La madre de mi cachorro es una... ¿humana?

14 Como si fuera real

A kilómetros de distancia, Lyra, sin saber por qué, despertó sobresaltada en su cama. Una lágrima cayó por su mejilla, y en su vientre, sintió que el bebé se movió.
Se tocó.
—No es posible, sólo tengo tres semanas de embarazo.
Una ráfaga de viento entró por la ventana que se abrió de repente, le despeinó el cabello y le erizó la piel, pero no por el frío: sintió una punzada en el vientre, leve, como un estremecimiento que no era dolor, sino algo… distinto.
Llevó la mano a su abdomen y respiró hondo. Desde hacía unos días tenía la sensación de que algo en su cuerpo estaba cambiando. No solo las náuseas matutinas o el sueño constante: era algo más profundo. Una energía que parecía agitarse bajo su piel, latiendo con una fuerza que no podía explicar.
“Debe ser el embarazo”, se dijo. “Es normal, sólo estoy cansada.”
Su respuesta se contradecía con lo que estaba sintiendo. Pero realmente algo había cambiado. Lo sentía en cada respiración. Su sentido del olfato parecía más agudo, el ruido de los autos más penetrante, el aire más denso.
Y en el centro de todo, una certeza palpitaba con fuerza en su vientre.
No podía explicarlo, pero aquella vida que crecía dentro de ella no tenía nada que ver con Ethan.
No con su olor, ni con su energía, ni con la tibieza vacía que había entre ellos. Esto era distinto. Esto… la reclamaba, aún sin conocer el significado de esa palabra para el mundo del que provenía.
***
A kilómetros de distancia, en el palacio de los Draven, Kael se incorporó bruscamente sobre la cama. El sudor le empapaba la piel, y su respiración era agitada.
Había soñado con ella otra vez.
No conocía su nombre, pero la veía cada noche desde hacía semanas: una mujer de mirada triste, con un brillo de fuego bajo la piel. En el sueño, siempre estaba sola, con las manos sobre el vientre. Y cuando él la veía, su lobo despertaba.
Kael se levantó, caminó hasta el ventanal y abrió las cortinas. La luz tenue de la luna menguante bañaba su rostro. Sus ojos cambiaron de color un segundo: un destello ámbar cruzó sus pupilas.
Había aprendido a controlar sus impulsos, pero aquello era distinto.
Era como si algo —o alguien— lo estuviera llamando desde dentro.
—Otra vez… —murmuró, pasándose la mano por el rostro—. ¿Quién eres?
Su respiración se acompasó, y entonces la sintió.
No era una visión, era un vínculo.
Un hilo invisible que vibraba en lo más profundo de su pecho, tirando de él hacia la distancia.
***
Lyra estaba dormida, de repente abrió los ojos con un jadeo. Su vientre se contrajo levemente, no de dolor, sino como respuesta a un llamado.
Sin saberlo, compartió el mismo suspiró, aunque cientos de kilómetros los separaban. Un lazo había despertado entre ellos, más antiguo que la sangre y más fuerte que el destino.
Lyra se levantó de la cama y caminó descalza, el pasillo de la casa estaba levemente iluminado por la luz tenue y azul de la luna menguante, llegó a la sala.
El aire alrededor de él se volvió denso, sus sentidos se agudizaron más que nunca, percibía una energía salvaje, poderosa, olor a cedro oscuro y aceite de rosas silvestres, era el aroma del alfa que ella aún no conocía.
De repente la puerta principal se abrió, Lyra se volvió con un sobresalto. Un florero cayó y se hizo añicos en el suelo.
El hombre que estaba en la puerta no parecía real: alto, de hombros anchos, cabello oscuro, mirada penetrante y una energía que llenaba todo el espacio, sólo podía ser un hombre lobo, su tamaño era superior al de un humano, era un Alfa.
Por un instante, ella no supo si debía gritar, su garganta estaba paralizada.
—¿Quién… quién es usted?
Preguntó mientras retrocedía. El Alfa dio otro paso hacia ella.
Su mente se llenó de mil sensaciones: el olor de su piel, el latido del corazón que coincidía con el suyo, el pulso que respondía desde el vientre de ella.
Su mirada bajó un instante, instintiva, hacia su abdomen, y un gruñido bajo escapó de su garganta.
—Tú… —murmuró con voz ronca—. Tú lo llevas.
Lyra palideció.
—¡¿Qué dice?! ¡¿Quién es usted?! ¡Salga de mi casa ahora mismo o llamaré a la policía!
Pero el Alfa no se movió.
Solo la observaba con los ojos brillando con una mezcla de furia y reverencia.
Se acercó un paso más, lo suficiente para que Lyra sintiera el calor de su cuerpo y ese aroma salvaje que la envolvía sin querer.
El aire entre ambos tembló.
Ella quiso apartarse, pero no pudo. Había algo hipnótico, magnético, imposible de ignorar.
Su pulso se aceleró, y el bebé dentro de ella dio un pequeño movimiento, apenas perceptible.
Él Alfa la miró fijamente.
—No temas —dijo al fin, su voz grave y profunda, cargada de una autoridad natural—. No voy a hacerte daño.
—¿Entonces qué quiere?
—Proteger lo que es mío.
Lyra retrocedió otro paso, su espalda chocó contra la pared.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, confundidos entre el miedo y algo inexplicable que la atraía hacia él.
—No entiendo de qué habla…
—Lo entenderás.
Extendió una mano hacia ella, sin tocarla, apenas a centímetros.
Su energía se mezcló con la de ella, una corriente invisible que encendió el aire.
Lyra tembló, sintiendo una lágrima rodar por su mejilla. El Alfa bajó la mano lentamente, conteniéndose, respirando con dificultad.
—Eres mía, llevas a mi cachorro en tu vientre. —susurró apenas.
Lyra cayó de rodillas, temblando.
De repente una voz femenina invadió el espacio, sonaba más real, Lyra abrió sus ojos y vio el cabello liso y rojo de Alma, su amiga, una alta ejecutiva de una empresa inmobiliaria.
—Lyra, estás soñando.
—¿Qué? —estaba aturdida.
—Acabas de tener una pesadilla.
Lyra se sentó y descubrió que aún estaba en la cama, su corazón latía rápido y la respiración la tenía entrecortada.
Se puso la mano sobre el vientre.
—Entonces… sólo fue un mal sueño.
—Sí, quizás en viaje te ha afectado, porque estabas gimiendo de miedo.
—Lo sentí tan real.
—¿Qué soñaste?
Lyra se puso de pie
—Soñé con un hombre lobo, él venía por mí, quería llevarme, me dijo que llevo a su cachorro en mi vientre. —Alma se carcajeó.
—¿Un hombre lobo? No estaría mal, dicen que suelen ser fieles a su compañera, no como el cucaracho de tu marido.
—Me dio miedo, era muy grande.
—Soñaste con un lobo con genes alfa, son muy altos y fuertes.
—Lo sé… creo que fue por lo que oí en las noticias.
—¿Te refieres a la equivocación que hubo con la semilla del Alfa?
—Sí.
—¿Acaso te hiciste una inseminación?
—Sí, es que lo habíamos intentado durante años, pero no quedé embarazada, recurrí a ese último recurso. Me costó mucho convencer a Ethan, pero hace meses él accedió. Después estaba muy ocupado supuestamente trabajando hasta tarde, pero… ya sabes con quién estaba.
El día que me hicieron el implante, usé mi apellido de soltera, porque Ethan no había firmado la autorización. Pensé que con este embarazo él iba a cambiar.
—Ethan siempre fue un oportunista, solo se aprovechó de ti, pero no quisiste verlo.
—Ahora lo sé, siempre me utilizó.
—Y estancó tu vida, tenías una carrera prometedora.
—Ahora huelo a cebolla.
—No es cierto.
—Mírame, soy una ama de casa, he pasado los últimos seis años de mi vida picando verduras, lavando el baño, planchando la ropa de mi marido. ¿Quién imaginaría que soy una arquitecta? —Alma la agarró de los hombros.
—Eres una arquitecta, quizás sólo necesitas ir al salón, renovar tu look, comprar ropa nueva. —Lyra sonrió sin mucho ánimo, el miedo que le causó aquel sueño aún la tenía temblando.
—Ya, cambia esa cara de susto.
—Ese sueño… me dejó temblando.
—Bueno, lo de las noticias acerca de la equivocación que hubo, sí, da miedo, pero eso no tiene nada que ver contigo.
—Lo que más me impactó al oír esa noticia en la radio, es que él doctor que fue arrestado, es el mismo que me implantó los óvulos fecundados.
—Oh, eso sí que me sorprende.
—Están buscando a esa mujer.
—Y piensas que eres tú, pero no, ya la encontraron, fue llevada al palacio esta tarde. Eso ví en las redes sociales.
—Eso me tranquiliza.
—Nadie te quitará a tu bebé. Aunque no estaría mal darle un cachorro al Alfa Kael, ¿Has visto sus fotos?
—No. Ya sabes que los lobos no son lo mío.
—Soy una de sus fans, es tan guapo. Enviudó hace varios años y aún no tiene hijos, bueno, pronto nacerá su cachorro. Búscalo por redes, te darás cuenta de lo guapo y elegante que es.




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