La Obsesion Del Jefe

Capítulo 11

Capítulo 11

 

Los días que precedieron fueron relativamente tranquilos. Pierre estuvo ocupado con bastante ajetreo de negocios y reuniones con socios. Tengo tan ajustado su itinerario que conozco al dedillo en qué lugar estará y cuánto tiempo debe pasar en cada sitio. Es tanto su afán que en ocasiones, apenas se asoma a la oficina. Hoy llegó en la tarde y se encerró en su despacho. Ha estado tranquilo y es en verdad un gran alivio. Aparte, debe estar muy ocupado con su nueva rubia porque no tuve que concertarle citas con ninguna. Ni inventar excusas o enviarle regalos de consuelo a nadie.

Es agradable la tranquilidad que produce su ausencia. No obstante, esa misma ausencia se hacía horriblemente presente cada vez que marcaban las cinco y se me iba el día sin verlo. Debe existir algo de masoquismo en esto, estoy segura.

Entonces llegó el viernes, el día de la semana que me pregunto qué cosa inventará Pierre para arruinarme el descanso. Esta vez decidí adelantarme a cualquiera que fuera su plan. Dejaría mi  móvil apagado y guardado bajo llave para que no pudiera llamarme así se cayera el mundo.  Dejaría también mi reloj inteligente porque ambas cuentas están ligadas. Todo lo tenía calculado, nada de imprevistos. No dejaría nada al azar porque esta vez yo sería más astuta que él.

Me aseguré de saber el lugar y la hora donde debía encontrarme para mi cita del sábado en la noche y ya me manejaría con lo demás como pudiera. Sé que era una medida un tanto extrema pero de algún modo debía atajar cualquier intento de sabotaje por parte de Pierre. Sí, era arriesgado. Pero igual antes la gente vivía sin esos artefactos y el mundo no se acabó.

Llamé a mamá para avisarle que estaría desconectada y que no tenía nada de qué preocuparse. No pude contenerme y le conté sobre mi plan de cita con el doctor. Lo hice con la mayor discreción posible, luego apagué todos mis aparatos y los guardé bajo llave en el cajón. Las cinco de la tarde y estoy lista para irme.

Me coloqué el bolso al hombro y ya casi me iba cuando Pierre salió como ráfaga de su despacho. Vino a darme instrucciones que me tomaron totalmente desprevenida.

—Ya es casi hora de irnos…apúrate que debemos subir a la azotea porque el helicóptero debe estar por llegar —avisó con la mayor naturalidad del mundo.

Casi me desmayo de la impresión.

— ¿Qué ha dicho? Pero…¿de qué helicóptero está hablando? No entiendo nada…

Pierre se cruzó de brazos y ladeó la cabeza.

— ¿No lo recuerdas, Marisse? ¡Tenemos un viaje pautado a Toronto para la convención anual de industriales! ¿En serio lo habías olvidado? —.

No podía creer lo que escuchaba y negué con la cabeza. No me iba a dejar envolver en su broma de mal gusto. No y mil veces no.

—Se equivoca. No tenemos ningún viaje pautado, señor. Conozco su agenda hasta la última página. ¡No hay viaje alguno!

Él no se inmutó y con suma tranquilidad y mayor descaro me repetía que salíamos de viaje y que no podía creer que yo lo hubiera olvidado.

—Marisse…Marisse…pero ¿Dónde tienes la cabeza? ¿Lo habías olvidado? No te preocupes, no pasa nada. Si no hiciste tu equipaje, te compraré allá todo lo que necesites. Relájate, ¿quieres?

—No me relajaré nada. Y tampoco iré con usted a ninguna parte…

Un ruido en el exterior llamó nuestra atención. Un aleteo cortando los aires se acercaba. A través del ventanal pudimos ver un helicóptero sobrevolando edificios hacia nuestra dirección. Nuestra oficina ubica en el piso 22, último justo bajo la azotea. Pierre hizo un ademán para salir pero yo no me moví de mi sitio. Me pareció caer en un embrujo cuando Pierre dio pasos en retroceso y tomó firme mi mano dirigiéndonos a la salida.  Emprendimos marcha escalera arriba hasta llegar al lugar donde seriamos recogidos. Estaba asustada con las excentricidades cada vez más descabelladas de Pierre y tenía un temor atroz a subirme en aquel aparato.

—Esto me causa pavor…nunca me he montado en un helicóptero. No me obligues a ir —le repetí muchas veces sin ningún resultado.

—Vamos, vamos…no seas tontita. Es muy divertido. Te va a gustar —afirmaba tranquilo mientras yo estaba desconcertada con su tranquilidad. Él se manejaba con soltura, como si subirse a un helicóptero fuera algo de todos los días.

El ruido era ensordecedor y no soy buena con las alturas. Me subí temerosa al aparato y me coloqué audífonos para aplacar el ruido. Pierre me estrechó con firmeza contra él. Todo corrió tan preciso y perfecto que me negaba a aceptar que lo que estaba pasando fuera un plan de última hora. Aunque conociendo a Pierre como  lo conozco, sé que movería el mundo en dos segundos por lograr un propósito.

No era un buen sitio para hablar pero cuando abría la boca para quejarme, él se limitaba a decir que no entendía que me pasaba, que como era posible que siendo tan eficiente hubiera olvidado este viaje. Que además ya antes hemos viajado juntos, que me pagaría las horas extras, que no pasa nada, que quédate tranquila que ya casi llegamos.

Aterrizamos en el helipuerto del hotel Four Seasons en Toronto, un hotel cinco estrellas con estilo moderno, de lujo extravagante y donde además te hablan en francés. El personal del lugar reconoció a Pierre y nos dirigían miradas curiosas, algo incómodas.

Pierre pidió el Deluxe Royal Suite pero lo detuve a tiempo en cuanto me di cuenta que a pesar del lujo, solo constaba de una alcoba matrimonial. Pretendió restarle importancia y pidió dos habitaciones separadas, una al lado de la otra. Me entregó mi tarjeta de acceso y nos dirigimos al elevador. Estaba pensando en llamar a mamá para avisarle cuando recordé que dejé el celular guardado bajo llave en la oficina.

— ¡Maldición! —mascullé con enojo.

—No te quejes más…ya estamos aquí —.

Pierre hacía todos los intentos de hacer parecer auténtica aquella farsa pero yo tenía razones perfectamente legítimas para dudar de Pierre y de sus intenciones. Estoy segura que no lo olvidé. Jamas hubiera olvidado un viaje de negocios. Esto es tan solo una de sus tantas hazañas. Lo que no logro comprender es el propósito de todo esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.