La Medicina Del Dolor

5.El inicio del desastre

Cinco

Durante aquella extraña mañana, donde las cosas parecían suceder realmente bien, estaba yo sentado en el sofá de mi casa al lado de mi nueva y querida compañera de cuarto, era Jeannette y después de escuchar su devastadora historia, me pude dar cuenta la gran falsedad en la que vivió y en la cual solo la infidelidad estaba ahí.

Ella puso su cabeza sobre mi hombro y reposaba, sus lágrimas eran tan diminutas como la llovizna de los miércoles que siempre ocurría dentro de mi casa, hasta que mientras tanto también estaba sentado y me dije a mí mismo ‘que este era el mejor día de mi vida’ y lo que en verdad significa estar enamorado, durante esa mañana decidí preparar después levantándome del sofá en el que reposaba viendo televisión al lado de Jeannette, decidí preparar un sándwich a ella y en ese entonces dijo ella:

-Oye ¿te parecería si salimos a algún lugar?

-No lo sé, parece un día agradable pero más agradable es el estar a tu lado ahora que te tengo cerca.

Mientras ella estaba sentada, veía que, al lado de la mesita, en la que ponía mi control remoto, vio una hoja en la cual había un poema el cual ella al verlo, reaccionó con tanto asombro y sonrojada, solo le quedó más que emocionarse al ver cada frase, todo encajaba, todo cuadraba según ella y su sonrisa de agradecimiento lo decía todo.

En ese momento le serví el emparedado con un café tan dulce que solo la sonrojaba y se moría de ternura al verme, en ese entonces ella y yo solo estábamos enamorados y disfrutábamos del silencio. Al estar sentados en una mesa ella me preguntó sobre el poema que había escrito y sólo le dije que lo escribí para mi libro, pero no tenía listo el libro y estaba frustrado y me sentía dentro del fracaso, entonces ella frotó mi mano y dijo:

-Sabes, creo que puedo ayudarte sólo déjame leerlo y después lo analizaré, mientras tanto creo que me habías dicho de que irías de compras, así que ¿Por qué no vas mientras lo analizo?

-Me parece buena idea, te veo luego.

 

Y de ahí ella lo empezó a leer, estaba ella sentada leyendo las hojas las cuales estaban embarradas por la tinta que botaba mi máquina diariamente y entonces ella sólo se limitó a leer el libro, mientras el silencio de una sala donde solo había un foco y una mujer sentada, reposando su espalda hacia adelante e imaginó la historia como un cuento de hadas ficticio.

Mientras tanto yo sólo estaba en el supermercado comprando huevos, pan Dempsters, lechuga, mayonesa Kirkland entre otras cosas más. Una de las cosas que jamás toleraba era el de oír el fuerte grito de las personas que compraban, en ese momento para premiarme quería comprar cigarrillos pero mi conciencia me respondía con un <No lo hagas Héctor> <Vas a morir> y entre otras cosas, también no toleraba la paciencia que tenía que tener para esperar a que las personas esperaran en la caja y cada mañana aquí era una eternidad, al salir vi el rostro de un hombre al que yo reconocía, era Richard y por lo que veía se convirtió en un vagabundo de aquellos que eran como cavernícolas neandertales rugiendo sobre las calles y gritando a indefensa gente buscando algo de dinero para sobrevivir. Me di cuenta de que algo había cambiado en él y en realidad sí que había cambiado a algo terriblemente extremo, y para curiosear decidí conversar con uno de sus mejores amigos mientras llevaba la bolsa donde llevaba las provisiones.

Su nombre era Andrew Collins y a diferencia de Richard él estudió fuera de las universidades de Quebec, era universitario en Oxford y con el pequeño esfuerzo que tuvo no desmintió ante su gran sabiduría y actualmente vive en una casa tan fina que cualquier mujer estaría a disposición de él. Claro él no era estúpido y sabía lo que quería. También era médico y lo conocí gracias a las pastillas que me daba cuando estaba mal, por eso es que lo considero el único médico que me ha ayudado y que se ha convertido en alguien que aprecio mucho.

En ese momento fui hasta aquella casita pintada de blanco y la cual el piso estaba cubierto de un concreto fino y estaba cubierto por un tapete de color rojo, me acerqué a él y hablé sobre el tema y me dijo que Richard había sido despedido, una supuesta demanda hacia la editorial “Le Rose Rouge”, porque una vez Richard descubrió que el jefe era un usurpador, intentando llevarse todo el dinero y tratando de difamar a los trabajadores. Por eso como venganza, Richard publicó una supuesta manifestación que hacia el jefe de la compañía en contra de todas las cosas que proponía, y que pronto se estaría haciendo. Sin embargo, el jefe decidió encontrar quién era el que se había revelado y de repente se dieron cuenta que ese era Richard, pero el sólo lo hacía por tener algo mejor por vosotros y por su esposa Kelly y también de que todos los trabajadores se revelaran porque necesitan más que un simple y miserable sueldo y la necesidad de un nuevo lugar, la cual solo lo veía por su intervención del pueblo y su alto estatus social por así decirlo.

Sin embargo, nunca estuve enterado ya que pasaba tanto tiempo en mi casa escribiendo o en mi tina reposando que, para mí, las noticias eran como problemas nefastos de la vida que no quería escuchar, por lo que la única cosa que podía hacer era no intervenir con mi jefe sobre el riesgo de mi trabajo y que solo él pueda buscar la solución ante el conflicto ya que muy pronto habrá una manifestación y el jefe no podrá hacer nada al menos de que la policía hiciera algo, sentado Andrew estaba y dijo:

 

- ¿Enserio usted nunca supo nada de esto?

-Nunca, mi jefe dijo que estuviera de vacaciones, tal vez para eso era, para resolver los problemas con los empresarios.

-Ya veo…

Cuando pensaba que mis días se estaban haciendo de color de rosa, me di cuenta que estaban como rozas marchitas. Después volví a mi casa pensativo, de aquella manifestación que significaría el fin de la empresa, y entendí el porque la mayoría desde que salí empezaron a enfadarse, varias personas perderían su empleo y yo no podía hacer nada o tal vez sí, si tan sólo intervenía y pudiera llegar a un acuerdo con mi jefe y en ese momento decidí regresar lo cuánto más antes a mi casa y estaba Jeannette dibujando sobre un viejo lienzo que tenía guardado un paisaje, el bello parque frondoso otoñal de Quebec con ese color anaranjado, y era tan real que era cómo poesía dibujada. En ese momento ella me dijo:



#32902 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama

Editado: 23.05.2020

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