Pero el destino no puede cambiarse de un día para otro; los caminos de nuestra vida los vamos delineando nosotros con nuestro proceder. Si elegimos el correcto, nuestra vida será fácil.
Si elegimos uno más difícil , debemos trabajar mucho para poder lograrlo, pero al final nuestra recompensa será mayor.
Si elegimos el incorrecto, cada acción que realicemos será un error y será muy difícil volver a encauzar nuestra vida.
El incorrecto fue el que elegí hace muchos años y ese destino me llevó a estar hoy escribiendo estas páginas. Aprendí que siempre debemos escuchar a todas las personas, no juzgarlas sin antes haberle dado la posibilidad de expresar su opinión.