Bien, ¿cómo empiezo esto?
¿Les ha pasado alguna vez que van con un amigo a comer, piden las órdenes y al final cuando van a pagar, las termina pagando él? Porque a mí no.
¡Sé suponía que yo pagaría mi cuenta! Pero claro, Matthew dijo que él quería hacerlo, debo decir que me negué, pero no aceptó un no por respuesta y lo terminó haciendo, de todas formas, oh bueno, en ese caso me obligó a ceder cuando no lo hice. ¡Y encima había pedido un montón de cosas! Qué barbaridad, la próxima vez me aseguraré de quién pague mi cuenta sea yo, nadie más.
La semana se había pasado de manera lenta, supongo que era por la ansiedad de que llegara hoy.
Sí, debe ser eso.
La salida con Christian.
Había esperado esto toda mi vida, nah... en realidad un año, aunque eso no cambia mucho las cosas.
Siempre me imaginé ese momento en el que conocería a Chris, me invitaría a salir, mi primer beso con él... Y todo de distintas maneras.
La mente humana puede llegar a ser muy imaginativa.
Suspiro mirando por la ventana.
El día es bastante soleado, pero las ráfagas de viento disminuyen un poco el tacto. En el campus, algunos estudiantes se encuentran riendo, otros cruzan el lugar y unos pocos se sientan a leer un libro bajo la sombra de un árbol. Todo muy normal.
Excepto el hecho de ver caminando a Jacob junto a Megan.
Frunzo el ceño casi de inmediato. ¿Y esos de que platicarán?
Vuelvo mi atención al pizarrón, preguntándome el hecho de si debo hacer de mis habilidades de FBI o no.
El timbre suena y tomo mi mochila para salir casi corriendo del salón. Camino con rapidez por los pasillos para llegar al campus, es entonces que me quedo mirando como tonta ambos y lo primero que se me ocurre es esconderme detrás de un arbusto que está junto a las gradas y a la entrada.
Ellos al principio ríen, pero luego parece que Megan dice algo que molesta a Jacob.
―Ya te he dicho que no, Megan ―dice el moreno con seguridad.
Y lo que he logrado escuchar, debido al bullicio de los estudiantes al salir de receso.
―Oh, vamos ―le mira coqueta―. No veo razones para no aceptar ―continúa, yo con ganas de vomitar solo de verla.
―He dicho que no, y ahora tengo cosas qué hacer. Nos vemos luego ―Jacob empieza a dirigirse a las escaleras.
He quedado pérdida en la conversación, ya que no he escuchado gran parte de ella.
Salgo torpemente detrás del arbusto para correr por el pasillo de vuelta al interior de Hastings y justo a tiempo para llegar al salón de Geografía cuando suena el timbre de entrada.
Tomo asiento y me quedo observando el globo terráqueo en medio del escritorio de la profesora.
Pronto Madi entra al salón y al verme, sonríe abiertamente para acercarse y sentarse a mi lado.
―Hey ―le digo―. ¿Y esa cara? Déjame adivinar. ¿Chase?
Asiente repetidas veces y me mira atenta.
―Ayer fuimos de paseo a un lugar hermoso. ¡Debiste verlo!
Y así es como comenzó un relato sobre su amorío y sobre lo increíble que estuvo su cita, hasta me enseñó fotografías, eso hasta que la profesora llegó diciendo sobre que íbamos a ver el tema de los relieves, llanuras, valles y blah, blah, blah.
En otras palabras, el globo terráqueo era para que nos ubicaramos, sin embargo, yo no le veía sentido cuando tenía un enorme mapa en el pizarrón, pero bueno, problema suyo.
En un instante, miro atrás, mis ojos recaen en Samuel, quién mira por la ventana. Me quedo observándolo, es guapo, bastante, pero no mi tipo, popular, es silencioso, sus pasos ligeros, se le podría comparar con un fantasma por los momentos en los que aparece de repente, su semblante serio, pero aún así con todo aquello que lo hace ver tan sencillo, es llamativo.
Luego miro a Madi, concentrada en su celular, el cual esconde por debajo de su mesa, seguramente respondiendo algún mensaje, y los comparo.
Ella es ruidosa, guapa, extravagante, y la mayoría del tiempo está feliz y sonriendo.
Dos tipos de persona totalmente diferente y no puedo evitar hacerme dos preguntas.
La primera: ¿Por qué un chico como Samuel no tiene novia?
Y la segunda: ¿Cómo sería mi futura media naranja?
Es decir, hay parejas que son todo lo contrario y que se complementan bien, pero también hay otros que no, así como también hay quienes tienen mismos gustos, mismos caracteres, y puede que se acoplen o no.
Es algo que no puedo lograr entender ni evitar preguntarme, y ahora que lo pienso, ¡ni siquiera sé por qué me lo estoy preguntando!
Suspiro con frustración y me paso las manos por la cara.
Es algo que nunca entenderé, supongo.
La clase termina y me despido de Madi para dirigirme a la siguiente.
Nada más llegar y ver a Katty, el recuerdo de Jacob hablando con Megan viene a mi mente, y no sé si decirle lo poco que escuché o guardarmélo.
Opto por lo último, ya que se podría interpretar mal y no tengo suficientes pruebas para suponer algo en concreto.
La saludo y me siento a su lado, esperando que el resto de los alumnos hagan lo mismo y la profesora entre para que comience su clase.