La Señora

❤Capítulo 8❤.

 

Josiah.

 

—Me esta coqueteando señor Valmiera, sin siquiera conocerme—. Me dice en tono divertido.

 

—Siento que ya la conozco de toda la vida señorita Adeline—. Me acercó más a ella si es posible.

 

—Sera mejor que mantenga su distancia—. Me advierte, pero ella es como un imán que me atrae.

 

—No puedo señorita Adeline, es usted como un imán que me atrae, pero si no busca romance aquí tiene un servidor que solo desea tener y una aventura—. Se para frente a mi quedando a solo escasos centímetros.

 

—Y cree que yo estoy buscando romance o una aventura—. Sonríe.

 

—No hay ninguna regla que nos prohíba tener algo—. Sonríe de lado.

 

—Si joven Josiah no hay ninguna regla en esta empresa donde se prohíba la relación entre el personal, pero eso no implica que yo esté buscando una aventurilla o un romance—. Me da una mirada que me hace estremecer. —Señor Josiah le recomiendo que deje de perder el tiempo conmigo y se ponga a trabajar—. Se aleja un poco y observa mi trabajo.

 

—Juro que no desistiré hasta tenerla bajo mi cuerpo o encima del mío—.

 

—Una cosa es que usted lo diga y otra es que ocurra, será mejor que siga trabajando en este diseño—. Mira su reloj. —Que tenga buen día señor Valmiera—. Camina hacia la puerta, mas no estoy dispuesto a dejarla marchar sin probar su delicados y atrayentes labios.

 

Antes que tome el pomo de puerta me paró frente a ella deteniendo sus pasos.

 

—Por que tanta prisa señorita Adeline yo no muerdo, bueno excepto aquellas partes donde podría hacerle sentir mucho placer—.

 

—Le doy un consejo señor Valmiera no sea tan lanzado—.  Pasa a mi lado y abre la puerta.

 

—Solo lo hago con usted señorita Adeline—. Niega y se va.

 

Suspiro al verla contonear sus caderas, recorro sus piernas descaradamente, muerdo mis labios.

 

—Sera mejor que te fijes en otra Josiah ella está fuera de tu rango nadie a podido conquistarla—.

 

—Yo lo haré—. La miro perderse por largo pasillo.

 

Vuelvo a entrar a mi lugar de trabajo tengo que planear una buena estrategia para poder tener a esa hermosa mujer.

 

Sonrió y niego. —Desde cuando tengo que andar tras una mujer que demonios me sucede con esa mujer—. Esto no es posible.

 

No se pero esa mujer me desquicia. Los días pasan y yo no pienso perder tiempo con ella pero por más que quiera acercarme ella se hace la difícil.

 

Hoy después del almuerzo regreso al trabajo al llegar me topo frente a ella, miro a su acompañante, y lo fulminó con la mirada. Por eso me decía que ella no es para mi, maldito imbécil, los celos me carcomen por dentro. —Espera celos por quien—. Lo veo subir al mismo auto y luego perderse por las calles. —Maldito imbécil esta me las va pagar—. Entró a seguir con mi trabajo.

 

A las cuatro y media salgo y voy a mi apartamento, no he podido dejar de pensar en que demonios hará Elías con mi Adeline, aún no es mía pero pronto lo será.

 

La noche cae y no dejo de pensar en que hará Elías con ella para donde iban será para su apartamento. —No me voy a quedar con esto—. Tomo las llaves del auto y salgo.

 

Subo al auto y conduzco hasta el apartamento de Elías, juro que si le puso un dedo lo voy a matar con mis propias manos, ella es mía yo la vi primero.

 

Espero que la puerta sea abierta ya estoy preparado para toparme con cualquiera escena. La puerta es abierta por Elías sin camisa, le doy con el puño en el rostro.

 

—Maldito como pudiste yo la vi primero y te dije que ella me interesa—.

 

—¿De que carajos estás hablando Josiah a quien viste primero?—. Se lleva la mano a la nariz.

 

—De quien más demonios de Adeline ella es mía—. Grito con ganas de volver a golpearlo.

 

—¿Estas loco no?, desde cuando ella es tuya, si lo único que he escuchado de ti es que te la quieres llevar a la cama, sabes cuántos no quisieran tener a esa mujer en su cama y yo he fantaseado con ella—. Solo escuchar siento un impulso de golpearlo me le abalanzo. —Espera me vas a golpear por decir la verdad no soy el único en esa empresa que fantasea con ella o a fantaseado, y no solo en la empresa si no donde ella vaya—.

 

—Juro que te voy a golpear si me vuelves a decir que has fantaseado con ella—.

 

—Eres un idiota solo has cruzado algunas palabras con ella y ya te crees su dueño creo que no solo quieres llevártela a la cama—. Se ríe con su nariz sangrado aún. —Estas mal Josiah te gusta esa mujer, pareces puberto peleando por una chica que no está interesado en ti—.

 

—¡No es así!—. Exclamo.

 

—Si que lo es, viniste a mi casa a golpearme por ella ¿que te dice eso?—. Pienso en sus palabras, joder estoy jodido acaso... no eso no.

 

—Nada—. Digo, aunque esa pregunta no deja de rondar en verdad me estoy interesando en ella.

 

No claro que no, cuando tenga mi a costón con ella se me quitara todo este torbellino que deja ella en mi cuerpo, pero si logra todo eso solo con hablarme como será cuando la tenga cuerpo a cuerpo.

 

—Entra y cura mi herida, no estoy interesado en ella, entendí que esa mujer está fuera de mi alcance, si te interesa deberías de ir a golpear al banquero ese si esta dispuesto a conquistarla—. Me quedo helado.

 

—¿Como?—.

 

 —Si la invitó a cenar y ella acepto muy complacida—.

 

—Diablos nadie me la va quitar—. Me giro. —A que restaurante iban—.

 

—¿Qué se yo?—.

 

—Me dices ya o te vuelvo a sacar sangre del otro orificio—.

 

—Diablos Josiah estas peor de lo que pensé, estás obsesionado con ella—.




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