Así fue como fue pasando el tiempo, me costó mucho volver a tener ganas de salir a bailes. Me aferré a los estudios y salía sólo a los partidos de fútbol.
Nunca más lo ví a Daniel. Con el correr de los meses, me enteré que estaba saliendo con aquella chica porque mi cuñado me contó.
Nunca nadie me preguntó de mi familia ni mis amigas me preguntaron el motivo de nuestra ruptura de pareja. Pasaron los años y yo seguí estudiando.
A los veintiocho años me casé y tuve hijos. Pero siempre en mi corazón, quedó el recuerdo de mi primer gran amor. Mi matrimonio duró quince años y decidí divorciarme porque no había amor en la relación.
Si bien nunca más lo ví a Daniel, cada tantos años me enteraba algo de su vida: su casamiento con aquella chica, el nacimiento de su hijo y el fallecimiento de su única hermana. He sabido que su vida tampoco ha sido fácil, pero ha podido salir adelante.