La Lluvia no Atraviesa el Concreto

XIX. LA CARICATURA DE LA JUSTICIA.

La justicia se presume ciega, como si la ceguera fuera una virtud. Se jacta de ser imparcial, como si no hubiera un precio por cada sentencia, como si el peso de la balanza no estuviera cargado de billetes, de influencias, de poder. Nos hacen creer que la justicia es un ideal, una abstracción pura, que se da por sentada, que se logra a través de los tribunales y las leyes, cuando en realidad, es una caricatura que se arrastra por el barro de la conveniencia. La justicia no tiene cara, nos dicen, porque el rostro de la justicia es el de la mentira. Es la sonrisa falsa de los que se venden como defensores de lo que es justo, mientras sus manos están llenas de corrupción. Nos dicen que el sistema es justo, que todos somos iguales ante la ley, pero sabemos que las leyes nunca se escriben para los que están abajo. La justicia no es más que el velo que cubre la verdad, la herramienta que se usa para mantenernos callados, para darnos la sensación de que el mundo está equilibrado, cuando en realidad, todo está a punto de colapsar. Nos dicen que debemos confiar en el sistema, que debemos creer en la ley. Pero lo que realmente nos están diciendo es que debemos seguir el juego, que debemos aceptar que la justicia es solo un espectáculo más, un teatro en el que los que tienen el control se quedan con el premio, mientras el resto de nosotros nos conformamos con el eco de la ilusión. La justicia es la gran mentira que nos enseñan a repetir, la historia que nos obligan a creer para no ver la tragedia que se desarrolla justo frente a nuestros ojos.



#362 en Joven Adulto

En el texto hay: cerdopoesia

Editado: 16.09.2025

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