La línea invisible

Capitulo 12

La relación entre Mateo y yo floreció en las semanas siguientes, llenando mis días de alegría y risas compartidas. Cada mañana esperaba con ansias verlo en la escuela, y cada tarde se convirtió en una nueva aventura. Nuestra conexión era evidente para todos a nuestro alrededor, y aunque algunas miradas curiosas se posaban sobre nosotros, no podían empañar nuestra felicidad.

Un viernes por la tarde, Mateo y yo decidimos explorar una parte del parque que aún no habíamos visitado. Había un pequeño bosque al final del parque, con senderos serpenteantes y claros ocultos. Caminamos de la mano, disfrutando de la tranquilidad y del canto de los pájaros.

-Oye, ¿te has preguntado alguna vez cómo será el próximo año? - preguntó Mateo de repente, rompiendo el silencio.

-No realmente. Supongo que será más o menos igual que este, solo con nuevos desafíos y oportunidades. - respondí, mirando a mi alrededor.

-Sí, pero me refiero a nosotros. - dijo él, apretando ligeramente mi mano.

Me detuve y lo miré, viendo la preocupación en sus ojos.

-¿Qué pasa, Mateo? - pregunté, sintiendo una punzada de preocupación.

-Es solo que he estado pensando en lo rápido que está pasando el tiempo. El próximo año será nuestro último año en la preparatoria, y luego vendrá la universidad. Me preocupa que las cosas cambien entre nosotros. - confesó, desviando la mirada.

Entendí sus miedos. Eran los mismos que a veces me mantenían despierta por la noche.

-Mateo, no puedo predecir el futuro, pero sí sé que me importas mucho. Quiero que estemos juntos, sin importar lo que pase. - dije, tocando suavemente su rostro para que me mirara.

Mateo asintió, sonriendo un poco.

-Tienes razón. Creo que me estoy adelantando demasiado. Deberíamos centrarnos en el presente y disfrutar de lo que tenemos ahora. - dijo, volviendo a apretar mi mano.

Caminamos un poco más hasta encontrar un claro, donde nos sentamos en la hierba. El sol comenzaba a ponerse, bañando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa.

-Sabes, hay algo más que quería decirte. - dijo Mateo, su voz un poco más seria.

-¿Sí? - respondí, curiosa.

-He estado pensando en lo que dijiste el otro día, sobre lo mucho que significamos el uno para el otro. Y quiero que sepas que realmente te quiero. Eres una parte muy importante de mi vida y no quiero perderte. - confesó, mirándome directamente a los ojos.

Las palabras de Mateo me conmovieron profundamente. Sentí que cada palabra resonaba con la verdad y la sinceridad que había llegado a apreciar en él.

-Yo también te quiero, Mateo. Eres una parte esencial de mi vida y no puedo imaginar mi futuro sin ti. - respondí, sintiendo una oleada de emociones.

Nos abrazamos bajo el cielo cambiante, sintiendo que en ese momento, nada podría separarnos. Sabía que enfrentaríamos desafíos, pero también sabía que nuestro vínculo era fuerte y que podríamos superarlos juntos.

Los días pasaron y nuestra relación se fortaleció aún más. Nos apoyábamos en los momentos difíciles y celebrábamos juntos los éxitos. Había una complicidad en nuestra relación que nos hacía sentir invencibles.

Un día, Mateo me sorprendió con una nota en mi casillero. Era un pequeño papel doblado con su letra inconfundible.

"Encuéntrame en el parque después de clases. Tengo una sorpresa para ti. - Mateo"

Intrigada, pasé el resto del día imaginando qué podría ser. Cuando finalmente llegó la hora, me dirigí al parque con el corazón latiendo de anticipación. Allí, en nuestro lugar favorito, encontré a Mateo esperándome con una sonrisa y una caja envuelta en papel de colores.

-¡Hola! - saludé, emocionada.

-¡Hola! - respondió él, entregándome la caja. - Espero que te guste.

Abrí la caja con cuidado, descubriendo en su interior un collar con un pequeño colgante en forma de estrella. Era hermoso y delicado, perfecto en su simplicidad.

-¡Es precioso, Mateo! Muchas gracias. - dije, sintiendo una oleada de gratitud y amor.

-Quería darte algo que representara lo que siento por ti. Eres mi estrella, la luz que me guía. - dijo él, sonrojándose ligeramente.

Me incliné y lo besé suavemente en la mejilla, sintiendo que las palabras no eran suficientes para expresar lo que sentía.



#3793 en Fantasía
#4565 en Otros

En el texto hay: desamor, preparatoria, posible romance

Editado: 10.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.