Al día siguiente se levantó muy temprano para llegar a la residencia, dónde comenzaría a trabajar. Amy había llegó al lugar indicado donde comenzaría a laboral, donde se encontraba el apartamento, era un lugar muy hermoso y fresco, agradable, pero tenía que anunciarse en la entrada para poder ingresar. En ese lugar vivían personas importantes y famosas. Cuando llego Amy a vigilancia el hombre al verla pregunta.
— Buenos días. ¿En qué la puedo ayudarla?. —acercándose el vigilante donde estaba ella.
— Disculpe buenos días, tengo una entrevista con la señora Angeline Nilssen. —Amy saco de su cartera la nota que le había dado Stuart y se la enseño al vigilante.
— Espere un momento, mientras la anuncio. Pase y tomé asiento un momento. —él la mira extrañado y le dice. — Eres la nueva chica que va a limpiar el apartamento.
— Ok aquí espero por usted. —dijo ella mirándolo a la cara con una sonrisa. — Y por lo otro eso espero… Trabajar aquí pronto.
Mientras él iba a anunciarla ella se sentó, duro allí unos minutos hasta que el vigilante regreso.
— Bueno, bienvenida a su trabajo, ya hablé con la señora y me llamo John. Otra cosa tome el ascensor del lado que dice servicio y presione el botón número cuatro, la llevara al piso de la señora Nilssen, es el 4-B.
— Gracias, Y el mío es Amy, ya que voy a trabajar por unas semanas aquí, bueno eso espero lograr tener el trabajo. —le dijo ella sonriendo y dándole la mano para presentarse.
— El placer es mío Amy, aunque tengo una curiosidad en usted. —le dijo el vigilante con el ceño fruncido. — Me parece que vamos a hacer buenos amigos Amy.
— Bueno claro que si, y me alegra eso John. —dijo ella agarrando su bolso de la silla, y salir de la vigilancia. — Y de nuevo gracias.
— Bueno, un placer Amy y suba que a señora Nilssen la esta esperando y suerte. —le dijo John con una sonrisa.
Al llegar al piso cuatro y salir del ascensor todas eran iguales solo que se diferenciaban por el número del apartamento. Cuando llego a la puerta donde le dijo el vigilante. Se acerco al timbre y toco, en ese momento la puerta se abrió y salió una mujer joven de hermosas fracciones delicada, pero a la vez con arrogancia y al parecer un ser dominante. En cambio, Amy era una chica optimista, alegre y divertida. Nadie podría decir que pasó una niñez tormentosa, llena de abusos y golpe y aquella mujer tenía mirada de no ser una buena persona, por sus gestos. Al volver a la realidad pensando que trabajaría con otra persona materialista, egoísta y de malas intenciones, esa fue la impresión que recibió Amy de aquella mujer, pero necesitaba el trabajo.
— Adelante, tú debes ser Amy, Stuart me hablo de ti. — le dijo la mujer con una arrogancia y en ese momento era con di no estuviera hablando con ella, dejo a Amy en la puerta de la entrada de servicio.
— Sí, Stuart es un buen amigo. —Amy entro en el pasillo, ya que la mujer estaba como retraída, como si algo le preocupara. — Señora, se encuentra usted bien.
— ¡Oh!, disculparme muchacha vamos entra. —exclamo Angeline con los pensamientos en otro lado.
Amy la sigue al centro de la cocina, y de pronto levanta una ceja y ve que era una cocina grande y hermosa, pero muy actualizada, con todo los equipos eléctricos. Amy al momento que ellas dos se detienen, le laza la mano a la mujer para presentarse, esta se la dejo extendida en el aire, y ella se sorprende de la arrogancia de aquella mujer.
— Bueno me llamo Angeline, te explico rápido, aquí solo vas a limpiar tres días a la semana, solamente por tres meses, ya que mi esposo en esos meses tendrá varios conciertos y la casa se llenara a veces de invitados. —le dijo ella pasándose la mano por la cara, como si estuviera preocupada por algo.
— Ok, Señora Angelina. —Amy iba detrás de ella, porque le estaba mostrando el apartamento, y lo que tenía que hacer en cada espacio de el.
— Las habitaciones son cuatro, hay uno en la cocina para el servicio adentro, en estos momentos no la utilizamos, solo en cuando necesitamos a una muchacha para que nos ayude con algunas que para fiesta en casa. —Le decía Angeline mientas iba abriendo cada puerta de los cuartos. — Hay una de las habitaciones que tiene aparatos de ejercicios, se adapto para ello. Este para visitas. —le señalo con unos de sus dedos. —Angeline se dirigió a otra de las habitaciones, cuando Angeline lo abrió, Amy se sorprendió de lo bello que era. — Como verás este es el principal donde dormimos Cristian y yo, debe estar muy ordenado porque es muy obsesionado con ello. —después la dirigió a la sala, allí estaba una terraza. Luego le señalo el estudio y luego el comedor, hasta que vivieron a la cocina. — Este es la habitación que ya te mencione de servicio, tiene su propio baño, en este espacio esta el lavandero y un mini cuarto para planchar. Amy había observando todo a su alrededor, caminando detrás de Angeline que no se mostraba nada de humildad, sino prepotencia y vanidad. Hasta que terminaron el recorrido en el mismo espacio donde ella había entrado. Y Angeline siguió hablando con Amy. — Como ya has observado, el comedor está cerca de la sala y la cocina por donde has entrado, es otra entrada aparte, este es el ascensor principal. —se lo había señalado de último. — A Cristian no le gusta tener servicio adentro que sean permanentes, porque el es un músico que a veces quiere su intimidad y no quiere que nadie esté husmeando en sus cosas. Por eso contratamos a chicas que trabajen por días de servicio al menos que tenga una reunión o fiesta en casa que lo amerite. —Angeline se detuvo en medio la cocina de nuevo con Amy a un lado que por poco no chocan. — Bueno ya conociste toda la casa y ya sabes donde comenzar a limpiar, ya eso es todo.