La Nana

CAPITULO 12

NARRA TIMOFEY

Papá se va de viaje. Un mes. Treinta días. Setecientas veinte horas. Lo que significa: libertad controlada por Abha.

Antes de irse, nos reúne en el salón como si fuera el general de una misión espacial.

—Abha tiene toda la autoridad. Lo que ella diga, se hace. Sin excepciones.

Lev y yo intercambiamos miradas. Abha sonríe como si no supiera lo que se viene. Pobrecita. Tan confiada. Tan limpia.

Papá se despide. Abha lo acompaña hasta la puerta. Y justo cuando la cierra…

¡ZAS!

Un balde de agua con glitter y slime cae sobre ella como si fuera una piñata humana. El efecto es glorioso: brilla, chorrea, y parece un zombie baboso recién salido de una fiesta de unicornios.

—¡TIMOOOFEYYYYY! —grita, con voz de tormenta tropical.

Yo estoy escondido detrás de una columna, grabando todo. Me río tanto que casi me caigo. Abha gira, me ve, y comienza a perseguirme con un zapato en la mano.

—¡Vas a pagar por esto, mocoso! ¡Te voy a convertir en trapeador humano!

Corro por la mansión. Ella me sigue. El zapato vuela. Me da en el pie. Pierdo el equilibrio. Me estrello contra una alfombra persa. Me duele. Pero la risa puede más.

—¡No puedo respirar! ¡Esto es arte!

Abha me agarra del pie. Me arrastra por el pasillo como si fuera un saco de papas. Literalmente trapea el suelo conmigo. Mi dignidad se queda pegada en el mármol.

Vasilisa aparece. Nos mira. Abha sigue arrastrándome.

—Pobrecito, te ayudaría, pero… —dice Vasilisa, cruzada de brazos—. lo mereces por bruto.

—Gracias por el apoyo, hermana. ¡aaay!

Después del incidente del slime, Abha se baña. Se cambia. Y vuelve a ser humana. Yo me escondo por si acaso. Pero luego me da curiosidad. Porque Abha y Vasilisa están muy calladas. Muy juntas. Muy… sospechosas.

Me acerco. Me escondo detrás de una cortina. Y entonces lo veo.

Están usando una app de citas.

—¡¿No, Vasilisa?! —susurra Abha.

—Ya te creé el perfil. Nombre: Sofía Luz. Edad: 30. Intereses: chocolate, niños caóticos y jefes intimidantes. Y claro que hay que conversar con los mach. Así te encontraremos novio.

¿novio?

—¡¿Qué?! ¡Vasilisa!

—¡Es por tu bien!

Abha se ríe. Vasilisa también. Yo grabo. Porque esto… esto es oro. El titulo será…

¡anciana busca novio!

—¿Y qué foto pusiste?

—La del cactus. O prefieres la que tenemos donde estás con Zarina. Pareces una amazona romántica.

—no, no, no. Mejor si no se muestra mi cara.

Abha se pone roja. Vasilisa le explica cómo deslizar, cómo chatear, cómo bloquear. Abha parece una abuela aprendiendo TikTok.

Yo me río en silencio. Porque esto es mejor que cualquier broma. Más tarde, Abha me encuentra.

—¿Grabaste lo del slime?

—No… —digo, con cara de santo.

—Dame tu teléfono.

—No… grave.

—Sí, y yo nací ayer. Ya quisieras darme atole con el dedo —. Dice y con una llave al estilo yo en el sofá ella haciéndome cosquillas… me quita mi celular.

Descubre que grave lo del slime. Y lo borra. Jejeje… no sabe que tengo copia de seguridad.

—¡Grabaste lo de la app! ¡mocoso del demonio estabas espiando!

—No… —repito, con cara de mártir —. No es mi culpa que sean tontas y no miren.

Le saco la lengua. Ella me mira. Suspira.

—Estás condenado.

—Ya lo sé. No me das miedo.

—Corre, porque si te atrapo voy a colgarte de cabeza y te ahumare con ramas verdes —. Gruñe y me da ventaja.

—¡auxiliooo! ¡abuelo! —. Corro con todas mis fuerzas.

¡estoy a salvo logre huir!

Diario de Timofey Gaulle

Día 1 sin papá

“Papá se fue. Abha brilla. Literalmente. Le lancé slime con glitter. Me arrastró como trapeador. Descubrí que tiene un perfil de citas. Y que Vasilisa es su cómplice. Esto va a ser el mejor mes de mi vida.”

UN DÍA DESPUES

La noche del segundo día sin papá es un caos. Abha intenta imponer orden como si fuera una general con voz dulce. Mala combinación. Lev y yo decidimos que hoy no hay reglas. Hoy hay guerra.

Primero, escondemos todos los controles remotos. Luego, llenamos la bañera con espuma y metemos los peluches de Vasilisa. Abha entra al baño y grita como si hubiera visto un fantasma con burbujas.

—¡¿Quién hizo esto?! ¡¿Quién metió a la familia peluche en una fiesta de espuma?!

Lev se tira al suelo de la risa. Yo me escondo detrás de la cortina. Abha nos persigue con una toalla en la mano. Nos atrapa. Nos regaña. Nos manda a limpiar todo. Y mientras lo hacemos, ella canta una canción de reggaetón que no entiendo, pero que me hace reír.




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