Siempre cuesta hacerse cargo de un error propio cometido. Por más que el tiempo pase ese error cometido nos sirve como aprendizaje para no volver a repetirlo.
En muchos casos el error puede repararse. En mi caso no. Quizás algún día pueda pedir disculpas y explicar la verdadera razón que me llevó a renunciar a su amor, pero lo cierto es que no se puede volver el tiempo atrás y no se puede reparar el error cometido.
Nuestras vidas cambiaron para siempre a partir de la mentira. Por confiar en alguien que decía ser mi amigo, nunca volveremos a estar juntos y a continuar con nuestra historia.
Hoy recuerdo el día que salimos a comprar el regalo de cumpleaños para su madre. Era nuestra primera salida de compras juntos. Era la primera vez que podía darle mi opinión de qué regalarle a su mamá.
Luego de dialogar unos minutos, coincidimos en que debía regalar algo para ella, un perfume era la opción más viable. Fue así que fuimos a la perfumería a buscar su perfume favorito y juntos se lo compramos.