La mentira

Deseos. Cicatriz en forma de cruz V

Capítulo 8

Deseos: Cicatriz en forma de cruz V

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Abordaron el avión de forma inmediata. Mihael había subido sin siquiera cruzarse en el vestíbulo con Viktoria. Cuidó especialmente ese detalle.

Wyatt, quien había venido a su llamado, no le hizo mayores preguntas porque Skaargard enfatizó que la misión a la que iba, era personal, lo cual le cortó completamente la posibilidad de hacerle preguntas.

Extrañamente, Wyatt no pidió explicaciones y decidió cumplirle el favor de cuidar a los dos hermanos. No era algo tan necesario, siendo que nadie era tan tonto como para venir a emboscar la casa de un ex asesino de terrible semblante, pero el sueco insistió e hizo llamar a su ex compañero de escuadrón para hacer acompañamiento a Anne y Nathan, y también que estuviera al pendiente.

Anne no quiso salir a despedirlo. Normalmente cuando él se ausentaba, ella no dudaba en hacerlo, pero ciertamente luego de la escenita de la noche anterior, donde él se había mostrado sumamente enojado, estaba temerosa de su reacción.

Además, no podía negar que estaba celosa, muy celosa de aquella mujer que había venido como caída de algún infierno personal para Anne, y que, en solo algunas horas, venía a desbaratar cualquier idea o ilusión de atrapar al sueco.

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Skaargard, Viktoria y Ben estaban en la parte de atrás del avión, mientras Jin acomodaba el mando en modo automático.

—Bien, ahora podemos hablar del plan — anunció Mihael colocando las manos sobre la mesa.

—Una cosa ¿porque no querías discutirlo en la casa? Wyatt estaba ahí, podría haberte ayudado, pero en cambio, lo dejaste de niñero — irrumpió Jin sacudiéndose las manos.

Skaargard la miró fijamente, aunque después bajó la vista inmediatamente.

—La misión no deja de ser personal.

— ¿Qué haremos entonces? — preguntó, Ben, golpeándose los puños como mostrando impaciencia.

Solo Viktoria permanecía sentada sin intervenir.

—Que quede claro algo. Si has venido, ha sido por la insistencia de Viktoria. No conozco que habilidades tengas o que pongas en peligro lo que hagamos. Jin es espía profesional, y hasta Viktoria tiene entrenamiento de agente, pero tú…—masculló enojado Skaargard. Hace un rato llevaba impacientándose con la presencia del tal Ben.

— ¿Quieres ver mis habilidades? ¿Pues para que soy bueno? — respondió Ben haciendo amague con sus puños.

—Basta, Ben. Esto no es un juego. Harás lo que te digan, si de verdad quieres ayudar — intervino Viktoria y luego acercándose a Ben, con una mano en su hombro—. Ben, eres mi hermano y te quiero, así que, por favor, simplemente sigue las instrucciones. Estas personas son las únicas que pueden ayudar a tu sobrino ahora, ¿entiendes?

Las dulces palabras de Viktoria parecieron hacer efecto en Ben, quien al parecer recobró algo de sentido común y se cruzó los brazos. No se valía ser impulsivo cuando era la vida de Björn la que peligraba.

—Está bien. Escucharé —manifestó el joven profesor de lucha

Skaargard pareció recobrarse del mal humor.

—Gracias a Jin, tenemos la localización exacta de la casa de la mujer de Refilsson. Él se ha valido de un truco sucio, pues nosotros también lo haremos, así que tomaremos a su esposa, para que nos diga la verdadera situación de Refilsson o al menos nos dé una pista. Es muy probable que sea dos cosas: o una mujer fiel a Refilsson que lo sabe absolutamente todo o una pobre sumisa. Una de dos, igual tenemos que hacerla hablar.

— ¡Un momento! ¡Un momento! ¿Ya no irás a razonar con Refilsson como dijiste antes? — preguntó Jin, sorprendida por el cambio

—He cambiado de opinión. Cíñete a eso. No se hable más — siseó Skaargard

— ¿Tenemos algún dato de la mujer? — preguntó Viktoria, manteniendo la sangre fría a pesar del temible cambio de plan de Mihael.

—Nada — respondió Jin cruzando los brazos y ya dando por sentado el plan—. Pero algo me dice que es la segunda opción, he estudiado el perfil de Refilsson, y es un sádico megalómano, así que su mujer ha de ser una pobre infeliz esclava suya.

—Esperen... ¿Podría ser la misma esposa que tiene desde siempre? — inquirió Viktoria recordando los viejos informes de su época de espía.

—Eso creemos. Refilsson fingió su muerte todo este tiempo, muchas cosas pudieron haber cambiado en ese lapso. Aun así, puede que la mujer que encontremos sea otra — avistó Skaargard

—Oye ¿tú nunca viste a su esposa? — consultó Viktoria. Después de todo Skaargard y Refilsson habían sido cercanos alguna vez.

—Nunca — contestó Skaargard dándole una mirada solo con el rabillo del ojo. Luego de lo ocurrido en la madrugada, lo ponía algo nervioso, el hablar con ella.

— ¿Cómo lo haremos? — interpeló entonces Viktoria.

—Como no hubo tiempo de estudiar el lugar, tendremos que hacerlo nosotros, y por ello Jin pudo conseguirnos una localización cercana a la casa. Allí nos quedaremos para estudiar el lugar. Es poco probable que Björn esté allí, pero la mujer de Refilsson puede venir en cualquier momento. Así que allí la tomaremos — espetó Skaargard




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