La madre de mi cachorro es una... ¿humana?

5 Busquen a esa mujer

Kael se quedó mirando la noche. Afuera, los lobos de la manada aullaban hacia la luna, y ese sonido lo atravesó como una lanza. Cada célula de su cuerpo respondía a un llamado invisible, una melodía que no podía ignorar, el aroma de la hembra preñada, se impregnaba cada vez más en los poros de su cuerpo.
***
A kilómetros de allí, Lyra se despertó sobresaltada. El reloj marcaba las tres de la madrugada. La habitación estaba en penumbra, y el sonido de la lluvia había cesado. Todo era silencio, salvo el golpeteo de su propio corazón.
Tenía la respiración agitada, las mejillas húmedas, y la sensación de haber sido llamada por su nombre.
En su mente resonaba una voz grave, desconocida, que no provenía del sueño, sino de dentro de ella.
“Lyra.”
Se llevó las manos al pecho, tocó su dije, en forma de luna llena de color azúl, compuesto por una piedra extraña, le pareció que estaba más brillante que otras veces
“El clima lo hace cambiar.”
Se dijo en sus adentros, Pero ella ignoraba que esa piedra contenía el hechizo que estaba su transformación, ella fue criada como humana por sus padres adoptivos, quieres en el pasado habían sido sirvientes en el palacio de sus padres, para protegerla habían cruzado un portal, el día de la masacre cuando la manada enemiga, los lobos perla negra, invadieron el palacio y quemaron todo, destruyendo así a la familia real de la manada Luna azul. Sólo Lyra, la pequeña alfa, sobrevivió.
Sus padres aditivos le inculcaron rechazo hacia los licántropos para que jamás se acercara a alguno o llegara a enamorarse de un cambiaformas, pues el hechizo que evitaba su transformación, podría debilitarse si ella, se acercaba demasiado a seres licántropos.
Lyra recordó el día en que recibió el regalo de sus padres, fue exactamente el día que cumplió diecisiete, justo antes de que sucediera su primera transformación.
«Cuando ella abrió la caja donde estaba dicha piedra, su padre le dijo:
—Esta es una piedra que te protegerá, nunca vayas a quitartela.
—¿De qué va a protegerme papi?
—De los licántropos, son muy peligrosos, nunca fraternises es con ellos.»
Ahora estaba preñada del hombre más poderoso de la región, el alfa Kael, quién ya estaba buscándola y no iba a parar hasta encontrar a la madre de su cachorro, y, el dije ya había comenzado a tener una fuerte lucha con él lobo de Lyra que deseaba emerger de la oscuridad donde había estado estás en la oscuridad durante siete años.
Sentía el aire diferente, casi vibrante, sus sentidos ahora eran más agudos. Entonces lo sintió otra vez: ese calor ascendente, un pulso extraño en el vientre, como si dentro de ella hubiera una fuerza viva, poderosa, que despertaba con la luna.
—¿Qué me está pasando? —susurró—. No sabía que un embarazo provocaba tantas cosas en una mujer.
Su amiga Mara, que dormía en la habitación contigua, no escuchó nada. Lyra permaneció inmóvil, con la mirada fija en la ventana, donde la luna llena brillaba como un ojo antiguo que todo lo observaba.
Lejos de allí, en la fortaleza, Kael Draven alzaba el rostro hacia esa misma luna, murmurando entre dientes:
—Te encontraré, dónde estés te encontraré.
Al otro día, los informes de la clínica estaban sobre el escritorio del despacho de Kael. Carpetas, nombres, números de serie, fechas.
Kael los revisó, quiso hacerlo él mismo. Se enfocó el el día que la concubina fue llevaba a la clínica. Mientras Riven estaba en otro escritorio con la secretaria, revisando documentos de otros asuntos.
Había varias varias carpetas sospechosas, de mujeres que se habían aplicado el mismo procedimiento. Pero también están los nombres de los donantes, quizás algunas de ellas fueron inseminadas por accidente, pero debía encontrarlas a todas y examinarlas con sulfato.
De pronto vio una carpeta con una fecha anterior a la del día que fue llevada su concubina. Le extrañó, ¿Alguien se había confundido de fecha y dejó esa carpeta entre las demás?
Pensó en no tomar en cuenta dicha carpeta, pero algo por dentro le indicó que lo hiciera. Entonces la abrió.
Muestra genética
D-17. Receptora: Lyra Ellis.
Donador: Kael Draven.
Inseminación exitosa.

Traslado: Unidad Médica Central, sector humano.
El rugido retumbó en todo el edificio.

Los lobos fuera levantaron las cabezas, inquietos.
Dentro del despacho, Kael destrozó la mesa de un golpe.

—¿Humana? —murmuró con una mezcla de furia y desconcierto—. La madre de mi cachorro es humana, ¿cómo es posible?

Riven se puso de pie, lo observaba sin atreverse a intervenir. Después le dijo:
—¿Qué desea que haga, mi señor?
—Localízala.
Sus ojos se tornaron dorados, brillando bajo la luz de la luna.
—Si lleva en su vientre a mi cachorro, encierra en el harén, y arreste a los responsables.




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