La venganza es dulce como Breanna

Capítulo 14

Me dedico a escuchar música mientras Alice grita como loca al son de la cantante. Sonrío y meto la ropa a lavar mientras voy a la cocina para seguir cocinando. Ella hace pose sensual y se mueve como toda una stripper por la sala, ruedo los ojos cuando me hace una seña obscena de sexo.

Volvió hace unos días y se ha dedicado a hacerme saber lo divertido que fue todo y que debería animarme a ir con ella otro día. Hoy es domingo. Un domingo hermoso que hemos dedicado a la limpieza del hogar. Nosotras no le pagamos a nadie para que lo haga, a pesar de ambas ser dos vagas de lo peor con la limpieza, si lo hacemos juntas nosotras lo logramos.

Ahora, si no es de ese modo, me encontraras todo el día solo lavando tres prendas.

Cuando la comida esta lista se lo hago saber, ella acomoda todo y nos sentamos frente al televisor apagando la música.

Le conté sobre ese beso con Dominick, ella no pareció muy contenta de que esté besuqueándome con un hombre comprometido, yo tampoco lo estoy, pero en ese momento no era la persona más razonable del mundo, solo estaba al pendiente de lo bien que besa Dominick. Mi mente se ha encargado de recrear toda la semana ese beso, como se sintió, como me hizo perder toda cordura.

Estoy mal por él.

Ni siquiera he sido capaz de verle la cara a Patricia toda la semana. Bajé a su nivel, eso ha herido mi orgullo profundamente, nunca quise esto. Me siento terriblemente mal, no me gusta sentirme de esta manera.

Suspiro mientras veo una llamada perdida de Aarón. Desde ese día hemos hablado más, miro a Alice y me quedo mirándola fijamente.

—¿Qué te pasa?—pregunta cuando se cansa de que la mire como si fuese una acosadora.

—¿Te gusta Aarón?—inquiero yendo directamente al grano. Ella suspira y muerde su labio mirando a otro lugar.

—Uhmm... no lo sé realmente, es genial pasar tiempo con él. Es un chico muy atento, se tiene buenas conversaciones con él, pero...

—Siempre hay un, pero—puntualizo y ella sonríe.

—Pero no me veo en una relación justo ahora—termina—siento que ahora mismo en el tema sentimental no sé qué es lo que quiero, y lo último que quiero seria lastimarlo con mi indecisión—se encoge de hombros—por ahora somos buenos amigos, no quiero cambiar eso—asiento en compresión.

—Quiero matarme—digo de repente—hice justamente lo que Patricia suele hacer—hago un puchero y ella golpea mi cabeza.

—Breanna, no te felicito lo del beso, pero hay una diferencia grande entre lo que Patricia hace y tú. Dominick y tú no se acostaron, eso es lo primero y menos importante—la miro con confusión—lo más importante es que a ti si te gusta realmente el hombre, no fui por envidia ni malicia lo del beso, fue porque realmente lo querías. Patricia vio competencia en cada novio que te quitó, tú no lo haces con Dominick. No lo ves como un trofeo a la riña que tienes con ella. Por lo mismo, no te compares con Patricia, porque ella no es ni la cuarta parte de lo genial que eres—le sonrío y me inclino a besar su mejilla.

—Te amo—confieso y ella rueda los ojos.

—Lo siento amiga, ya te dije que me gustan los penes—golpeo su cabeza suavemente.

—Siempre arruinas los momentos, estúpida—ella solo sonríe y yo de alguna manera me siento mejor. Por eso adoro a Alice.

***

A pesar de que traté por todos los medios de evitar esto, aquí estoy. Alice levanta el pulgar mientras me hace caminar al interior de la casa. Escucho la risa de Amanda y le pido silencio a Alice.

Amanda se encuentra acostada en el sofá mientras Dominick le hace cosquillas y ella se ríe a carcajadas. La escena es de lo más bonita y eso me detiene a mirarla. De pronto Patricia llega con las otras damas de honor y las risas terminan porque Amanda pone mala cara en dirección a mi archienemiga.

Alice camina y yo la sigo. Mi amiga saluda a todas y yo lo hago un poco más apagada que de costumbre, me siento tímida. Joder, ni que él recordara lo del beso, además, ver a Patricia es como si un letrero en mi frente apareciera con música y todo gritando: ¡Me besé con tu prometido!

—Bre—Amanda viene a mí y me besa la mejilla. La abrazo con una sonrisa—pensé que me habías abandonado, tienes toda una semana desaparecida—comenta. Siento los ojos de su hermano sobre mí, pero mejor hagamos como que no noto eso.

—He tenido una semana ajetreada, solo eso—le sonrío.

—¿No será que huyes de Thomas?—pregunta Patricia—escuché que le pediste volver, pero él te rechazó—mi cara de confusión es clara, ella me mira fijamente.

—Eso no es cierto—digo encogiéndome de hombros.

—Bueno, eso no importa. Mini, ¿nos podrías dejar solas? Tenemos que planear cosas de la boda—ella se acerca y lo besa. Mi estómago se siente como acido, pero solo me dedico a sonreírle a Amanda sobre lo que dice, aunque no la escucho. Dios, me siento celosa.

—Bien, con permiso—lo veo alejarse, mis ojos lo siguen como si fuese una orden automática.

—Farsantes—escucho que Amanda murmura. La miro y ella niega—ellos se la pasan discutiendo, ayer fue fuerte porque desde el pasillo se escuchaba como gritaban, pero hoy se muestran como los más amorosos, son dos farsantes—no menciono nada.

—Amanda, creo que deberías irte a hacer tus deberes, esto es para adultos—menciona Patricia.

—Descuida, de no ser porque Breanna está aquí no pongo un pie en un lugar donde estés cerca, no me va el veneno que sueltas—con elegancia que me divierte se aleja dejando a Patricia en vergüenza de todas.

—Mini ya le está buscando un internado, esa niña necesita mano fuerte—dice con una sonrisa.

Lo que dice no lo creo, Dominick adora a su hermana y mandarla lejos es hacer que lo poco de relación que ellos tienen se vaya a la mierda. Además, la cuida demasiado como para creer que él la quiere lejos. Patricia miente todo el tiempo, por lo que no le creo ya una sola palabra que salga de sus labios.

Ella comienza a pasar lista de todo lo que tiene, las reservaciones, el lugar, ya tiene las invitaciones que nos muestra, son hermosas y elegantes, todo en ellas grita: boda de ensueño. Mientras más habla más ganas tengo de destruirle la cara, hoy tengo una vena asesina en su dirección que trato de controlar. ¿Qué diablos me pasa?, eso no lo sé, pero su voz hoy me irrita, su cara me molesta. Todo en ella hoy me fastidia.




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