La Señora.

❤️ Capítulo 33 ❤️

Josiah.

 

Jamás pensé hablarle a una mujer de esa manera en la que le hable a Lorena la estimaba mucho, pero ella mal interpreto la amistad que le brinde.

 

Después que se fuera me senté con Dasha hablar sobre el tema, en verdad no sería capaz de cambiar a mi señora por otra mujer, para que si mi esposa lo tiene todo.

 

Y ya de eso ha pasado dos meses, todo va muy bien entre nosotros hace un par de días estuvimos que viajar a Dubái por cosas de los hoteles y trajimos a los nenes ya tienen ocho meses, queremos disfrutar de nuestro matrimonio y nuestros hijos Dasha aun no quiere buscar a las nenas por que quiere es decir queremos disfrutar de nuestros terroncitos como ella le dice.

 

—Dasha amor ya llego tu pedido —La llamo ya que está en la habitación de los niños.

 

—Voy muero por probar el fottoush y el falafel —Ambas son comidas de aquí de Dubái yo por mi parte pedí un Shawarma y la famosa ensalada fottoush.

 

—Huele delicioso.

 

—Así es ven aquí —La siento en mi regazo y empezamos a comer al terminar coloco todo en el carrito y lo saco para que se lo lleven. —Amor no crees que deberíamos empezar a buscar a las nenas o a la nena.

 

—Ya hemos hablado de eso amor, esperemos que los terroncitos tengan año y medio y empezamos la carrera —La tomo de la cintura.

 

—Pero quiero tener a mis princesitas. -Replico.

 

—Seguro que serán dos —Asiento —¿Por qué tan seguro? —Su ceño se frunce.

 

—Porque según leí una mujer puede tener otro embarazo de gemelares o mellizos, pero yo quiero mellizas anda sí. -Le doy mi mirada seductora.

 

—No me miras con cara de depredador.

 

—¿Por qué no?

 

—Esas miradas coquetas y sonrisa seductora no funcionaran —Tomo su cuello y la pego a mi cuerpo rozo su cuello con la punta de mi nariz, me embriago de su aroma.

 

—¡Josiah! —Jadea.

 

—Dime mi señora —Sigo acariciando su cuello mi nariz. —Dime que deseas y yo lo hare.

 

—Sabes lo que quiero —Empiezo a repartir besos por su cuello. —Hace calor ¿verdad? —Asiento

 

—Mucha.

 

—Amor —Roso mi lengua contra sus labios.

 

—¡Josiah!

 

—Si mi reina dime.

 

—Tómame ya si lo vas hacer —Sonrió pego mi labio a los suyos y los devoro de forma impetuosa.

 

La elevo y camino con ella al sofá, beso sus labios con vehemencia la tomo como mi mujer…

 

Días después regresamos a Malibú debido que no presentan ningún otro problema más en la contractura tal vez en medio año los hoteles estén listos para recibir huéspedes.

 

Meses después.

 

Hoy es el primer cumpleaños de los gemelos ya quieren salir corriendo tambaleándose.

 

—Adreil terroncito quédate quieto —Le dice Dasha tratando de vestirlo. —En verdad Adreil te bajo en pañales.

 

—Amor yo me encargo —Deposito un beso en su frente y tomo a mi pequeño en brazos.

 

—Michel bajemos dejemos al rebelde de Adreil con papá, aunque pensándolo bien quiero ver esa lucha por ponerle su ropa. —Sonrió.

 

—Te daré el truco nena. —Le guiño.

 

Tomo su juguete favorito y lo muevo enfrente de él, al tener su atención estiras sus manitas con ganas de tomarlo.

 

—Así que ese es tu famoso truco ya veo por qué es chantajista si el padre es peor.

 

—Amor lastimas mi pobre corazón. —Digo dramático.

 

—Termina de vestirlo antes que se desencante con el juguete. —Tomo el overol y la camisa lo visto completo y lo tomo en brazos —No puedo creer que tengo dos hermosos hombrecitos.

 

—Somos tres.

 

—Hablo solo de mis hijos no de mi esposo, se ven tan guapos.

 

—Se parecen a su padre no es así —Niega. —Y a su madre

 

Ambos bajamos a la planta baja y vamos al jardín donde está todo decorado para la fiesta de los gemelos.

 

—¡Ay voy a morir de ternura, pero guapos! —Exclama mamá.

 

La tía Yajaira me arrebata a Adreil y lo empieza a llenar de besos y él más que encantado de recibir esa atención, por lo tanto, Michel se molesta un poco por esa atención recibida él muy poco le gusta esas atenciones.

 

La tarde pasa entre juegos y risas Michel y Adreil pasando de brazo en brazo más ellos querían caminar.

 

A la hora de cantar el feliz cumpleaños Adreil y Michel aplauden, ambos en brazos de los abuelos.

 

—Viste como es tu hijo él está muy encantado de recibir tanta atención. —Me dice mi bella esposa.

 

—Creo que todo niño disfruta eso excepto Michel.

 

—Adreil es un excéntrico.

 

—No lo es todos tienen su carácter ves a Kendra y a Clari son tan diferentes igual yo.

 

—Pues eso sí.

 

—Y aun como sean nuestros terroncitos los amamos no es así.

 

—La verdad es que los adoro no los cambiaría ni a ti tampoco Josiah Valmiera.

 

Después de la fiesta nos vamos a descansar.

 

Los días iban pasando al igual que nuestros hijos crecían, los niños ya caminan y eso es un desastre cuando lo sacamos del corral, la verdad nos encantaba verlos jugando en el jardín, corriendo por este o en la playa es tan no sé cómo describir este sentimiento que siento al ver a mis pequeños.

 

—Josiah necesito tu ayuda.

 

—¿Y ahora qué hiciste Elías?

 

—Nada ese es el punto no sé qué hice, en verdad no entiendo a las mujeres como le haces para mantener a Dasha contenta.

 

—Tal vez es porque todo lo hablamos —Me encojo de hombro.

 




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