos, a mi adorada hermana o a mis padres, –cosa que te explicaré más adelante– pero por ahora, sólo quiero que nos presentemos. 

Como ya sabrás, soy la lectora de lágrimas, pero, ¿sabes por qué me llamo así? 

Escogí ese nombre por que me resulta demasiado fácil observar y descubrir cómo y en qué parte caen las lágrimas de alguien. No es tan difícil; observas su rostro detenidamente y los caminos claros debajo de los ojos, ya sean a los costados de las mejillas o sobre estas, son el camino que toman sus lágrimas al llorar. Creí que sería mejor autodenominarme para saber por mí misma qué puedo o no puedo hacer, qué soy o no soy; en lugar de esperar a que alguien más defina por mí mi personalidad o mis características distintivas. No te confundas, que leer lágrimas no es lo único que puedo hacer.

Muchos lectores tienen nombres que los identifican por la saga o autor que leen, como duendecillos, semidioses o mestizos, potterhead... Pero yo no quiero que tengas un nombre como esos para mi pequeña obra, quiero que descubras tu propio nombre, rasgo y cualquier cosa que te haga destacar; quiero que te descubras a ti mismo(a).