La Señora.

❤ Capítulo 31 ❤

Josiah.

 

—Es un varoncito—. Anuncia Miguel nuevamente, miro a Dasha y beso su rostro.

 

—Es otro varoncito mi amor—. De la que me salve.

 

—Quiero verlos sostenerlo en mis brazos—.

 

—Ya te los doy—. Le dice Miguel.

 

—No puedo creer ya soy papá—.

 

—Espero y ya te hayas mentalizado que ya no podrás dormir bien, tendremos que levantarnos a media noche a darle de comer—. Suspiro.

 

—Lo sé amor—. Sonreímos.

 

Los bebés nos son entregados ya limpios, dejo que Dasha cargue a Michel Aiden, quien fue el primero en nacer, sus ojos se ponen acuosos y una hermosa sonrisa se le dibuja en su rostro cansado, mientras yo tomo a Adreil Michel, si después de todo decidimos darle el nombre de Michel a los dos, aunque no sabíamos que ambos iban ser hombres.

 

—Eres tan hermoso mi amor—. Dice acariciando el rostro de nuestro hijo, sus lágrimas empapan su rostro. —Se ve tan frágil ¿verdad? —. Asiento.

 

—Si, pero ya lo verás dentro de unos meses o dentro de unos años—. Ambos sonreímos y volvemos a mirar a nuestros hijos.

 

—No puedo creer al fin soy madre, de dos niños Dios se siente tan bien—.

 

—Amor yo tampoco me lo creo, pero es real, ellos están aquí con nosotros—. Acarició su rostro con mi mano.

 

Son tan hermosos y tan frágiles, luego de unos minutos intercambiamos, al cabo de unos minutos más se los llevaron para sus revisiones pertinentes, mientras la enfermera terminaba con Dasha yo salí a darle la noticia a mis padres que ya eran abuelos.

 

—Hola mamá a que no adivinas—. La deje en suspenso.

 

—¿Que sucede hijo?  —. Pregunto preocupada.

 

—¡Ya eres abuela! —. Exclame a todo pulmón.

 

—No te creo ya, pero si le faltan algunas semanas—.

 

—Si, pero Miguel dijo que el parto se podría adelantar, ¡ya soy papá! mamá tú los vieras son tan lindos pequeños y frágiles y lindos—.

 

—Y que fueron—.

 

—DOS NIÑOS—. Grite con emoción.

 

—Dos niños—. Asentí como si ella me viera.

 

—Si mamá puedes creer que Dasha me amenazó con hacerme la vasectomía—. Mamá rompe risa.

 

—No es gracioso mamá—.

 

—Eso solo fue por el momento mi amor el parto es un dolor insoportable y más si es natural dímelo a mí que toco traerlo a ustedes a este mundo—.

 

—Si, pero por el momento eso no ocurrirá—. Claro que, si deseo hacérmela, pero después de tener una hermosa nena, es una decisión que ya está tomada, aunque Dasha no lo sabe. —Te voy dejando mamá—.

 

—Está bien llegamos mañana, saluda a Dasha y dile que nada de estresarse—.

 

—Se lo diré mamá —. Colgué la llamada y fui a ver cómo iban con Dasha.

 

Ya estaba casi lista. —Ya la vamos a pasar a la habitación—. Asentí.

 

—Iré por un café amor ya vengo—. Deposite un beso en sus labios.

 

—Estará en la habitación 259—.

 

—Gracias—. Estaba feliz y la verdad es la felicidad no cabe en mi pecho, estoy con la mujer que amo, acabo de convertirme en padre, no tengo nada que pedir excepto tener una hermosa niña o dos no importa si vienen en partida doble.

 

Suspiro soy feliz en verdad lo soy…

 

Dasha.

 

La boda fue hermosa y la luna de miel ni se diga, la pase de lo más bien, amo a mi esposo y me da gusto que él haya aparecido en mi vida y no se diera por vencido ese chiquillo insolente, pero es mi chiquillo. Al final de cuentas nunca supimos el sexo de nuestros hijos claro que la sorpresa fue al final cuando ellos nacieron, aún no me lo creo ya soy madre de dos hermosos caballeritos, mi Michel Aiden y mi Adreil Michel, son tan hermosos y como no, su padre es tan guapo.

 

Me duele la vida entera, no pensé que traer a dos niños al mundo sería tan doloroso, sentía que mi espalda se abría, no voy a pasar por eso, aunque he leído que la cesárea duele mucho más que el parto, ya hasta tengo miedo, pero quiero mi pareja quiero dos niñas y cierro mi fuente de dar vida, aunque no creo que la edad me lo permita antes de cumplir mis treinta y cinco años quiero mis niñas.

 

Suspiro, en eso la puerta de la habitación do de me trajeron es abierta por el hombre que amo.

 

—Hola amor me hacía que estabas dormida—.

 

—No puedo dormir estoy impaciente por ver a mis bebes nuevamente—. Josiah toma asiento en la cama. —Me siento extraña al no sentir sus movimientos en mi vientre—. Toco mi vientre.

 

—Amor ahora lo verás moverse de forma diferente… gracias amor por hacerme el hombre más feliz de todos—.

 

—La que debe agradecer soy yo mi vida, cumpliste mi sueño de ser madre y…

 

Algunas lágrimas se me escapan aún sigo sentimental.

 

—Amor tranquila… mamá manda saludos y dice que te mantengas relajada llegarán hoy en la tarde—.

 

—Eso es grandioso necesito que alguien me guíe a cómo cuidar de los niños—.

 

—Lo haremos bien amor—. Sonreí.  —Por qué no descansas yo estaré aquí contigo—.

 

—Está bien—. Solo hice cerrar mis ojos y quedaron pegados como si hubiera tenido pegamento.

 

Horas después desperté renovada y con energía la necesitaba. —¿Como te sientes amor? —.

 

—Renovada—.

 

—Lo necesitarás—. Dice Arely.

 

—Si tengo entendido que los primeros meses son difíciles—.

 

—Si es donde ellos se adaptan—.

 

—Yo ya quiero verlos—. Dice Kendra.




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