Una tarde tuve la intención de mandarle una solicitud de amistad por facebook, pero al observar las fotos con su familia me detuve. ¿Qué podría llegar a ser yo metida entre sus amistades después de treinta años?
¿Cómo podría él aceptarme entre sus amistades después del daño que le había hecho? ¿Qué explicación le daría a su esposa que seguramente sabe toda nuestra historia del pasado?
Cuando estuve a punto de presionar el "enter" para "Agregar a mis amigos" no me animé, se vinieron a mi mente todos esos pensamientos y luego de pensarlo unos minutos, decidí que lo mejor era que no.
Fue así que volví a tomar la decisión de no buscarlo para pedirle disculpas y que yo no era tan mala persona como seguramente lo ha pensado toda su vida.
Cometí un error con el que conviviré el resto de mi vida seguramente. Pero los errores se pagan, y es así cómo lo haré. Creí en un supuesto amigo, y no tuve la voluntad de creer en quién realmente me quería.