La riqueza no lo compra todo

Capítulo 12: Una pequeña charla que no debí escuchar

 

 

Cuando por fin llegamos a casa, Balder me ayuda a salir del carruaje y espero impaciente para que abra la puerta. No puedo negar que necesito un momento a solas para lograr ordenar la madeja de pensamientos y emociones que están golpeando mi cuerpo. Nos adentramos a la sala de estar y nos recibe la fragancia dulce de limón, Enzo dejó una de sus marcas en la casa, cuando terminó de limpiar.

Observo como Balder recibe una llamada, por lo que decide ir directamente hacia el baño del cuarto; por otro lado, yo decido lanzar mis zapatos lejos y recostarme sobre la cama por un tiempo. Bajo el cierre de mi vestido para ponerme algo de dormir; no tardo mucho en sentir como el viento eriza los vellos de mi cuerpo, así que me pongo de pie y cierro la ventana.

En mi vida solo hubo un hombre y ese sujeto rompió por completo mi corazón y alma, las cosas con Balder se han salido de control y no quiero que la historia ridícula que viví con Enzo se vuelva a repetir, puesto que sé que acabaría emocionalmente destruida. Yo reconozco que lo que estoy viviendo con el señor Smith es una farsa, algo pasajero; sin embargo, cada vez que estoy a su lado, actuando como su novia, puedo sentir millones de mariposas revoloteando dentro de mi estómago.

A lo lejos puedo escuchar la voz de Balder, así que me acerco un poco hacia la puerta, pero no logro escuchar mucho. Me da miedo lo que puedo oír, no pretendí hacerlo, pero creo que es demasiado tarde para hacer como que no oí nada.

—¡No quiero escuchar eso! ¡Necesito que me digan que se puede hacer algo!

La llamada se termina, así que voy rápido hacia la cama y me vuelvo a recostar boca arriba, ya que todavía no pude sacarme el maquillaje. Observo como Balder sí se lo sacó junto con los lentes de contacto y su traje formal, ahora solo lleva su ropa de dormir.

Me pongo de pie y camino hacia el baño para quitarme el maquillaje celeste de mi rostro. Tardo un poco, ya que es un color bastante fuerte y no puedo sacarlo con facilidad. Al terminar y regresar a la cama, miro que Balder está sentado cubriendo sus ojos con ambas manos y… ¿Está llorando?

—¿Todo está bien, señor Smith? —Pregunto sentándome a su lado.

Él se limpia los ojos y me mira directo a los míos.

—Tenemos que hablar, Camila  —murmura con el ceño fruncido y procede con sus palabras—: Mi hermano mañana en la mañana o cuando se le dé la gana de hablar, va a contar algo que he ocultado por un largo tiempo… Bueno, unos dos meses.

Hago una mueca con mis labios, no logro comprender lo que me está diciendo.

—¿Balder, por qué tu hermano intentará hacer algo en tu contra? Él es tu hermano menor, no va a atacarte, a menos que vos… 

—¿A menos que yo lo haya atacado antes? Pues, sí, Cam. Hace dos meses, contraté a un hombre para que secuestre a mi hermano.

Alzo ambas cejas cuando escucho la confesión de Balder.

—¿Qué? ¿Por qué haría eso, señor Smith?

Él frunce el ceño, como yo lo hice toda la noche, y me mira fijo.

—Él sabe algo, algo que podría arruinar todo mi trabajo. No podía dejar que todo lo que intenté por años se destruya por un ebrio que no sabe guardar secretos.

—Eso está muy mal, señor Smith, creí que de ahora en más usted iba a comportarse como un hombre nuevo. —Me hago una colita alta y vuelvo a recostarme—. Creí que iba a cambiar, le dije que lo ayudaría.

Él asiente mirándome desde su ubicación.

—Te contaré un secreto, la razón por la que tanto me cuesta ser buena persona, Camila. Yo no soy un hombre que demuestra sus sentimientos, Cami, y tú pareces ser una mujer dulce y apasionada, una mujer dispuesta a destrozar a cualquiera que se interpone en su camino… y no mal entiendas, eso es estupendo. —El hijo de Odín se acuesta a mi lado, pero decide no veme a los ojos, sino que mira el techo—. A veces, no puedo resistirme y cedo ante tus encantos apasionados, pero no está bien, porque te quiero solo para mí y eso me convierte en el ser más egoísta del mundo. Camila, deberías alejarte de mí antes de que sea demasiado tarde.

Me siento muy extraña al escuchar lo que sale de sus labios, es muy peculiar todo lo que me ha dicho. Por fin, he logrado que Balder se abra a mí, pero lo que me dice es como si lo hiciera con un montón de acertijos, se contradice con cada frase que sale de su boca. ¿Debería de rendirme ante él y permitir que me muestre todo lo que me está ocultando?

—Bien, si tanto quieres que me aleje, ¿por qué no lo haces vos? —Pregunto alzando ambas cejas sutilmente.

—¿Piensas que no le he intentado? —Interpela y luego espeta sin dudar—: Lo intenté desde que te conocí, pero tú sigues ahí, indagando en mis pensamientos.

—Yo, la verdad es que no te entiendo, Balder. Nunca en mi vida sentí algo como lo que siento por ti —murmuro poniéndome de lado para poder verlo.

Él se pone de lado también y responde:

—Me estás volviendo loco. —El  hijo de Odín confiesa algo que no me esperaba, mientras que con sutileza acaricia mi mejilla.

Sus labios acarician los míos y el bailoteo entre ellos comienza, nos besamos con ímpetu dando cada milésima de lo que poseemos y entregándonos por completo al momento. Su boca saborea la mía con deseo y la lujuria explota en nuestro amplio, pero acogedor espacio. Subo mis manos con cuidado hacia su cabello y lo desacomodo por suma diversión. Me cuesta seguir el ritmo de sus labios, pero en un par de segundos, imito a la perfección su accionar. Los dedos largos y fuertes del multimillonario se entierran en mi cadera atrayéndome a su cuerpo.

Ya estoy harta de parecer un cordero degollado, yo hago lo que quiero cuando quiero, así que de un modo duro y destrozador introduzco mi lengua saboreando el alcohol y el exquisito sabor a Balder. Un detonador sonido abismal él emite de sus labios al sentir como mis descontrolados y locos dedos tiran de los mechones de su cabellera.



#4412 en Novela romántica

En el texto hay: romance, dolor, multimillonario

Editado: 23.09.2021

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