La línea invisible

Capitulo 10

Ya estábamos en hora del almuerzo y no veía a Mateo por ningún lado

-Entonces si lograste terminar la serie?

-No me quedé dormida a la mitad es que estaba taaaaan aburrida

-Oye, no es tan aburrida, la aburrida aquí eres tú porq..-dijo quedándose sin palabras y mirando atrás de mi

-Por que que?

Hasta que escuché un carraspeó atrás mío y decido voltear lentamente

-Hola...-dijo mateo- podemos hablar?

-Bueno yo los dejo solos-dijo Mariana dando la vuelta y yendose tan rápido que ni me da tiempo de suplicarle con los ojos de que se quede

-Bueno no me queda opción no?

-Jeje nop

-Mmm y que querías hablar Conmigo?

-Bueno primero que nada ya terminé con Susana y segúndo ya se que te gustó o atraigo como le quieras llamar - dijo y me quedé en silencio porque como supo?

Me quedé sin palabras, mi mente daba vueltas tratando de entender cómo había llegado a esa conclusión.

-Mateo, no sé qué decir... - logré murmurar finalmente.

-No te preocupes, no tienes que decir nada si no quieres. Solo quería ser honesto contigo y aclarar las cosas. -dijo él, sonriendo con una calidez que me hizo sentir un poco más tranquila.

-Gracias por ser honesto... - respondí, aún sintiendo el torbellino de emociones dentro de mí.

-Entonces, ¿amigos? -preguntó extendiendo su mano.

Sonreí y estreché su mano, sintiendo que un peso se levantaba de mis hombros.

-Amigos. - respondí con más confianza de la que sentía en ese momento.

En ese momento, la campana sonó, anunciando el fin del recreo. Nos miramos, aún sosteniendo nuestras manos, y soltamos una pequeña risa incómoda.

-Bueno, supongo que es hora de regresar a clase. - dijo Mateo, soltando mi mano lentamente.

-Sí, tienes razón. - respondí, aún sintiendo mi corazón latir con fuerza.

Caminamos juntos hacia el edificio de la escuela, en silencio pero con una nueva sensación de alivio. No sabía exactamente qué significaba todo esto, pero estaba agradecida de que Mateo hubiera sido sincero conmigo.

Cuando llegamos a nuestras clases, intercambiamos una última mirada y entramos a nuestros respectivos salones. Durante la clase, no podía dejar de pensar en lo que había pasado. Mi mente seguía repasando cada palabra, cada gesto. Me preguntaba si realmente había sido tan obvia sobre mis sentimientos por Mateo.

Pasaron los días y, aunque nuestra interacción no cambió drásticamente, había algo diferente. Una especie de complicidad que no habíamos tenido antes. Nos encontrábamos en los pasillos y compartíamos una sonrisa secreta, como si tuviéramos un código no verbal entre nosotros.

Un viernes después de clases, Mateo se acercó a mi casillero mientras guardaba mis libros.

-¿Tienes planes para este fin de semana? - preguntó casualmente, apoyándose en el casillero a mi lado.

-No muchos, ¿por qué? - respondí, tratando de sonar despreocupada aunque mi corazón latía con fuerza.

-Pensaba que tal vez podríamos ir al parque a jugar o simplemente pasar el rato. - sugirió, con una sonrisa que iluminó su rostro.

-¡Me encantaría! - respondí, sin poder ocultar mi entusiasmo.



#3793 en Fantasía
#4565 en Otros

En el texto hay: desamor, preparatoria, posible romance

Editado: 10.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.