Todo hecho tiene sus consecuencias siempre. Y así fue. Esa noche en la que no pude ir al baile, al ver que yo no llegaba Daniel salió a bailar con otra chica.
El lunes cuando llegué al liceo, me contó enseguida una de mis "compañeras" de clase. Cómo sabía que la noticia me iba a molestar, fue lo primero que me dijo al ingresar a la clase.
También me extrañó mucho que Daniel no me estuviera esperando cuando llegué en el bus al liceo. Los lunes cuando podía hacerlo me esperaba y nos íbamos caminando hasta el liceo.
Fue la tarde más larga del año; sólo quería salir del liceo e irme a mi casa. No quería ver ni hablar con nadie. Ese hecho me había molestado mucho. Sé que no era su culpa que yo no hubiera ido al baile así como tampoco era la mía. Pero me dolió mucho saber que había bailado toda la noche con la misma muchacha.
Cuando salí del liceo, me llevé la gran sorpresa: afuera estaba Daniel esperándome. ¡Qué alegría sentí! Me dió un abrazo y me dijo que mi cuñado le había contado que habíamos quedado esperando el bus, el cuál nunca había pasado.
También me dijo que al principio estuvo por irse a la casa, pero que después le gustó la música y se quedó. También me contó con quién había bailado, que era una sobrina de su tía política.
Así fue como nos fuimos para casa, porque como andaba en la camioneta y hacía mucho frío, dijo que me llevaba así no pasaba tanto frío llegando tan tarde a casa.
La tarde que había pasado tan mal, terminó siendo una de las más lindas de aquel año. Aunque me quedé pensando en esa chica con la cual había bailado.