La mentira

La flor de cerezo rojo

Cinco años atrás, la gran valía y determinación de Viktoria le había hecho acreedora a la edad de veinte años, de convertirse en la agente de inteligencia más joven que haya tenido la Agencia Secreta de Seguridad, la A.S.S, un particular escuadrón que realizaba tareas que ni siquiera eran conocidas de forma oficial y de cual hasta el FBI desconocía su existencia.

Pero su sonrisa orgullosa se había desvanecido, cuando su jefe directo le encomendó una misión sumamente difícil. Le pidió infiltrarse en el escuadrón de asesinos secretos que tenía la poderosa Agencia, y poder verificar lo que el director Luke Wilson, llamaba con voz burlona..."un gato perdido en la nubosidad "y "el cual hay que aniquilar de raíz".

Había cierta información de que uno de los integrantes del escuadrón de asesinos que era una “sección” de la ASS, munido del poder e investidura y hasta impunidad que le daban sus "sangrientas tareas", estaba extralimitándose en sus funciones encomendadas y estaría encabezando asesinatos no autorizados.

Y eso que solo había dos agentes trabajando en esa delicada área de la Agencia, pero las pesquisas de Luke no habían podido encontrar nada y mucho menos podía pedirle a Víctor Hamill, el jefe de ese particular escuadrón que les diera vista verde a las investigaciones para atrapar al "gato perdido" por el temor de que hasta el propio Hamill estuviera involucrado. Y fue así como Viktoria Sterling terminó enredada en esta tarea de "espionaje".

Era muy joven, pero esto se superaba con su inteligencia, según la opinión de Luke, que tenía una extraña confianza en la muchacha, quizá porque el director sabía que tenía una característica inusual: era inocente…pero leal a la causa que le había expuesto Luke. Pero el director del ASS guardaba otros planes, aunque obviamente no se los expondría jamás.

El "gato perdido" que iba a ser investigado, ya no solo realizaba las típicas tareas de un asesino del gobierno, como aniquilar a pequeños dictadores, posibles agitadores o hacer desaparecer a todo aquel que pudiere crear zozobra en el estado de derecho de USA , sino que también, saliéndose de las directivas había estado participando en algunas matanzas de algunos líderes canadienses que habían obtenido refugio en Estados Unidos, sino también en la de algunos políticos estadounidenses encargados de dar venias a importaciones entre ambos países.

Los asesinatos no consensuados se habían vuelto muy graves y por la limpieza de ellas, Luke decía que era la mano de un "asesino en las sombras", como se les decía a los asesinos secretos de la Agencia.

Viktoria, se sintió algo aliviada de saber que al menos tendría poco que investigar, porque el escuadrón solo tenía tres miembros, más el jefe, Víctor Hamill que también iba a ser investigado por Viktoria.

El plan, simple.

Ella iría como "agente de inteligencia" comisionada a ese escuadrón para ayudarlos a definir objetivos, y esto serviría de tapadera perfecta para su verdadera misión: observar a los asesinos en las sombras e informar al director Wilson. De algún modo, pronto tendría que caer el "gato perdido". No podía ser tan difícil.

¡Por dios! Seguro era un par de tontos buenos con las manos, que lo único que sabían hacer era asesinar por encargo, porque sus dotes intelectuales no daban para más.

Pan comido, según Viktoria Sterling. Al menos eso creía.

• ✾ •

 

Cuando la mujer por fin llegó, al lugar que estaba en algún punto determinado de Washington, se asustó, porque en verdad podría decirse que era un tugurio de asesinos.

Acostumbrada al trabajo oficinesco frente a modernas computadoras y sistemas informáticos donde podía hacer a sus anchas su labor de inteligencia, estar aquí resultaba muy diferente.  

Cuando llegó al sitio solo estaban dos personas y ninguna de ellas, eran los asesinos en las sombras.

Uno era un hombre de aspecto imponente, piel morena, sonrisa bonachona y con aspecto de autoridad. No tuvo que ir más lejos para notar que era Víctor Hamill, el jefe de esta peculiar sección de la agencia y el otro, pudo reconocerlo por las fotos que había visto y más que nada diferenciable por su peculiar bigote. Sin duda, se trataba de Wyatt Dixon, el que hacía algo así como labores de "inteligencia" con los asesinos en las sombras, como "limpieza de escenas" y a veces, hasta investigaciones. Viktoria simplemente se dejó guiar, porque ya el director Wilson había enviado los memos sobre su presencia.

Para coadyuvar la labor del escuadrón…decía Wilson, aunque la realidad es que Viktoria tendría la dura tarea de investigar al "gato perdido".

—La agente Sterling estará con nosotros como encargada del área de inteligencia —informó Hamill sentado en el escritorio, con una sonrisa paternal en los labios

La persona a quien iba dirigida la información, se quedó un poco boquiabierto al ver primero a la joven y segundo con el anuncio de Hamill.

Wyatt quedó bastante sorprendido. Ese trabajo era el suyo y el aspecto aniñado de la joven no le daba mucha fe, pero, aun así, el natural jovial carácter de Wyatt dejó entreverse y estrechó la mano a la jovencita que le respondió con un saludo con la cabeza.




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