La Métrica De Nuestra Vida

Capítulo 1

Mi maleta se encontraba sobre mi cama, era la ultima para terminar el equipaje. Saldría a tempranas horas de la mañana camino a Francia, a Francia. El simple hecho de pensar que en pocas horas pisaría ese lugar al que hace mucho tiempo no había vuelto, y no porque no quisiera, si no, que Malcolm me tenia alejada, alejada de todo lo poco que tuve la oportunidad de conocer. Todavía no podía procesar el hecho de que tendría que volver al lado de mi padre, y no es que me plazca hacerlo para ser sincera.

Estaba a punto de cerrar mi maleta cuando se escuchan ligeros toque sobre la madera de mi puerta. Dejo la maleta a un lado y me encamino a abrir la misma.

–Hola cariño, ¿Puedo pasar?

–Claro que si abuela – abro la puerta completamente y la veo pasar con una taza de chocolate en cada una de sus manos – Estoy terminado de arreglar las maletas.

–Toma – me extiende la taza – Esta haciendo un poco de frio.

–Gracias – me siento a la orilla de mi cama y mi abuela hace lo mismo a mi derecha.

–¿Qué te tiene tan pensativo cariño? – miro el chocolate, tratando de encontrar las palabras correctas.

–Todo, de repente Malcolm me quiere a su lado, todo el tiempo me ha evitado, me ha hecho aun lado, muchas veces pienso que mi verdadero padre es el abuelo – miro los ojos verde olivo de la abuela, los mismos ojos de mi padre. Muchas veces al mirarla siento la mirada de mi padre y no la suya – Abuela hace casi 13 años que no he vuelto a Francia, siento que si vuelvo, que si vuelvo a pisar esa tierra…

–No pienses de esa manera Chanteur, sé que todo ha sido difícil, la relación de tu padre, lo que paso con tu madre – miro a la abuela y siento como mis ojos se humedecen.

–No merezco su indiferencia, todos estos años llama nada más cuando lo necesita, para presentaciones o para darme ordenes, pero nunca llama para mis cumpleaños, cuando gano algun concurso en el que él mismo me ha inscrito, siento tantas cosas que he llegado a pensar que algun día voy a reventar de dolor.

–Cariño… Lo lamento tanto, nunca he llegado a pensar las cosas de esa manera– tomo una de las manos de la abuela sobre la cama.

–No es tu culpa, eres la que me has educado y me ha enseñado que siempre hay que mirar lo hermoso del azul del cielo – la abuela sonríe ante mis palabras – Te voy a extrañar demasiado, a ti y al abuelo, a los ricos desayunos de huevos y tocinos, al salir a hablar por las tardes con el abuelo mientras caminamos tomados de los brazos.

Siento mis mejillas húmedas, a causa de mis lágrimas, de recordar tantos años junto a mis abuelos y recordando la persona que han creado. Me han llenado tanto de amor y de apoyo, todo eso que no me brindo Malcolm ellos se encargaron de que nunca me hiciera falta, eso y muchas cosas más.

–No llores cariño, piensa siempre que a pesar del lugar en el que vayas yo estaré siempre a tu lado, mi corazón siempre te apoyara hermosa Chanteur.

No aguanto ni un segundo más y abrazo con fuerza a la abuela. Es tan difícil, tantas cosas de las que me tendré que separar, tantos momentos. Recuerdo la ves que el abuelo me enseño a andar en bicicleta, la ves que la abuela me hizo un traje de fresa para una obra de teatro. También el momento más importante de mi vida, cuando con tan solo 5 años los abuelos me llevaron a mi primera clase de piano y pensaba que aquel instrumento era un monstruo que algun día me comería por su enorme tamaño. Esa ves, con solo 5 años había entendí que algo que causaba dolor se podría superar, que no tenia porque odiar la música, que en ese monstruo negro podría encontrar mi sanación y mi pasión.

Desde esa ves sabia que me iba a dedicar a la música. Los abuelos me llevaban a escondidas de Malcolm a las clases de piano. En uno de esos años se dio cuenta de mis clases y me obligo a ser lo mejor de la música, sus palabras fueron como “Si lo harás, me encargare que lo hagas bien” desde ese momento recibía alrededor de más de 10 horas de piano por semana en una de la mejor academia de Londres.

Pero después de la música nunca le intereso mi vida. Solo llamaba de ves en cuando para hacerme saber de algun concurso o presentación. Malcolm toda mi vida se encargo que estudiara en escuelas académicas, nunca nada más referente a la música y nada artístico. Por eso me sorprendió su llamada, por una ves en su vida quiere que estudie en su escuela artística y académica “Académic du soleil de la musique” es algo tan irónico, es director de una de las mejores academias de música de Francia, pero no quiere que me involucré en ello.

La verdad era tanto contenido que procesare que ni siquiera yo era capaz de entender. Pero ahí me encontraba ya, en el asiento de un avión, viendo por la ventana como sale el sol, mientras recordaba todo esto. No sabía que esperar al llagar a Francia, al llegar a vivir por segunda ves en mi vida con Malcolm, el saber que ahora tengo que pertenecer a una academia de música en la cual no tengo permitido ejercer mi música, la verdad que mi padre estaba loco.

Lo único que me motivaba a ir a ese lugar, es el encontrar las respuestas, respuesta las que Malcolm me ha dado, pero que yo estoy dispuesta a averiguarlas por mi misma. Era hora de dejar el miedo atrás y enfrentar lo que soy en realidad.




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