La mentira

¿Una batalla perdida?

Capítulo 14

¿Una batalla perdida?

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Freya no prestó atención al resto de la aventura extraña propuesta por Hank, y en ningún momento se puso a pensar en ella. Sus ojos estaban fijos en aquel niñito de ojos azules. Tan abstraída estaba que ni cuenta se daba cuando pasaban los pasillos de aquella mansión que durante tanto tiempo consideró su hogar, así como una auto reclusión.

Hank tenía al niño en un brazo y a ella por el otro. No pesaban nada así que no era problema.

―Refilsson y Colton no están. Solo por eso logramos salir ―increpó el hombre agitado y cansado, dejando a Freya sobre el suelo―. Toma al mocoso ―añadió pasándole al niño para que la mujer lo cargase

Freya no tuvo tiempo de replicar. Tenían apuro de escapar, porque si Refilsson o Colton llegaban no tendrían posibilidad. Hank conocía las habilidades del hijo de Refilsson, y podía decir que hasta le temía, ya que nunca se podía saber lo que el chico podía estar pensando.

Cuando vió una camioneta aparcada, la solución le vino a la cabeza.

Se la robarían, y escaparían en ella.

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¿Mihael había tenido un hijo?

Era la única pregunta que la martillaba la mente a Freya y eso que todavía no se acostumbraba a la idea de que pudiera estar vivo. Después de todo, este numerito era porque supuestamente Hank iba a enseñarle la verdad que ella había desconocido por tantos años.

Ni siquiera se molestaba en pensar del porqué de la amabilidad de Hank.

¿Con quién tuvo ese hijo? Solo podía argüir este tipo de preguntas. No podía pensar nada lógico.

¿Había vivido durante más de quince años dentro de una burbuja y el hombre que tanto quiso en su adolescencia seguía vivo?

El vehículo que guiaba Hank era una camioneta alta, de esas todo terreno que aparcaban en la casa bunker de Refilsson, así que éste en pos del escape, no daba tanto cuidado a la velocidad. Freya solo se dedicó a abrazar al niñito que llevaba entre sus brazos.

Aquel pequeño que tanto parecido guardaba con la imagen que había atesorado durante tantos años en el fondo de su corazón.

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Anne recluyó a su hermano. Como una especie de castigo simbólico, ya que el niño mismo no estaba en buen estado, había estado llorando y su hermana comprendió que recién ahora estaba dimensionando la magnitud de sus acciones.

Se llenó de celos y rabia contra su propio benefactor, el hombre que los recogió a la muerte de su padre Landon. Y para ella Mihael siempre sería un gran hombre, independientemente de que no hayan surgido sentimientos entre ellos, ya que Skaargard si quería, podía haber ignorado la última voluntad de Landon. Por propia vergüenza, decidió no volver a salir de su cuarto a menos que la llamaran y además seguir vigilando a Nathan.

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―Esto cada vez se pone peor, Skaargard. En serio, si no podemos hacer un plan en al menos dos horas más, vamos a comunicarnos con el director, y hacer uso de su infraestructura para atrapar a esta gente ―puntualizó una seria Jin, parada detrás del hombre sueco que estaba sentado mirando unos papeles sobre la mesa.

―Refilsson me pidió intercambiar a Viktoria por Freya ¿puedes creerlo? ―fue lo que dijo Skaargard

Jin se percató que Skaargard no estaba del todo bien. Evidentemente estaba algo perturbado y temía que se estuviera cumpliendo su peor temor: que Skaargard estuviera perdiendo el horizonte. Demasiadas noticias juntas por digerir. Primero, descubrir que tenía un hijo que no conocía y segundo, saber que durante quince años vivió engañado, pensando que una mujer muy querida por él llevaba todo ese tiempo muerta, y que causó estragos a su modo de conducirse.

Y detrás de todo eso, estaba una mujer que al final fue objeto de las temibles consecuencias que trajo esa vida de rabia y desasosiego: Viktoria Sterling.

Jin cruzó sus brazos.

― ¿Qué quieres hacer? ―terminó preguntando la joven.

―Puedo pensar en algún plan basado en la petición descabellada que me hizo Refilsson ―puntualizó Mihael, pero nunca se volteó a mirar a Jin, quien estaba desconfiada detrás suyo. La chica no respondió, y se volteó sin más. ―Espera, Jin…desde ya te digo que no intentes nada. Ya te dije que yo me voy a encargar de esto ―anunció Skaargard

― ¿Pero a que te refieres? ―fingió la joven

―Te conozco y sé que algunas cosas estas planeando. Mantente al margen, a menos que yo te lo pida, no intervengas por tu cuenta, y ni sueñes en avisar a tu superior. Además, Viktoria odia a Luke Wilson, así que no creo que quiera su ayuda ¿lo has entendido? ―apuntó Skaargard.

Jin tuvo ganas de darle un puñetazo, pero al fin y al cabo Mihael era quien tomaba las decisiones.

―Espero que no tomes la decisión tan tarde. La vida de un niño está en juego ―finalizó Jin, para ir saliendo del sitio. Iría a hacer unas averiguaciones por ahí. Al menos así no se sentiría tan inútil como ahora.




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