La rendición de Drago

Capítulo 10: Drago

Me levanto del escritorio negándome a seguir trabajando. No puedo enfocarme en diseñar cuando no han pasado dos días y no he tenido noticias de Drago ni de su familia.

He mandado los diseños al correo para que Drago y su madre los revisaran, obtuve una respuesta favorable y formal y nada más.

Temo que Drago aparezca en cualquier momento diciendo que peleará por la custodia de Liam.

Él dijo que no me quitaría a Liam y creí en sus palabras, aún creo en ellas, pero eso puede cambiar cuando se lo diga a la madre, quien puede presionar para quitármelo al descubrir que lo escondí durante tres años.

Drago toma sus propias decisiones y su madre lo respeta demasiado para no cuestionarlas, sin embargo, este caso es diferente. Se trata del nieto que tanto quería.

Escucho la puerta de la entrada y aparece Nora con un pote de helado.

Ella no sabe sobre Drago porque no ha aparecido por el hotel en estos días. Han hablado por cuestiones de trabajo, mas mi amiga no se atrevió a preguntarle nada. Me dijo que no me preocupara.

¿Cómo no me voy a preocupar? Se trata de mi hijo.

—Hola—dice Nora—. Ya veo que sigues preocupada.

—No es para menos. La incertidumbre es peor que una verdad difícil.

—Eso es cierto.

—¿Noticias?

—Nada. Hoy Drago no fue. Su madre sí, dio un par de vueltas y se fue. Estuvo normal, así que Drago no debió decirle nada todavía. Tal vez espera los resultados de la prueba de ADN.

—Es su hijo. Antes que él me acosté con Colin y llevábamos seis meses separados, luego de Drago no hubo nadie más.

—Él tiene esa certeza, no lo duda, según me comentaste, pero asumo que la prueba de ADN fue pedida por los hermanos y para presentarle a su madre.

Tomo asiento en el sofá negando con la cabeza.

Odio esta situación. ¿Por qué tuve que quedar embarazada de él? Hubiera sido más fácil la inseminación.

Si Colin no se hubiera cruzado en mi camino aquella noche, no habría conocido a Drago. Si él no hubiera sido tan guapo y yo no hubiera tomado unos mojitos demás, no me habría acostado con él.

Justo estoy lidiando con lo que quería evitar, el drama de compartir a mi hijo con su padre, quien no es mi pareja, ni nada similar.

No hice nada malo en esta vida. No engañé a ningún hombre, estuve cuidando de mi padre enfermo hasta el día de su muerte porque mi madre estaba ocupada deprimiéndose y diciendo que no soportaba verlo en esa situación, incluso me perdí de fiestas por causa de ellos. Tenía que cuidar de él y mantener buenas calificaciones.  

Colin estuvo a mi lado en el último año de su enfermedad y luego de su muerte. Fue un buen apoyo para mi madre y para mí. Puede que por eso ella lo deseaba como yerno y se decepcionó cuando le conté que no sería así.

Tampoco fui mala novia con Colin y cuando terminamos fue por tener intereses futuros diferentes. Yo fui clara y sincera desde el principio. Casi a los tres meses de empezar a salir dije que quería ser madre joven y debí darme cuenta de que él no planeaba ser padre al nunca tocar el tema de los hijos, ni sus padres tocaban ese tema y Colin se alejaba de los niños como si tuvieran lepra.

Todas las señales estuvieron y las ignoré.

Ahora me toca lidiar con las consecuencias de haberle ocultado su hijo a Drago.

—Nos conocemos desde la secundaria. ¿Hice algo malo que no recuerde? —le pregunto a mi amiga.

Ella se quita los zapatos y toma asiento en el sofá con el pote de helado.

—¿Tú? Eres una de las mejores personas que conozco, incluso con personas que no se lo merecen. Como esa vez que Lana Line te molestó durante los dos últimos años de la secundaria y en la fiesta de fin de curso casi queda en ridículo frente a todos al mostrar la ropa interior por tener el vestido roto en la parte de atrás. Podrías haberla dejado salir del baño así y no lo hiciste, y terminaste ayudándola a salir de ahí sin que nadie la viera.

—Tú te enojaste porque hice eso.

—Sacrificaste mucho por acompañar a tu padre a sus tratamientos y luego ayudando a la enfermera ateniéndolo en casa. Yo iba de fiestas y tú te quedabas en casa estudiando en la habitación de tu padre asegurándote de que estuviera cómodo y que tu mamá no se pasara con las pastillas. Y con ella sí que fuiste buena después de que te dio la espalda.

»Yo sigo pensando que no es malo que Drago esté en la vida de Liam, todo lo contrario. Dale una oportunidad.

—No es él el problema.

—Lo que importa es lo que él piense y quiera hacer. Tiene en cuenta la opinión de su familia, pero no por completo, pues tiene su propia personalidad y toma sus propias decisiones.

—No sé que haría sin ti.

—Con suerte no lo averiguarás—se lleva una mano a los pechos—. Ahí mis hormonas me están avisando que estoy por menstruar. Odio que me duela los pechos unos días antes de que me venga y luego el dolor vaya a los ovarios.

—No puedo opinar al respecto porque no sufro de dolores.




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