La Musa del Ceo

Capítulo 6

Habían pasado ya uno meses desde que ella trabajaba allí, y siempre cuando le tocaba limpiar, ella veía como Angeline desordenaba el apartamento con las fiestas que ella hacía. Cuando Amy llegaba a veces encontraba a sus dos amigos allí, a veces le provocaba no trabajar más allí. Los amigos de ella la trataban mal y se burlaban de ella. Hasta que un día conoció al pianista por fin, pero fugazmente.

Ese día había llegado temprano de su práctica del concierto. Ese día no estaban sus dos amigos, Angeline como que sabia Christian que llegaría temprano. Cuando Amy ya se iba, escucho a que el violinista estaba tocando una hermosa melodía, y a ella le agrado mucho la manera cono expresaba sus sentimientos a través de la música.

Pero en ese momento Angeline hizo algo que molesto al músico. Que este lanzo un portazo y lo vio entrar en la cocina y mirarla con aquellos ojos color verde como la esmeralda que ella dio medía vuelta y se metió en donde estaba el lavandero.

 

— Discúlpame Christian por favor, no fue mi intención hacerte molestar.

— Te dije que no quería más chicas de limpieza en casa, quien es esa muchacha.

— Lo dices por Amy, ella solo viene tres días por semana, sabes que hacemos fiestas y a veces la casa esta desordenada. –le dice batiendo las pestañas. — Solo trabajará dos meses más, y luego nosotros nos iremos a Italia. Después de tu concierto.

— Maldición Angeline, espero que resuelvas esto rápido, y no hablo de la chica de servicio sino lo de las fiestas que haces todo el tiempo quiero concentrarme en mi concierto y cuando llego esta esa bulla en casa.

— Esta bien veo como hago con mis amistades, pero tu sabes que soy tu compañera y a veces hay que hacer algunas que otras reuniones. —dijo ella besándolo en la boca.

— Espero que sepas lo que vas a hacer Angeline, sabes que me debo a un público así que has las cosas bien, porque no quiero escándalo alguno. —el al irse de la cocina le da un beso en la frente a Angeline.

 

Amy en el cuarto del lavandero, se sorprendía de lo hipócrita que era aquella mujer, con un buen hombre como aquel tan especial y hacerle todo aquello detrás de sus espaldas. Cuando escucho que el músico salió de la cocina ella, se asomo y a quien vio fue a Angeline mirándola y le dice.

 

— Antes que te vayas puedes hacernos un café y llevarlo a la terraza por favor.

— No se preocupe ya se lo hago y se lo llevo. —«Qué mujer más hipócrita» dijo Amy cuando la mujer salió. Fue y preparo el café. Cuando salía a llevarlo volvió a escuchar al músico hablar con ella.

 

— Perdóname por lo que te he dicho en la cocina, pero estoy en un estrés Angeline, quiero que me comprendas.

— No te preocupes amor, lo sé y debo de entender eso.

— Quería también decirte que mis padres vendrás a pasar un tiempo con nosotros, espero que todo vaya bien con ellos.

— Bueno Christian sabes que tu mamá lo le caigo bien, así que trataré de llevarla con ella. —arrugando la nariz en ese momento.

— Sabes que ella no me quiere, me odian, claro como te enamoraste de mí. De una pobretona como yo, sin futuro, una mujer que vivió en las calles. Y tú fuiste gentil conmigo, al traerme aquí a tu casa. Llevamos cuatro años juntos, y nunca te has casado conmigo, solo soy una acompañante en tu vida.

— Deja de hablar de eso, algún día nos casaremos pero aun no. —dijo con tono secante.

 

Amy al escuchaba cada palabra de la conversación que tenía ellos. Se había sorprendido mucho, salió de donde estaba y fue a llevar el café a terraza.

 

— Permiso señora aquí está el café, ahora sí me retiro, nos veremos la semana que viene.

 

En ese momento que ella deja la bandeja en la mesita, Christian la mira de nuevo. Que Amy tuvo que tragar grueso por lo intenso de su mirada, en eso el frunce el ceño y toma el café y lo toma no antes de decirle.

 

— Gracias.

 

Entonces ella se retiró, ese día Amy se había percatado de algunas cosas, como que el músico no le gustaban mucho las fiestas y menos que la realizaran en su casa. Otro era que el hombre se veía muy cansado y decaído. Ella al bajar se encuentra con los amigos de Angeline y se extrañó que estuvieran allí estando el músico arriaba. Será que no sabían que el señor estaba en casa. Ella siguió su camino sin darle importancia a las cosas, se dirigió a la entrada y se despidió del vigilante.

 

— Ya nos veremos la semana que viene. —le dijo Amy al vigilante con su sonrisa de siempre.

— Una lástima que nos veamos la semana que viene, ya quedan dos meses para que termines tu trabajo aquí. —abriéndole la puerta de la residencia.

— A hoy vi al señor Christian, pero solo de suspiro. —con el ceño fruncido.

— Bueno espero que la próxima lo conozca bien, y la señora no se lo presento.




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