Liam se tira a mis pies y Erin agarra mis brazos.
—Lo tengo, Erin.
—Mantenlo ahí.
Suelto una carcajada. No sé en qué momento pensé que sería buena idea quedarme de niñero de estos dos.
Se suponía que mamá estaría conmigo, pero recibió una llamada de su centro para ancianos y se fue. Dijo que era una emergencia.
Drago y Nora están atareados en el hotel. Izan y Silver en su empresa. Mamá dijo que se ocuparía de los niños para pasar tiempo con sus nietos y despachó a la niñera. Yo decidí participar porque tomé la decisión de dedicarle más tiempo a la familia, eso incluía jugar con mis sobrinos.
Mal día para comenzar. Los dos tienen energías de sobra.
—Bueno, ya me atraparon. Ahora necesito que me suelten para hacer algo de comer.
Automáticamente, los dos me sueltan.
—Muy bien, eso me vale. —dice Liam.
—Sí, porque el tío Aiton cocina muy rico.
Ambos me siguen a la cocina de mi casa. Erin se sube a la banqueta y Liam la imita. Los dos esperan que les dé instrucciones, pues están acostumbrados a cocinar con sus padres de vez en cuando, solo que yo cocino mejor, dicen ellos.
No puedo quejarme de mis sobrinos. Ambos son tranquilos, inteligentes y obedientes. Por ahí se pelean entre ellos y a Liam es difícil sacarlo de la playa, pero sobrelleva.
Decido preparar fetuccines caseros con salsa scarparo. Liam pregunta que es scarparo y le explico que es una salsa de tomate con crema y jamón. Los dos asienten.
Una hora después tenemos los fetuccini listos y salsa cocinándose. Erin y Liam están bañados en harina porque no tuvieron mejor idea que tirarse harina entre ellos y obviamente como soy el tío aburrido intentando ser un tío genial, les seguí el juego y yo también terminé de esa manera.
Agarro la cuchara, la remojo en la salsa y la llevo a la boca para asegurarme que está bien condimentada.
—Yo quiero probar. —dice Erin.
—Yo también. —añade Liam.
Les hago probar. Erin dice que le faltaría un poco de orégano y Liam menciona que está muy rica.
—No puedo agregarle más orégano porque tiene albahaca y jamón. Quedaría muy salado.
—Igual está bien.
—Bien, vamos a lavarnos antes de que lleguen sus padres.
No alcanzo a salir de la cocina con ellos que llegan mis hermanos con sus esposas. Los cuatro se detienen a observar a sus hijos, y a mí.
—Liam empezó. —acusa Erin.
—Oye… Es cierto.
Alzo las manos.
—Yo traté de ser el tío genial que les sigue el juego y también terminé bañado en harina. ¿Llegaron todos juntos?
—Nos encontramos abajo. —responde Silver abrazando a su hijo sin importar llenarse el traje de harina.
Yo los saludo a distancia. Drago camina a la cocina en busca de un vino, Silver se lleva a los niños para limpiarlos y Nora toma asiento para quitarse los zapatos.
—Me duelen los pies.
—Cuando lleguemos a casa te hago masajes—le dice Izan sentándose a su lado y Nora sonríe—. Me alegra que te tomaras una noche libre para compartir con nosotros y decidieras cocinarnos. Ya me cansé de intentar cocinar y de robarte comida.
Río.
—Un placer. Les dije que quería pasar menos tiempo en el trabajo y más con la familia.
—¿Y qué pasó con la chica que te consiguió mamá en la app de citas? —pregunta Drago.
—Saldré con ella mañana en la noche. Veremos que tal van las cosas. No le digan nada a mamá. No quiero que se emocione y se haga ideas que no son. Ya logré que bajara el perfil de la app y prometió no volver a involucrarse.
—Tal vez deberías decirle para deje de enviarte mujeres. —sugiere Izan.
—Ya hablé con ella y le dije que si no quiere que deje de hablarle, se detenga. A Drago le funcionó.
—Porque apareció Silver, sino no sé cuanto se habría mantenido al margen.
—Solo no digan nada. Si lo vuelve a hacer, cumpliré mi palabra y la próxima vez la denunciaré por acoso.
Todos prometen mantener la boca cerrada.
Me disculpo con ellos y me dirijo al baño de mi habitación para limpiarme y cambiarme de ropa.
Nora se ofrece a vigilar la comida en lo que regreso y le pido a Drago que llame a mamá para saber cuanto tardará en llegar.
Mientras me lavo y cambio de ropa, la imagen de London se viene a mi mente. Ya pasaron tres meses desde que me dijo que me fuera y no me ha llamado pensando que lo haría.
Estuve tentando a buscarla para asegurarme que ella y la bebé estuvieran bien, pero no lo hice para no quedar como un acosador. Además, no sé su apellido y dudo que el doctor que la atendió me dijera cual es.
Ella quiere ser buena madre y no podría en peligro a su hija exponiéndola a algo que no debe, y por causa de eso tengo esperanza que me llame.