La Señora.

❣Capítulo 6❣.

 

Salimos de su oficina y fuimos al médico, al llegar tomamos asiento y esperamos a que el doctor llamará a Michel, a los cinco minutos él lo llamo, pase junto a él escuché las preguntas y respuestas después de media hora salimos con una solicitud para una prueba de tomografía y otras mas, a los días se hizo la prueba, al día siguiente volvimos con él doctor nuevamente, esa vez Michel prefirió hablar con el médico solo, no me quedo de otra que esperar afuera, estuvo dos horas en el consultorio y cuando salió su rostro estaba acojonado, por más que le pregunté no me quiso decir nada.

 

Está vez se encerró y construyó un muro el cual me era imposible penetrar, por más que le preguntará no quiso decirme nada siempre me decía que me amaba que lo estuviera presente, no me dejó opción que ir con su médico y preguntar que era lo que le sucedía a mi esposo, no obtuve respuesta ya que el galeno se refugió en la confidencialidad de paciente médico, ni si quiera por ser su esposa obtuve respuesta.

 

Estaba en el aire no tenía idea de lo que sucedía con mi esposo, tres meses después Michel se quejaba mucho más por el insoportable dolor.

 

Y aunque esa noche le pregunté no me dijo nada esa vez quedó internado en el hospital por cinco días.

 

Los mese seguían pasando y aun no sabia que era lo que le sucedía.

 

Hasta que ya no pude más y me metí a su oficina quería saber todo acerca de su estado, lo mire frente a frente para me dijera que era lo que le sucedía y quería la verdad.

 

 

—Ya no lo soporto más Michel Melitón soy tu esposa y tengo derecho a saber que es lo que te pasa, no ves que también me afecta todo esto me tienes en la incertidumbre por favor te lo pido dime ya son cinco meses de esto—. Lo mire con suplica y lágrimas rodando por mis mejillas.

 

—No Dasha no quiero que sufras por mi por favor vete—. Me pidió mirando hacia el ventanal que daba al jardín de la nuestro hogar.

 

—No me voy a ir hasta que me digas que tienes, tengo derecho no me margines de está manera ¿donde esta mi esposo?, ¿Dónde esta él hombre con él que me casé?, ¿Dónde quedó aquella promesa de contarnos todo por difícil que fuera donde quedó la confianza?— .

 

—Te recuerdo que te casaste por obligación —. Escuchar eso fue como sentir un disparo al corazón, se giró hacia mi. —Lo siento mi amor yo no quise decirte es...

 

Y de pronto cayó al suelo corrí hacia él y empecé a llamarlo más no me respondía.

 

Alguno de los  trabajadores de la casa llegaron ayudarme, llame al doctor y enseguida llego. Cuando Michel recobró la conciencia me miro y tomo mi mano.

 

—Lo siento mi amor no fue mi intención hablarte de esa forma pero es que esto me sobrepasa no quiero que cargues conmigo—.

 

—Cargar en que Michel soy tu esposa y no importa lo que suceda quiero estar contigo, no solo por que sea mi deber como tú esposa si no por que te amo—.

 

—Lo se amor perdón por hacerte a un lado pero ya no puedo más y creo que es mejor que lo sepas ya y no luego cuando ya no esté—. Sus palabras me dejaron confundida. —Promete me que serás fuerte, seremos fuerte con esta noticia que aún no proceso del todo más ahora se que es una realidad y ya no puedo hacer nada—. Lo mire detenidamente, por sus palabras entendía que era algo grave pero no a que magnitud.

 

Me senté en la cama junto a él. —Dime que es mi amor estaré contigo y te apoyaré—. Acarició mi rostro y me sonrió.

 

—Estoy enfermo Dasha—. Mi corazón golpeó con fuerza mi pecho dejándome un hueco en el.

 

—¿Qué tienes?—. Mis labios temblaban y mi voz casi fue inaudible.

 

—Tengo un tumor maligno en la cabeza—. Cerro los ojos mientras yo me quedé congelada, petrificada mi corazón crujió de dolor y mi alma cayó al piso.

 

—No eso no puede ser—. Entre en negación.

 

—No amor, que más quisiera que no fuera así pero es un hecho—. Se hecho a un lado y palmeo a sus lado para que tomara lugar a su lado.

 

—Podemos hacer algo, debe haber algún tratamiento puedes operarte—. Tomo mi rostro.

 

—No creo que se pueda amor el tumor esta en fase tres y aún no he hablado con el neurólogo de ello—.

 

—Pero si se puede no es cierto, debemos buscar diversas opiniones podemos ir con el mejor neurólogo, no es así lo harías—.

 

—No quiero crear me falsas esperanzas mi amor quiero que estés consiente que yo podría..

 

—No lo digas ni de broma Michel no te voy a perder—. Le dije interrumpiéndolo.

 

Esa noche lo atendí cualquier movimiento que el hacia quedaba con los ojos abierto tenia tanto miedo.

 

Al día siguiente fuimos al neurólogo quien me dijo que el tumor de Michel estaba muy avanzado y que lo mejor era tratarlo por eso nos refirió a un hospital en New York viajamos enseguida, Michel se sometió a varios tratamientos y así estuvimos durante seis meses, nuestro aniversario diez la pasamos en el hospital ya que lo habían internado nuevamente por una recaída, él no quiso someterse a la cirugía ya que era muy peligrosa además el tumor estaba cerca del encéfalo.

 

Para esos mese mi madre también enfermo y de pronto ya no sabía quién era su hija, me tocó viajar y dejar a mi esposo ya que ella se había extraviado de casa, la interne en una clínica en Malibú donde después de unos exámenes le diagnosticaron Alzheimer, no sabía que hacer si estar con ella o con mi esposo y claro que me decidí por mi esposo aunque mi madre fue la persona que me dio la vida Michel me necesitaba más que ella, contraté una enfermera que cuidará personalmente de ella en dicha clínica.




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