En los laberintos de una sociedad hecha de barro y metal, el hombre camina con la espalda encorvada por las sombras que lo acechan. El sueño de la libertad se ha convertido en un susurro olvidado entre los muros de cemento y las rejillas oxidadas. Nos llaman "ciudadanos", como si el vocablo tuviera algo que ver con el ser humano. Deambulamos entre pasillos de instituciones disfrazadas de progreso, atrapados en la red que nos condena sin que siquiera sepamos de qué nos están encarcelando. Porque, ¿quién no es culpable en un mundo donde la libertad se vende como un lujo inalcanzable? Este es un relato de desobediencia, de aquello que los ojos piensan que es un sacrificio, cuando en realidad es el último bastión de la dignidad humana. Un grito satírico, casi fúnebre, que se alza contra la hipocresía del sistema, burlándose de sus propios dogmas mientras invita a una fiesta macabra de liberación. Aquí, los cadáveres caminan con los ojos abiertos, entre risas sarcásticas que perforan la piel de la realidad. Y es que, ¿acaso la vida no es una condena disfrazada de deseo? En cada página, el sistema se deshace con la sutileza de un espectro que deja sus huellas en cada rincón, mientras cada prisionero de esta falsa civilización redescubre la esencia de su libertad, no en un cuerpo sin cadenas, sino en el alma que se niega a morir aún cuando su cuerpo ya no puede más. PRIMERAS PALABRAS DEL AUTOR . “Escribir, es el sueño de un loco que recupera la cordura. La civilización es parte de un juego de colonizadores que atraves de la cultura intentan dominante”. Emmanuel Cereijo. Desde mi menguante condición de amanuense de pensamientos abolicionistas, quiero poner en manos del lector una serie de reflexiones que, desde el conocimiento empírico, evidencian la otra realidad de la cárcel, aquella que no se cuenta. Todo lo aquí escrito ha pasado por manos de personas indiferentes al tema. Por ello, fui tratado como un estúpido, lo que me obligó a trazar una dicotomía entre mis ideas y la vida concreta, incapaz de tolerar tanta ignorancia.Todos me miraban como un outsider que vivía en un mundo aparte, pero nada me inhibió a exponer mis ideas ni mucho menos mis pensamientos. El nombre de este libro:LA LLUVIA NO ATRAVIESA EL CONCRETO:La lluvia no atraviesa el concreto es un manifiesto literario de resistencia, una colección de 25 textos que desafían la cultura represiva con una voz poética, sarcástica, irónica y descarnada. Escrito con una crudeza visceral, el libro deconstruye las narrativas del castigo, la moral impuesta y la utopía del conformismo, exponiendo las fisuras de un sistema que se empeña en sellar cualquier grieta por donde pueda filtrarse la libertad. A través de metáforas afiladas y un lenguaje que oscila entre lo grotesco y lo sublime, la obra destruye el discurso dominante, revelando las contradicciones de un mundo que se precia de ser justo mientras erige muros cada vez más altos. Aquí, la cárcel no es solo un edificio, sino una ideología, una normalización del encierro disfrazada de orden. Con cada página, el libro se convierte en un grito que rebota contra las paredes de concreto, un eco que insiste en recordarnos que la represión no es lluvia que purifica, sino cemento que asfixia. Este libro no es una súplica ni una petición. Es dinamita