La legión: Génesis

Capítulo 9: La lluvia...

 

El día siguiente estaba con Damián, íbamos buscando algunas personas que pudiéramos convencer de cambiar sus ideas, ahora más que justicieros parecíamos un partido político. En realidad no nos disgustaba, sabíamos que lo hacíamos por el bien de todos. 
Lamentablemente ese día pasó algo que ni Damián ni yo teníamos contemplado, llegaron varios tipos más grandes que nosotros y nos empezaron a rodear, estábamos a plena vista pero era una tarde calmada, no había muchas personas y a lo mucho pasaba un carro cada 5 minutos. Estos tipos nos tenían contra la pared, no estábamos asustados, habíamos podido con tipos más musculosos e incluso con armas, esto no sería nada diferente. El más alto de ellos habló y dijo "Bonitas imitaciones, ¿donde las compraron?" Dijo esto con una risa burlona entre dientes, Damián algo enojado le dijo "No son imitaciones imbécil, somos los originales". Al parecer se enojaron por el comentario de Damián y dijeron "Aprenderán a no usurpar una identidad que no es suya". Al escuchar eso sentí varias emociones, por un lado alegría, ya que al parecer cierta gente nos tomaba en serio y hasta cierto punto nos apoyaban, pero al mismos tiempo decepción ya que estábamos a punto de golpear a esta gente que nos apoyaban. Empezaron violentamente pero nosotros ya teníamos algo de práctica así que devolvimos los golpes. Se dividieron en 2 y 3 para golpearnos, 3 iban por Damián incluyendo al que parecía el líder y los otros 2 por mi, supongo que nos subestimaron. Aunque eran 2 no se me dificultó tanto noquearlos, como ya mencioné antes, en una pelea la adrenalina hace que ni siquiera sientas los golpes, al ver que Damián no estaba teniendo la misma facilidad fui a ayudarlo, entre los 2 pudimos quitarnos de encima a los tipos, 2 de ellos corrieron dejando al líder solo, Damián le dio una patada en dirección a sus piernas para tumbarlo. Cuando estaba en el suelo Damián estaba furioso, saco su navaja y le dijo "Dime una razón para no dejarte una cicatriz de por vida ahora" enseguida yo me interpuse y le grité "¡Damián, nosotros no hacemos eso, cálmate!" El se quedó sin palabras, bajo la navaja y dijo "Está bien, solo fue la emoción del momento" ambos volteamos a ver al tipo y en su cara se veía felicidad, dijo en un tono muy bajo "De verdad son ustedes… perdonen mi insolencia" Después de eso nos  dijo que se llamaba Peter aparte de explicarnos que el de verdad admiraba nuestro trabajo, también dijo que su padre era un herrero y le había enseñado algunas cosas así que si queríamos el nos podría fabricar algunas "herramientas" para que pudiéramos hacer nuestro trabajo aparte de que con sus palabras "No podrían rastrear las cosas que el fabricará". Nos ofreció que fuéramos a su taller y que le pudiéramos cualquier cosa que quisiéramos para que el la fabricara.
Damián por su parte no dudo un segundo pidió un nuevo cuchillo, uno original, uno que fuera único y qué al verlo supieran que el era el original. Yo por mi lado dude bastante sobre que pedir, pude haber pedido un cuchillo también pero en realidad me gustaba el que Fernanda me había regalado, también pensé en algo de armadura pero luego pensé que solo me haría más lento, casi al final pensé en una máscara nueva ya que una máscara de gato no intimidaba mucho, pero luego pensé que sería algo pesada para traerla todo el tiempo. Al final una idea genial llegó a mi, una pistola es muy ruidosa y nunca viene mal un arma a largo alcance, así que ¿Por qué no algo para lanzar?. Unos cuchillos pequeños y ligeros se podrían lanzar fácilmente para incapacitar a los que intentarán huir, en realidad sería más para detener criminales que fueran muy lejos, yo sabía cómo tirar cuchillos bastante lejos lo cual era una razón más para pedir eso. Pero luego pensé que los cuchillos serían poco óptimos para guardar y luego sacarlos en una persecución; así que mejor le pedí 2 anillos, estos tenía que ser de dedo completo, como los que usan en las películas de acción chinas, y tendrían que tener la punta afilada para que pudiera detener a las personas a las que les aventara esto. Incluso si quedaba sin arma podía ser una buena manera de defenderme así que era un anillo con doble utilidad. 
Aunque fue algo explicito y específico nos prometió que trabajaría día y noche para que quedarán perfectas y nos dijo que volvieramos en una semana para recogerlas.
Al día siguiente era sábado por lo que no había escuela, acordamos con Damián juntarnos desde temprano para salir a ayudar a la gente. Al despertar me hice un desayuno ligero, cereal con yogurt. Casi en cuanto había acabado llegó Damián a mi casa, como todavía era muy temprano le ofrecí algo de cereal y nos pusimos a jugar videojuegos. En realidad fueron momentos divertidos, en realidad hacen falta esos momentos en cualquier persona. Es decir, últimamente nos habíamos centrado mucho en nuestro propósito y olvidamos todo lo demás. Y claro, no está mal tener un propósito y luchar por el pero la vida son experiencias a final de cuentas, y ¿Qué es la vida si no la vamos a disfrutar? Creo que se debe de tener un equilibrio en todo así que le dije a Damián: "Sabes, hace un hermoso tiempo para quedarnos aquí, ¿Qué piensas?" Él solo asentió y se acomodó mejor en el sillón en el que estaba sentado. Pasamos un rato más y nos dio algo de hambre, así que salimos a una pizzería que estaba a unas 6 cuadras de mi casa para comprar algunas. Puede sonar genérico pero en realidad es una buena experiencia, quien haya vivido una tarde de videojuegos y pizza con sus amigos o amigas sabe que no es cualquier cosa, te transmite una sensación de confianza y confort, de verdad te la pasas bien y no es una convivencia forzada como las comidas familiares, en donde solo los que se conocen se hablan, los mayores se emborrachan y los niños juegan juntos mientras que la mayoría se quede aislado aunque no estés solo. 
Al llegar a la pizzería nos dimos cuenta de que el cielo se había nublado y qué solo teníamos dinero para 3 pizzas pero no estaba nada mal. Al contrario de lo que creíamos nos las entregaron bastante rápido, no habían pasado ni 15 minutos y ya estábamos afuera listos para regresar, el camino de regreso fue interesante, pudimos ver unas ardillas aparte de unos niños corriendo por la calle, parecía que cuando nos la pasamos bien las cosas se ven mejores de lo que son.
Al llegar a mi casa prendimos la tele, pusimos Netflix y nos relajamos para comer y no pensar en nada más. El tiempo se pasó volando y cuando acordamos habían pasado ya 2 horas desde nuestra llegada a mi casa. Me asome a la ventana y vi que el cielo que antes se había nublado ahora está dejando caer gotas de lluvia, me alegré mucho y le dije a Damián que si quería ir a un área verde cercana a pasar el rato a lo que el dijo que le parecía bien.
No tomamos nada, ni siquiera nuestros celulares, solo salimos al parque a relajarnos en la lluvia.
Saliendo de la casa corrimos en la lluvia pisando el suelo mojado, escuchando el sonido de las gotas caer y observar un paisaje bellísimo. Al llegar al parque pudimos ver que no había nadie, lo normal, ¿Quien hubiera ido al parque en una tarde lluviosa?. Damián se separó de mí y me dijo que volvería, que necesitaba ir a correr un rato para despejarse, yo por mi parte solo me tiré en el pasto mojado y observé el cielo, pude ver las gotas caer y sentirlas tocar mi cara, era algo reconfortante, algo que se debería hacer más seguido. Al ver el cielo con un tono gris claro me relaje tanto que cerré los ojos y caí en un profundo sueño. No sabría decir cuánto tiempo estuve dormido, solo sé que al despertar tenía una carta en mi bolsillo y había dejado de llover aunque el cielo seguía algo nublado. Al mirar la carta decía "William, te veo en la biblioteca, no quiero interrumpir tu sueño, estaré ahí al menos hasta que llegues. -D" , me levanté del suelo y me estiré, pude notar que estaba completamente empapado, tanto por enfrente como por detrás, al parecer no había sido tan buena idea quedarme dormido en medio de la lluvia. A pesar de sentirme más pesado que de costumbre por la ropa mojada, decidí ir a la biblioteca donde Damián me estaba esperando. En el camino pude notar a algunas personas que se me quedaban viendo algo extrañaras, probablemente habrían pensado que había caído al río o algo por el estilo cuando en realidad no era así. Vi la biblioteca y me asomé por la ventana, pude ver a Damián leyendo un libro; iba a entrar en ese momento pero luego recordé que probablemente crearía un gran charco aparte de que si tocaba un libro destruiría algunas páginas de el así que no me quedo de otra más que esperar a secarme. Para hacerlo rápido empecé a hacer algo de ejercicio, algunos estiramientos, saltos e incluía corrí un rato para poder secarme mejor. No tarde mucho en estar "seco" ya que en realidad seguía mojado, solo que ya no tiraba agua por donde pasaba. Me metí a la biblioteca para hablar con Damián de lo que había pasado. El estaba claramente emocionado de que estuviera ahí, no se si alguna vez han vivido que le quieren enseñar algo a una persona y esa persona no regresará hasta dentro de unos días, pues así se veía Damián, no tanto impotente, más bien impaciente. De cualquier forma él me dijo en un tono algo alegré "¡William! ¡Mira lo que encontré!" Me enseñó un libro con bastante simbología egipcia, según él, esos podrían ser diseños increíbles para nuestras futuras máscaras. Pude observar bastantes símbolos, pero unos cuantos llamaron mi atención, era un ojo que supuestamente simboliza a el dios Horus, el dios de la guerra y el cielo que también se le conoció como "el elevado", también me llamó la atención un símbolo que parecían ser 3 llamas de fuego, sé decía que estás representaban a un fénix así que me encantó la idea de combinar estos 2 símbolos en una nueva mascara. Fuimos a la caja con la gerente donde Damián preguntó por el precio del libro, como este no pasaba de 300 pesos decidió llevárselo sin mucha dificultad ya que una de las cosas que no le pesaba a Damián era lo económico; no estoy diciendo que Damián sea un malagradecido y que no valores el dinero, sí no qué en realidad el ahorraba bastante y cuando quería algo lo compraba, no como otras personas que ahorran y ahorran solo por tener dinero, o solo por presumir que supuestamente son más ricos que los demás. 
Salimos de la tienda y nos dirigimos a una tienda de cosas para crear todo tipo de cosas, habían desde telas para ropa o cortinas hasta algunas piezas de madera o hierro para aparentar que sea una espada. Al entrar tuvimos que dejar la bolsa que nos habían dado en la biblioteca junto con el libro solo por "motivos de seguridad" en realidad eso siempre me molestó, y más siendo nosotros, sí supieran quienes éramos habrían sabido que si quisiéramos robar algo ya lo hubiéramos hecho. En realidad Damián sabía que esto me molestaba así que solo me miró y con un tono burlón dijo "Tranquilo fénix no pasa nada" para después soltar una pequeña risa, dos cosas me sorprendieron de esa oración, uno, ¡se estaba burlando de mi! Y dos, ahora tenía un nuevo apodo, fénix, no estaba nada mal a decir verdad. Después de ese momento entramos a dar una ojeada a todas las cosas que habían, eran demasiadas, había un solo sector de decoraciones, uno solo de telas, uno solo de cerámica y así sucesivamente. Ya que ni teníamos mucha experiencia haciendo máscaras tomamos una cabeza de unicel, yeso, algo de pegamento y Damián por su parte trajo algunas telas, de varios colores, entre ellas el negro y el dorado. Según él nos teníamos que vernos bien para causar una buena impresión aparte de que así no nos confudirian y en realidad tenía razón, cualquiera podría tomar una máscara con unos jeans y una camisa para salir a matar a cualquiera que se le diera la gana y hacernos quedar mal, en realidad yo no quería algo tan ostentoso, sentía que en cierta formas nos estábamos volviendo super héroes pero eso no era lo que yo quería, mi propósito no cambio desde el inicio, dejar un cambio en este mundo, y si era posible ayudarlo a que no se fuera a la mierda. 



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En el texto hay: familia, accion aventura y drama

Editado: 03.09.2019

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