Diez años después
Año 1716 ....Isla Sirena
Abigail volvía del mercado de hacerles unos recados a su madre que estaba preparando una cena muy especial, ya que su padre volvía después de 3 meses fuera de casa y querían aprovechar el tiempo en familia antes de que tenga que volver al mar.
-Madre ya llegué –avisaba mientras cerraba la puerta.
-Estoy en la cocina hija –respondió su madre.
A pesar de los años su madre mantenía la belleza que caracterizaba a las mujeres de la familia June. En la cocina terminando de preparar la cena se encontraba su madre con el cabello negro recogido en una coleta que dejaba algunos mechones sueltos y el habitual vestido blanco hasta la rodillas con el corset azul que combina perfecto con sus ojos y su piel bronceada.
-Tesoro deja lo que te encargue en la mesa y lávate las manos para que me ayudes con la ensalada que ya casi es hora de que llegue tu padre y quiero q todo esté perfecto –le pidió a su hija.
-¿Donde está Henry? –preguntaba la joven por su hermano mayor.
-Esta en el puerto en espera de que llegue el barco de tu padre –respondió su madre.
Unas horas después estaba todo listo y las mujeres esperaban con ansias la llegada de Jacob.
Eleanor esperaba a su marido con gran alegría no veía la hora de poder besarlo y abrazarlo. Jacob era su amor desde muy jóven y cumplió el sueño de casarse con el y formar una familia. Ellos tres era lo único que Eleanor tenía ya que sus padres y hermana murieron en un incendio provocado en uno de los tantos ataques del rey Carlos V a la isla con el fin de eliminar a los piratas que habitaban en ella.
La isla Sirena era la unica que el rey Carlos no dominaba pero que estaba dispuesto a conquistar y con el pasar de los años se habia desarrollado una guerra entre la guardia del rey y los piratas que no estaban dispuestos a dejarce vencer. En la isla no había rey pero si un concejo que están regido por los tres piratas más respetados del sur que habían decidido retirarce y empezar a mantener la calma como lo isieron sus antesesores desde que los piratas tomaron la isla.
Por otro lado estaba Abigail que al igual que su madre esperaba la llegada de su padre pero está con una particular felicidad ya que en estos tres meses que su padre paso fuera había entrenado para demostrarle a su padre que podía unirse a su tripulación y algún día ser la mano derecha de su hermano ya que por ser 5 años mayor que ella era el que se iva a quedar al cargo de La Tempestad.
Después de media hora de espera sintieron la puerta abrirse y por ella entraron tres hombres corpulentos.
El primero era de pelo castaño, ojos de color verde, piel bronceada, una barba de varias semanas y un cuerpo que a pesar de su edad se mantenía fuerte y musculoso era Jacob, al cual las dos mujeres se le aventaron encima envolviéndolo en un abrazo que demostraba cuanto lo echaron de menos y el amor que sentían por el.
Detrás de el estaba Henry con su pelo castaño rebelde y sus ojos azules iguales a los de su madre. Gracias a los entrenamientos se mantenía en forma y tenía un cuerpo que no le envidiaba nada a nadie en el cual se parodia presenciar algunos tatuajes. Este sonreía al ver la felicidad de su madre y su hermana.
Detrás de encontraba un chico de la misma edad de Henry, de pelo rubio con algunos mechones rebeldes que le caen en la frente de ojos de un azul profundo como el mar con un cuerpo musculoso cubierto por algunos tatuajes que sobresalen de la ropa.
Abi fue la primera en percatarse de la precensia de aquel chico que nunca en su vida había visto.
-¿Quien es él padre? –pregunto la joven curiosa que no se aguantaba nada en la boca.
-A si con esta bienvenida me había olvidado de presentarles a Adrián Wells, es un nuevo tripulante de la embarcación –presento el hombre al chico –Adrian ellas son Eleanor y Abigal las mujeres mas importantes de mi vida.
-Mucho gusto yo soy Eleanor la esposa de tu capitán– se presenta Eleanor.
-El gusto es todo mío señora su esposo me ha hablado mucho de usted– contesto Adrián.
-Y yo soy Abigail la hija favorita del capitán –se presenta la joven.
-Mucho gusto señorita –le responde el joven.
-No hacen falta tantos formalismos muchachos aquí estás en familia –le dice el mayor de la familia.
- Y tampoco creas lo que te dijo mi hermana está claro que el favorito soy yo –le dijo Henry al muchacho tratando de que entrara en confianza.
Todos ríen ante el comentario de Henry y en eso se escuchan disparos afuera y el sonido de las campanas que alertaban que el pueblo estaba bajo ataque. Todos los presentes se pusieron en alerta y los hombres sacaron sus armas en lo que Abigail sacaba de debajo de su cama una espada, una pistola y unas dagas que había comprado para sus entrenamientos.
-Abigail ¿que crees que vas a hacer con eso? – le preguntó el joven a su hermana.
-Que crees jugar a la casita, no seas idiota Henry voy a defender a mi familia – respondió la joven con alma de pirata.
-No es hora de discutir chicos –les decía si madre.
-Adrian lleva a mí mujer y a mí hija al refugio ellas te guiarán – ordenaba Jacob –Y las proteges con tu vida de ser necesario.
-Si mi capitán –contesta el chico.
-Las dejas allí y vas para donde esta el barco que tenemos que defender la isla.
Todos salen de la casa las dos mujeres y el chico rubo al refugio que habían construido para las mujeres y niños con el fin de que no muriran bajo ningún ataque. Habían varias que sabían defenderse y apoyaban a los hombres en la lucha pero las más debiles eran llevadas allí con el fin de que no las encontraran. Después de 20 minutos caminando dan con el refugio que estaba estratégicamente oculto bajo del suelo.
-Adrian yo no pienso quedarme aquí –protestaba Abi– Yo puedo servir de apoyo en la lucha he estado entrenando para eso.
-Abigail tú padre fue claro al decirme que debían quedarse aquí y no puedo desobedecer a mi capitán –le respondió Adrián mientras cerraba la puerta dejando a las dos mujeres dentro.
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Editado: 07.11.2024