La nada en mi

El iniciio de mi fin

Soy una joven (o al menos me gusta considerarme joven) de veinticinco años, estudié en un bello colegio privado donde parecía que el mundo de los adultos estaba lejos de mi pequeña burbuja. Luego el tiempo de llegar a la universidad llegó y elegí una carrera que no fuera a molestar a mis padres quienes se habían dedicado a las letras toda su vida, una maestra de primaria y un profesor de historia literaria en la universidad nacional.

Estudié psicología.

Pasé mis clases acompañada por un par de amigos algunos dejaron la carrera en búsqueda de sus verdaderas vocaciones yo siempre les sonreí pensando que bueno era el que ellos se dedicaran a algo que les apasionara de verdad (pero que sarta de mentiras me decía a mí misma ¿no creen? apoyando a los demás bajo un velo de madurez que podría mí alma tan lentamente que ni yo misma me percataba). Terminada la universidad busque trabajo (es lo que se espera después de la universidad ¿no?), trabajé en el colegio donde mi madre daba clases asistiendo a niños malcriados que creían que por golpear a otro y gritarles les harían entender que ellos mandaban, que ellos tenían la razón.

Trabajé seis meses hasta que uno de los niños llegó a mi pequeña consejería diciéndome que había matado a la reina de la falsedad, no entendí a lo que se refería, según el reporte que me habían pasado el niño estaba ahí porque había mordido a su maestra.

-¿por qué lo has hecho?- le pregunté usando no un tono inquisidor ni interrogativo, si no curioso.

-porque ella lavará el cerebro de todos.

-¿por qué piensas eso?

- porque mi mamá es así también.

Observé al niño de siete años y una sonrisa se dibujó en mi rostro , ese maldito enfermo bastardo de siete años había entendido los hilos que controlarían su vida sin ninguna razón más que la de convertirlo en un vacío cascaron de mierda como todos los demás.

-hubieras matado a la desgraciada desde el inicio ¿porque hasta ahora?

-porque no pude ver su plan malévolo hasta que ella dijo que debíamos decirle que queríamos ser de grande.

- ¿por qué esa pregunta te ayudó a entender que ella era malvada?

-porque en el momento en que dije que quería ser el líder de mi familia, de mis amigos y crear mi culto -el niño hizo una pausa se quedó viendo las manos, esas pequeñas manos como de bebes que no podía parar de abrir y cerrar una y otra vez mientras contestaba mis preguntas- porque cuando le dije que ella era el instrumento para mi meta ella me vio con desprecio.

-¿no crees que eres muy joven para hablar de cultos?

- ¿por qué el hecho de mi edad tiene que ser importante para seguir mi sueño?

-porque lo que has dicho es aterrador para que un niño sueñe con algo así.

-¿por qué arruinaré mi vida? ¿Por qué creen que arruinaré la de los demás? mis intenciones son buenas, seré grande y fuerte protegeré a mis seres queridos nada más...

-pero para ser fuerte no tienes que crear un culto.

-ha escuchado a alguien fuerte que se oculte bajo las faldas de su madre ¿ha visto a algún león que oculte su melena para proteger a su manada desde las sombras?

-no- le contesté asombrada.

-¿le dirán a mis padres?

-todo depende de que es lo que diga yo, si digo que simplemente escuchaste todo esto de una caricatura, que lo has estado imitando los adultos lo dejarán pasar como si nada pasó.

-¿y lo haría?-preguntó el niño alzando por primera vez la vista y rogándome con la mirada que lo ayudara.

-sabes, aun no eres un león, eres nada más que un cachorro que debe ocultarse bajo las faldas de su madre y su padre hasta que su melena, sus colmillos y sus garras crezcan lo suficiente como para proteger su manada ¿entiendes?

-si...- dijo el niño bajando la cabeza.

-¿prometes que te portarás como un niño hasta que crezcan tus garras?

-lo haré... pero si me prometes que me darás lo que quiero.

-dejaré pasar este hecho, no se lo dirán a tus padres pero debes prometerme...

-guardaré mis garras...-se apresuró a decir.

-no, prométeme que vendrás a visitarme al menos una vez al mes durante los recesos, tienes un punto de vista interesante para un niño de tu edad y eso querido es interesante.

-no soy su experimento...

-no lo eres, pero si logras lo que dijiste creo que me gustaría ser parte de esa manada que estas tan fieramente dispuesto a proteger.

-está bien... veo que usted es también extraña.

-los extraños debemos protegernos ¿no es así?

El niño asintió y salió de la oficina, en mi reporte coloque lo que dije justamente, que lo había visto en una serie, que copiaba al héroe de una caricatura y que su pequeño acto de violencia fue tras pensar que su maestra era la villana detrás de un plan maestro para conquistar el mundo. Vi a esa pequeña silueta caminar lentamente hacía su salón donde entraba con la esquela de permiso que le extendí para que se reintegrase a clases , mientras le veía caminar algo caliente recorrió mi ser hasta centralizarse en mi entrepierna.



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En el texto hay: sexualidad, suenos y pesadillas, dudas

Editado: 25.02.2019

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