—Si alguien se te declara y no sabes que contestar, ¿qué haces?—detengo mi caminar para mirar a Louis quien me regla una pequeña sonrisa. Llevo una mano a mi mentón para analizar sus palabras.
—No lo sé, posiblemente entre en pánico y no diga nada, a veces soy muy tonta—aseguro y él ríe.
—Tonta eres la mayor parte del tiempo—ruedo los ojos adentrándonos en el pequeño bar.
Inmediatamente todos saludan a mi extrovertido amigo que es recibido como el amo de las fiestas. El bar al que me invitó esta abarrotado de personas, pero como mi amigo conoce a los dueños conseguimos mesa en un lugar muy cómodo. Me presento con los dos chicos en la mesa, amigos de Louis.
—Breanna, ellos son Lucas y Rick—me doy cuenta de que Lucas no es gay y que Rick si lo es. Sonrío y ellos hablan rápidamente llenando el habiente. Antes de darme cuenta tengo una cerveza en manos.
—¿De dónde se conocen?—pregunto curiosa y Louis sonríe.
—Un trio que hicimos—me atraganto con la cerveza para que mis tres acompañantes comiencen a reír como locos. Me doy cuenta de que solo me jugaban una broma y ruedo los ojos cruzando mis brazos y haciéndome la enfadada.
—Idiotas—murmuro y Lucas me regala una sonrisa galante.
Lucas es un hombre alto, muy alto con su cabellera negra, ojos negros, algunos tatuajes relucen en sus brazos y tiene músculos. El tipo de hombre que miras y dices: Oh, es guapo y peligroso. Aunque en realidad no es peligroso, guapo sí, pero peligroso según Louis no. Además, es un hombre que tiene su propio taller de mecánica y es muy inteligente.
Conclusión: No se puede juzgar antes de conocer a una persona.
Rick es más un rubio dulce. Es delgado y con una sonrisa encantadora, sus ojos verdes parecen dos piedras preciosas. No tiene tatuajes, pero es tan encantador que lloras el que no este del bando de las tetas y vaginas.
—Me lo creí por un momento—confieso y Louis rueda los ojos.
—Estoy al pensar que me quieres ver un día montándomelo a lo grande—le saco la lengua y él deja un beso en mi mejilla. estoy viéndolo un poco achispado.
—Entonces, ¿Dónde dijiste que trabajas?—miro a Lucas quien se encuentra frente a mí. Es una mesa de cinco personas, donde un asiento sigue sin usarse porque la chica que venía con Rick y Lucas no ha llegado.
—Un restaurante, es una buena chef—responde mi amigo por mí, dándole un trago muy largo a su botella.
—Ya veo que esta noche habrá que llevarte a casa—digo con una sonrisa dándole un trago a mi tercera botella de la noche.
—Rick me llevará—abro los labios.
—Me dejaras tirada, maldito traidor—acuso entrecerrando los ojos en su dirección.
—No, te llevará a casa, luego nos iremos a la mía—me guiña un ojo y capto. Rio divertida—vamos a bailar Breanna, ella fue porrista—dice como si fuese un secreto muy peligroso.
—Gracias por decirlo—él se levanta y me hace levantarme.
En la pista de baile dejamos todos nuestros pasos con una canción muy movida que me hace bailar riendo. Porque Louis me fastidia con que quiero que se le levante la polla, pero al yo no tener pene, no lo excito para nada. Mi amigo gay es un idiota.
No niego que disfruto mucho de sus buenos pasos para hacerme lucir como la mejor bailarina. Cuando siento un poco de sudor acomodo la falda holgada que se subió un poco y mi camisa para volver a la mesa.
Hace unos días cuando fui al gimnasio donde Louis me hizo asegurar que lo acompañaría con unos amigos el sábado a beber unas cervezas. Como no tenía nada que hacer me pareció buena idea, además, Amanda estaba poniéndose al día con sus deberes escolares como me lo prometió. Alice fue a visita a su familia por lo que tengo unos días muy tranquilos sin mi loca favorita.
Lucas sigue sonriéndome con descaro y dejando caer comentarios hasta que alguien golpea su cabeza. Levanto la mirada y me sorprendo al encontrar la melena cobriza.
—Mónica, no tenías que golpearme, a veces eres muy ruda—dice Lucas antes de mirarla con ese aire galán—cada día más hermosa, eres tan caliente—ella rueda los ojos, pero sus mejillas se sonrojan.
Mónica, la misma chica que es dama de honor en el circo de patricia.
—Déjala en paz—Lucas rueda los ojos ante las palabras de Rick.
—Gracias—él hace señas y una cerveza aparece frente a ella.
Su corto cabello va suelto con una bonita trenza que le da un aire dulce, aunque parece que ella es una chica dulce. Un vestido azul se ajusta a su cuerpo, que es realmente bonito.
—Breanna, tienes que beberla completa. Odio que tengas más aguante que yo—dice Louis y me rio.
—No es mi culpa que no aguantes unas pocas cervezas—murmuro.
Y es cierto, tengo un buen aguante a la hora de beber. Mi madre es de la que me enseñaron a beber bajo el concepto de que ningún hombre jamás se aprovecharía de mi estado de ebriedad. Antes de que uno lo intente caería ante mi aguante.
—Aburrida—Rick ríe y sigue mirando a mi amigo con ojos soñadores.
—No pensé que serias mi compañía femenina—le digo a Monina, ella tiene la atención de todos en la mesa y se sonroja.
—Yo tampoco—dice bebiendo.
—¿Y aun no me quieres dar la oportunidad de hacerte feliz?—pregunta Lucas y ella suspira.
—No me gustan los mujeriegos, gracias—Lucas ríe.
—Esa es su manera de decir que la traigo loquita. Le digo siempre que es la dueña de mis desvelos, pero no me hace caso. ¿Crees que es discriminación lo que hace?—me pregunta serio, pero la diversión brilla en sus ojos—porque yo lo veo como discriminación—Mónica gira a mirarlo, pero Lucas es más rápido y se coloca cerca de ella haciendo que se sobresalte.
—¡Idiota!—chilla llevando una mano a su corazón.
Lucas ríe muy divertido con la situación.
—Me amas—miro la hora, pronto estará pasada de la media noche.
Las siguientes horas son con una Mónica ebria porque al parecer no solo mi amigo es un asco bebiendo. Lucas esta sobrio al igual que Rick. Ellos son el transporte de esta noche.
Editado: 21.11.2024