Capítulo 19
Addison
Lucas tiene razón, su elección de hamburguesa para mí fue la mejor, aunque no vaya a admitirlo en palabras. Los gestos ya es algo que no puedo reducir y eso ya es suficiente para aumentar su ego. Me está dando miraditas de satisfacción que me gustaría quitar de su cara con una cachetada.
O un beso, todavía no lo decido.
Le doy otro mordisco a la hamburguesa y el sabor vuelve a impregnar mis papilas gustativas. Aguanto un gemido que amenaza con ponerme en peor evidencia, tengo que darle un trago a mi bebida para evitarlo.
—¿Te gusta? —pregunta él sabiendo la respuesta pero queriendo escucharlo de todas formas.
Evitando su mirada, musito:
—Está bien.
—Esa es la favorita de papá —comenta Anya, su vista puesta en su hamburguesa a medio comer—. Algunas veces, cuando venimos, pide otra, pero se arrepiente cuando Sabrina la trae.
Tiene todo el sentido que sea su favorita, es muy buena y confío en su juicio. Sin embargo, me gustaría probar otras opciones en el menú para tomar una decisión por mí misma.
—¿Cuál es la segunda mejor en tu opinión, Lucas? —inquiero, intentando sonar lo más desinteresada posible.
Si voy a seguir probando las hamburguesas de este lugar será mejor que tenga algo por dónde empezar, aparte de la presente.
Lucas alza una ceja y una sonrisa burlona amenaza con deslizarse en sus labios. Es muy guapo, sobre todo cuando está relajado. Las arrugas en las esquinas de sus ojos solo aparecen si sonríe y no porque tenga el ceño fruncido, y sus ojos brillando con diversión se vuelven más llamativos. Si antes dije que era más guapo cuando está enojado, lo corrijo, es mucho más atractivo cuando está feliz y tranquilo.
—¿Por qué quieres saberlo?
—Curiosidad. —Evito su mirada a toda costa para que no descubra mi mentira.
—¿Quieres probar otras para saber si esta es la mejor? —pregunta, sus ojos iluminados con diversión—. Porque si es así, puedo decirte que pierdes el tiempo probando el resto.
Ruedo los ojos, atreviéndome a verlo a la cara.
—Lucas, cariño, confío en tus gustos, pero no todos piensan lo mismo que tú —digo condescendiente y él se muerde los labios para evitar reír—. Por ello, quisiera probar el resto de hamburguesas y dar mi propia opinión al respecto.
—Addison, linda, si quisieras una opinión diferente a la mía le preguntarías a otras personas por su favorita, no querrías saber cuál es mi segunda opción.
Me ha atrapado.
Ups.
Eso no quiere decir que vaya a darle la satisfacción de saberlo.
—Es solo por un referente, pero ya que no confías en que tus gustos sean lo mejor, entonces le voy a preguntar a Dany y a Logan.
Suelta una carcajada, tomándome por sorpresa. El hombre sólo se ha reído a carcajadas en mi presencia una vez y fue aquella en que la tienda de mascotas estuvo metida, lo cual me hace sospechar porque su corazón se ablandó porque a su hija la estaba acosando esa niña en la escuela. Fue más un momento de debilidad que un desliz y se sintió como una victoria.
En este momento se siente como haber ganado una guerra.
¿Y por qué demonios mi pecho se siente cálido?
Esta es una tontería, no debería estar tan feliz por ello.
—Eres una mala mentirosa, Addison, solo siendo superada por Anya.
Su hija, ante la mención de su nombre, levanta la cabeza de su plato. Ha deshecho lo que le queda de la hamburguesa y se la está comiendo por partes, empezando por la carne.
Va a tener que tomar un baño cuando vuelva a casa, no hay manera en que Lucas le permita ir a la cama oliendo a salsa y carne.
—¿Me llamaste, papi?
Él le dirige una sonrisa que me enternece el alma y me riño por ser tan blanda. El hombre no me quiere más que como su niñera y aquí estoy yo, volviéndome tonta por su comportamiento con su hija.
Comportamiento normal en los padres, debo decir.
—No, cariño, solo estaba hablando de incapacidad para decir mentiras.
Sus ojitos se arrugan en confusión.
—¿Qué significa la palabra incapacidad?
Me muerdo el labio inferior mientras Lucas busca una forma de salir de esta. Debería ser sincero con ella, después de todo la niña va a ofenderse porque sea mala haciendo algo malo, eso solo demuestra lo buena persona que es ella.
Él me mira, buscando una salida, y yo solo me encojo de hombros, alentándolo a decir la verdad.
—Significa que no puedes hacer una cosa —él le explica—. Por ejemplo, Addison no sabe cuidar de mis vacas, eso es una incapacidad.
Anya abre la boca en forma de O, entendiendo, y luego recuerda lo que su padre le ha dicho anteriormente, porque frunce el ceño.
—¿Estás diciendo que no sé mentir? —Él asiente, riendo ahora—. Papá, eso no está bien.